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Basterra cumple 8 años en prisión: en 12 meses podría gozar de ‘prebendas’

Alcanzará la mitad de la condena, un momento clave para poder obtener beneficios carcelarios // Primer aniversario del crimen de Asunta tras el suicidio de su madre

Hoy se cumplen ocho años del asesinato de Asunta Basterra, uno de los casos más incomprensibles, extraños y mediáticos de la reciente historia criminal en España. Ese 22 de septiembre de 2013, el país entero se despertó con la terrible noticia del hallazgo, durante la madrugada anterior, del cadáver de una niña de doce años en la cuneta de un camino radicado a muy pocos kilómetros del centro de la capital gallega.

La información, muy impactante de por sí, se convirtió en un auténtico bombazo a nivel nacional al trascender que la menor era hija de un conocidísima pareja de Santiago, la integrada por la abogada Rosario Porto y el periodista Alfonso Basterra, cuya imagen se había hecho muy popular años atrás tras aparecer en diversos medios de comunicación narrando cómo se habían convertido, tras sortear largos trámites, en los felices padres de un bebé adoptado en China.

La imagen amable que proyectaban Rosario y Alfonso saltó por los aires muy pronto. Pocas horas después del crimen, la Policía tenía ya sospechas más que fundadas sobre la participación de ambos en el horrendo crimen y, de hecho, la madre fue detenida nada más salir de la ceremonia de incineración de la pequeña. El padre correría la misma suerte unas horas después y ambos ya no volverían a salir de prisión salvo para participar en la reconstrucción del asesinato; declarar ante el juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, o asistir al juicio.

El resultado del mismo fue demoledor: dieciocho años de prisión para cada uno por dar muerte a su hija tras someterla, durante varios meses, a un calculado proceso de intoxicación con sustancias ansiolíticas, todo ello con el objetivo de mermar la capacidad de comprensión y de reacción de la víctima, que supuestamente conocía algún terrible secreto familiar que sus progenitores debían guardar a toda costa.

En la actualidad, pasados ocho años, el motivo del crimen sigue envuelto en una nebulosa muy difícil de entender, pero se trata de un aniversario muy especial por ser el primero en el que la madre de la niña forma ya también parte del pasado. Rosario Porto, tras protagonizar varios intentos de suicidio durante su estancia en varias prisiones, logró finalmente su propósito el pasado 18 de noviembre en la cárcel abulense de Brieva, donde había sido trasladada contra su voluntad.

La abogada, que siempre negó su participación en el crimen, solía publicar una esquela en recuerdo de su hija cada aniversario de su muerte y siempre que tenía oportunidad destacaba su absoluta incomprensión por lo ocurrido. Pese a todo, en el juicio quedó claro que fue ella la que trasladó a Asunta hasta el chalé donde la niña falleció por asfixia. Varias cámaras captaron el viaje en coche realizado por la madre y su hija hacia el inmueble donde veraneaba la familia Porto, radicado en el municipio de Teo, y numerosas pruebas halladas en su interior demostraron su implicación en el asesinato. Menos claro quedó cómo se las apañó para trasladar el cadáver hasta la pista donde fue encontrado.

Rosario se llevó muchos secretos a la tumba y ahora solo su exmarido tiene todas las claves de lo que ocurrió realmente aquella fatídica tarde de septiembre. Alfonso Basterra sigue ingresado en el penal coruñés de Teixeiro y el año que viene, a finales de septiembre, cumplirá la mitad de la pena impuesta, un momento clave a la hora de obtener ciertas prebendas de tipo penitenciario.

Tanto él como su exmujer ya habían solicitado permisos para abandonar la cárcel en dos ocasiones cuando cumplieron un cuarto de la condena, en 2018, pero fueron denegados por el tipo de delito que cometieron y la gran repercusión mediática que tuvo el caso. Posiblemente, la situación cambiará para Basterra, según los expertos, en el plazo de doce meses. Eso, claro, siempre que todos los informes incidan en la buena conducta que hasta ahora ha mantenido.

‘palo’ tras el divorcio
A dos velas tras dejarle porto fuera de la herencia

··· En su testamento, Rosario Porto no quiso acordarse del que fue su marido durante casi dos décadas (se casaron en 1996 en Santiago y se divorciaron pocos meses antes del asesinato de su hija). La situación económica de Alfonso cambió de forma radical desde la separación de su mujer, que procedía de una familia muy acomodada y heredó, a la muerte de sus padres, una considerable fortuna en bienes inmuebles, joyas, obras de arte y dinero. Él, al producirse la crisis matrimonial, tuvo que irse a vivir de alquiler a un pequeño apartamento del Ensanche y se vio obligado a hacer verdaderos malabares para sobrevivir.

Dos pisos muy cotizados en el Ensanche, otro en Vilanova de Arousa y la mansión de Teo donde Asunta fue asesinada. Ese era el patrimonio inmobiliario que heredó Rosario Porto, que fue a parar a manos de una vieja amiga de la familia. Está valorado en 1,2 millones.

22 sep 2021 / 01:00
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