Algunos hoteles de lujo se aventuran a abrir con más moral que reservas

Cinco son los meses cerrados que arrastra el Hotel AC Palacio del Carmen, uno de los más destacados de Compostela (5 estrellas), y que con su reapertura hoy marca la excepción. Son muchos los hoteles de la ciudad que viven una situación similar, lastrados por la ausencia de turistas y peregrinos, y por los sucesivos cierres perimetrales en los concellos gallegos que alejaron durante meses cualquier opción de movilidad interior. La mayoría, más del 80 % según los datos de Hostelería Compostela, afrontan esta Semana Santa con la persiana bajada. Algunos llevan más de un año en esa situación.

Tirando de moral, el Palacio del Carmen preparaba ayer los últimos detalles para que todo esté perfecto cuando lleguen clientes: pocos, pero al menos hay alguna reserva. Así, ayer los 10 empleados del hotel, de los 30 que tiene, que se incorporan del ERTE se afanaban en cambiar las bombillas fundidas, hacer una vez más limpieza general, dejar las habitaciones perfectas y comprobar que tanto la calefacción como el aire acondicionado funcionan correctamente. Han sido muchos meses sin ocupación y, aunque han intentando mantener el hotel en condiciones, había detalles que pulir.

Mañana abren con más optimismo que ganancias en mente. Tal y como explica su director, Pablo Guitián, los argumentos son más anímicos que económicos: “Nosotros asumimos que en abril vamos a tener más pérdidas abiertos que cerrados, o al menos similares, pero entendemos que recuperar clientes no es algo inmediato. Por eso queremos empezar a recuperar poco a poco, a que las agencias y las empresas vean que pueden volver a contar con nosotros. Hasta ahora ni nos llamaban”. Para hacernos una idea de la situación que vive el sector, en plena Semana Santa el hotel reabre con el mismo equipo que se tendría en temporada baja, solo con un tercio de la plantilla.

Con el cierre perimetral de la comunidad autónoma, aquellos que ocupen sus habitaciones tendrán seguramente acento gallego. Por eso, la campaña de promoción del establecimiento apela a redescubrir Compostela de otra forma, con más tranquilidad y sin las colas que se producirían para realizar cualquier visita en un Xacobeo al uso. De hecho, la opción de movilidad interna es la que ha propiciado que se produzca ahora la reapertura en lugar de unos meses atrás. Pese a todo, son conscientes de que el proceso va a ser lento. “Un hotelero en Santiago estaba acostumbrado a mirar la previsión, incluso a largo plazo, con muchísimas reservas. Especialmente porque los turistas extranjeros reservan con bastante antelación, hasta 6 meses. Ahora dependemos de que, por ejemplo, a una pareja de A Coruña le apetezca pasar el día en Compostela y quedarse una noche”, explica Pablo Guitián.

Para facilitar estas posibles reservas de última hora, influenciadas por el clima o por las reuniones del comité de Sanidade, la mayor parte de hoteles, Palacio del Carmen incluido, tienen opciones de cancelación totalmente flexibles. En su caso, en el comedor no contarán con el servicio de bufé, sino con demanda a la carta para evitar que se junten los clientes. De momento, el objetivo es alcanzar un 15 % de ocupación, la cifra media en la que se mueve la ciudad estos días.

“Estamos como el primer día de cole”, afirma Pablo Guitián. La frase resume a la perfección la mejora de ánimo que volver al trabajo ha provocado en él y en parte de su plantilla. “De hecho, este ha sido uno de los principales argumentos para abrir. Hay personas del equipo que llevan un año en casa, donde la angustia es mucho mayor. Sin lugar a dudas la gente está con ganas, muy motivada”, añade. Así, a partir de mañana intentarán poner la primera letra de una nueva etapa tras meses de desolación y sin poder acogerse a ninguna de las ayudas concedidas. “No cumplíamos los requisitos de pymes pese a ser un hotel mediano”, aclara el director del AC Palacio del Carmen. Ahora, lo que buscan, es recuperar rutina y, con ella, alegría.

Otros establecimientos, como el Hotel Monumento San Francisco, han preferido dejar pasar la festividad de Semana Santa y esperar a que lleguen tiempos mejores una vez comenzado el verano. En este sentido, la poca planificación de los viajeros debido a los cambios de restricciones, y la posible cancelación de las reservas, echan para atrás a muchos hosteleros de Santiago.