Aplauso vecinal por la toma de control de la Casa da Xuventude
El PP pedirá explicaciones en el próximo pleno sobre las llaves y el desmadre de los últimos años // Raxoi admite que el edificio tiene serios problemas de conservación
Vecinos del entorno de la praza do Matadoiro aplaudieron en las últimas horas la decisión del gobierno local que preside Xosé Sánchez Bugallo sobre el cambio de cerradura de la antigua Casa da Xuventude. Raxoi ha requerido retomar el control del edificio municipal, del que en los últimos años se habían apoderado varios colectivos afines a Compostela Aberta y en el que en los últimos meses detectó actividades que no estaban autorizadas en el contexto de la pandemia. Una medida que también aprobó el Partido Popular de Santiago, el cual siempre se mostró a favor del derribo del inmueble, tachado de adefesio urbanístico por muchos compostelanos. Los populares venían denunciando ya desde el anterior mandato una serie de irregularidades en el edificio, en el que se creó un proyecto de autogestión que se le fue de las manos al Concello.
Con el objetivo de aclarar la polémica gestión de la Casa da Xuventude, cuya estructura se encuentra muy deteriorada, como admitió este miércoles el propio concejal de Mocidade, Rubén Prol, el grupo municipal que encabeza Alejandro Sánchez- Brunete llevará el asunto de nuevo al pleno de este mes de abril, que se celebrará el próximo día 29. Los populares pedirán de nuevo explicaciones al ejecutivo local sobre las reformas o actuaciones que se pretenden llevar a cabo en el complejo y en su entorno.
Asimismo, también exigirá saber qué ocurrió con las llaves del inmueble. “Queremos que nos digan en cuántas ocasiones se cambió la cerradura desde junio de 2019 y quién hizo uso de una instalación cuyo acceso dependía de la posesión de una llave”, señalan desde el PP compostelano, a la vez que añaden que también solicitarán información en el pleno sobre si se realizaron supervisiones del estado y el funcionamiento de la Casa; y también sobre si se tomaron medidas en cuanto se declaró la pandemia.
Lo cierto es que el Concello reconocía esta semana el desmadre de la Casa da Xuventude y que se trataba de un edificio público que se había escapado del control municipal. De ahí, que decidiese tomar cartas en el asunto y poner fin al despropósito de la autogestión, proyecto que convirtió este espacio en un asunto de confrontación vecinal.
Tras esta situación, los populares se preguntan si el gobierno local tiene previsto modificar el régimen o la finalidad de uso de la Casa da Xuventude; o incluirla en la red de centros socioculturales.
Por el momento, el Concello indicó a los colectivos que hacían uso del edificio que pueden contactar con el pazo de Raxoi para pasar a recoger los materiales que dejaron dentro. También les ofreció los centros socioculturales para realizar sus actividades, aunque evidentemente en estos habrá que respetar las norma. Y es que Raxoi acaba de admitir que en la Casa da Xuventude reinaba la ley de la selva; y no fueron pocos los que se saltaban toda norma, incluso las restricciones de la pandemia.
El PP lo tiene claro. Su primera opción para la Casa da Xuventude es el derribo y la apertura de un acceso amplio y bien acondicionado al parque de Belvís. Pero dado que el gobierno local no está por la labor, propone que “se recupere el edificio se recupere para el conjunto de los compostelano”, en palabras de Alejandro Sánchez-Brunete, que en el próximo pleno también preguntará por sobre la prevista construcción de una pasarela de madera de la praza do Matadorio al parque de Belvís, entre el edificio en cuestión y un muro de propiedad privada. Un proyecto que ascenderá a 130.000 euros y que el popular tacha de “urbanismo del callejón”. Cabe recordar que, dado que en algunos tramos apenas contará con 80 centímetros de ancho, tampoco cuenta con la bendición del arquitecto municipal.
··· El BNG también trasladará al Pleno una iniciativa para emplazar el gobierno local a atender las necesidades del tejido asociativo de la ciudad y habilitar un espacio adecuado para su utilización por los colectivos que usaban la Casa da Xuventude. El BNG sostiene que con el cambio de cerradura la semana pasada, Raxoi dejó a los colectivos sin acceso a material como pancartas, banderas o instrumentos que precisaban para una concentración que estaba programa y también para otras actividades del fin de semana.