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Awasan, cuidando al paciente desde el agua

La concepción de la actividad terapéutica ha variado mucho en los últimos años. Gracias a innovadoras iniciativas de profesionales de este campo, se han ido añadiendo elementos al agua, para ir más allá de la natación tradicional. Han surgido otras posibilidades y otras instalaciones que están contempladas para cualquier colectivo, desde bebés hasta mayores, incluyendo también a personas con discapacidad o con lesiones. Se han superado barreras arquitectónicas y se ha adaptado la temperatura, todo ello pensado para alcanzar una inclusión total.

Siguiendo esta premisa, se creó en 2012 Awasan, un centro único en Galicia que está diseñado para atender estas necesidades especiales, un lugar en el que las clases van desde el aguaembarazo (para mujeres gestantes) hasta la atención a mil diversas patologías.

A través de los vasos terapéuticos, se ha incorporado un aspecto cada vez más relacionado a este medio, la fisioterapia. “Esta rama de la medicina lleva muchos años en nuestras vidas, pero en su vertiente acuática, así como está muy desarrollada en países nórdicos y anglosajones, aquí está iniciándose, y en Galicia aún más”, señalan desde el centro.

Por ello, en Awasan son pioneros en estas técnicas para atender problemas de salud físicos o neurológicos. Con un gran equipo servicial, crucial para el despegue de la instalación, y en continua formación (es un campo que está abriéndose poco a poco), ligan el ámbito médico al acuaterapéutico, logrando atender a estos pacientes para paliar o mejorar sus lesiones o dolores.

En este sentido, el trabajo de la fisioterapeuta Ada Pardal en la piscina individual resulta fundamental para el desarrollo de los ejercicios por parte del resto del equipo, encabezado por Pedro Generelo y Enrique Ramos. “Ada realiza una primera valoración y, en función de la problemática, le recomienda una sesión individual o grupal de fisioterapia. En el caso de que esté en condiciones y no haya ninguna contra-indicación, le propone entonces una actividad, desde las más básicas (Agua Relax o Agua Salud), ya sea, por ejemplo, porque ese paciente lleva tiempo sin hacer ejercicio, porque se acaba de operar o porque es mayor y no tolera el agua muy fría; hasta las más dinámicas (Agua Tono y Agua Espalda). Para ello, remite un informe a los monitores, indicando qué podemos trabajar con él”, detallan los responsables.

Para llevarlo a cabo, la comunicación entre compañeros resulta crucial, por lo que realizan todas las semanas sesiones conjuntas en las que comparten las experiencias y los avances de los diferentes pacientes. Todo ello con un solo objetivo, la mejora física y emocional de estos.

Por otro lado, y al mismo tiempo, también tienen la premisa de seguir desarrollando este ámbito terapéutico, dándolo a conocer tanto entre la población como en el colectivo médico, para poder ayudar a más personas como Celsa, Angelines o Ramón.

en primera persona
“La pastilla es lo fácil, pero esto aporta un gran cambio”
Celsa
Paciente de Fisioterapia

Una doble intervención en la vena safena, con muy poco tiempo entre ambas, provocó que Celsa tuviese una gran inflamación y un problema de coagulación en su pierna, perdiendo mucha movilidad. Después de meses tirada en cama y en el sofá, una médica natural le recomendó Awasan.

“En cualquier lugar tenía que tener la pierna estirada. Por ello, después de un tiempo, la pierna buena acabó también mal”, recuerda.

“Su problema le limitó la pierna, la rodilla y le cargó la otra, por lo que hicimos un trabajo de miembro inferior completo. Fuimos reeducando la musculatura y adquiriendo habilidades que había perdido, en el agua”, detalla la fisioterapeuta Ada Pardal.

Dado su estado, a nivel individual comenzó combinando trabajo en suelo y en piscina en fisioterapia acuática. “Ambas se combinan porque logran diferentes objetivos. En el agua pesan menos, se mueven con más facilidad y en la temperatura caliente les resulta más sencillo y menos doloroso hacer los ejercicios”, detalla.

