Alegría desbordada por los Reyes

Ayer fue uno de los días más especiales del año para los niños y niñas compostelanos. Tras trabajar duramente en el colegio para sacar buenas notas y comportarse muy bien, los pequeños han recibido su merecido premio con los regalos que les dejaron los Reyes Magos de Oriente en sus respectivos domicilios.

Fue una mañana de muchos nervios, sorpresas y, sobre todo, llena de alegría. En esta ocasión, el madrugón merecía la pena, ya que había muchas ganas por conocer los presentes que habían llegado a sus casas. Con los ojos aún medio cerrados, los pequeños pudieron comprobar cómo sus salones estaban plagados de cajas empaquetadas, por lo que no dudaron en lanzarse a por ellas, romper sus envoltorios y descubrir, por fin, qué había en su interior.

Después de los típicos gritos iniciales de júbilo y algún que otro lloro por la emoción del momento, los peques de la casa pudieron ya disfrutar y darle uso, por primera vez, a los obsequios que los Magos colocaron con mimo al pie de sus árboles de Navidad. Además, pudieron comprobar que tanto Melchor, Gaspar y Baltasar como sus laboriosos camellos comieron y bebieron todo lo que les dejaron para recuperar fuerzas. Y es que fue una noche muy larga para ellos, en la que tuvieron que pasarse por todos los domicilios de la capital gallega.

A tenor de lo que se pudo comprobar, a muy pocos compostelanos les tocó lidiar con el carbón, ya que la tónica general ha estado marcada porque, un año más, los Reyes, con la ayuda de sus pajes, leyeron muy bien las cartas recibidas y acertaron de pleno con sus múltiples decisiones.

Entre los regalos hubo de todo, desde los clásicos patinetes o bicicletas hasta ropa o coches, pasando por las muñecas (las más demandadas han sido las Rainbow High) o los juegos de mesa y educativos. Uno de los juguetes estrella de estas fiestas fue Mi pequeño Cerdito (my little pig pet).