Tras dos años en el centro, cada semana sigue mejorando. “El cambio de coloración es brutal; cuando llegó estaba completamente negra y ahora fue recuperando color, tonificando y mejorando en equilibrio”, explica Ada.

Los resultados también se aprecian en la movilidad, asegura sentada: “Esta postura era impensable antes para mi”. Comenzó con dos sesiones y ahora ya realiza tres semanales, “porque me lo pide el cuerpo”.

Fruto de su experiencia, dice, “siempre hablo muy bien del centro”, ya que le gustaría que le ayudase también a otros. “La pastilla es lo fácil, pero esto aporta un cambio brutal”, sentencia.

“Mi cuerpo no sería así sin la terapia acuática”
Angelines
Paciente de Agua Salud

Angelines llegó a Awasan como muchas otras personas: le surgió un problema de salud y le recomendaron hacer ejercicios en el agua. Entró con mucho temor, por el miedo a mojarse, pero rápidamente se soltó y pudo comprobar lo mucho que le ayuda. “Probé y encantada, desde el primer día noté que esto era para mí. Mi cuerpo no sería así sin la terapia acuática”, asegura emocionada.

“Antes tenía pánico al agua, pero poco a poco, gracias también al equipo humano del centro, le fui perdiendo el miedo hasta poder defenderme. Ahora floto, respiro perfectamente, me relaja y lo que mi cuerpo no aguanta fuera, sí que puedo hacerlo dentro del agua”, añade.

En la actualidad, se encuentra en uno de los grupos de Agua Salud, una actividad que le permite hacer movimientos impensables en seco, gracias a la flotabilidad y a la temperatura del agua, lo cual “me aporta mucho a nivel nervioso y muscular”, confiesa.

Después de tanto tiempo, son muchos los motivos que le llevan a acudir dos veces por semana a las innovadoras instalaciones de A Silvouta. “Sigo porque me gusta el ambiente, la relajación, me ayuda a moverme, a seguir ejercitándome y me da fuerzas para afrontar el día, es algo que mi cuerpo me lo pide”, destaca.

Con un problema degenerativo, Angelines asegura que las clases le ayudan a recuperar la movilidad que pierde paulatinamente y a recuperarse mejor de las crisis que sufre, por lo que recomienda Awasan “completamente, tanto a nivel físico como mental”.

“EL agua me cambió la calidad de vida”
Ramón
Paciente de Agua Espalda

El caso de Ramón, como lo presenta su profesor actual, Pedro Generelo, es el de una persona que “toma la pastilla de Awasan, porque sabe que no le hace daño a su estómago, por lo que viene aquí dos veces por semana a por su dosis”.

Aquejado de la falta de movilidad por una operación de rodilla y otra de columna, al abrir el centro, en el 2012 se apuntó a sus actividades. Tras nueve años, confiesa, “el agua me cambió la calidad de vida”.

Cuando comenzó, “no sabía nadar”, por lo que intercalaba la piscina pequeña y grande, hasta que aprendió la respiración y la técnica necesaria para entrar en AguaEspalda, donde sigue actualmente.

En este tiempo, ha comprobado cómo sus problemas de movimiento se han reducido, además de estabilizar la lesión y no padecer apenas crisis. “Si no fuera por estos ejercicios no podría moverme la mitad de lo que me muevo. Por ejemplo, antes no podía doblarme para atar los zapatos, y ahora sí. El avance es tremendo, llevo una vida más o menos normal, tanto mental como física, dentro de lo que se puede, ya que el trozo soldado no se mueve de ahí”, detalla.

Además, ante posteriores operaciones en ambas zonas, la preparación previa le permitió una rápida recuperación. “De la segunda vez, en apenas cuarenta días ya pude comenzar otra vez la actividad”, confiesa.

Por ello, “recomienda el centro a cualquier persona que esté mal”, porque se encontrará una “familia”, en la que “nos escuchamos y nos apoyamos mutuamente”. Y lo dice, destacando su experiencia: “Pasé de tener un dolor que no aguantaba a ganar movilidad, tener un mejor carácter y dejar mucha medicación atrás”, concluye.

25 sep 2021 / 00:30
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