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Cinco mil parados, pero las obras siguen sin personal y materiales

‘Epidemia’ de escasez en todos los proyectos en la ciudad // Cuando hay obreros, no hay piezas, y cuando llegan, las plantillas se quedan cortas

Cuando hay dinero para hacer obras, faltan trabajadores y material, una maldición que parece perseguir a los proyectos de Santiago, que ya se han visto afectados por uno u otro problema en forma de retrasos y ampliación de plazos.

De esta forma, tanto en el Hórreo, donde aún faltan por llegar baldosas, farolas y semáforos, como en Altiboia, donde eran los bordillos, o en Concheiros, donde también se echó en falta algún material, el problema es generalizado en todas.

La primera cuestión, la falta de liquidez, quedó solucionada, primero con la flexibilización de las normas presupuestarias, que permitió destinar a obras los remanentes del presupuesto y poner en marcha muchos proyectos que llevaban años esperando en el cajón.

Después, llegaron también las partidas para la recuperación de la UE, que en buena parte irán destinadas a financiar grandes obras, como son la terminal del AVE o la depuradora de Santiago.

Pero el problema de la falta de obreros tiene más difícil solución. La crisis del ladrillo jubiló a mucho personal del sector y orientó a otras a buscarse la vida en diferentes actividades, además de desanimar a muchos jóvenes a formarse en este sector y buscar empleo en otras profesiones.

Vacantes. Eso explica que mientras en los registros del paro siguen figurando unas cinco mil personas, en determinados sectores haya más puestos de trabajo vacantes que demandantes de empleo.

Esta reactivación, sumada a la del sector de la rehabilitación después del confinamiento para tener sus casas más confortables en el caso de quedarse otra vez encerrados, ha supuesto una escasez de mano de obra, pero también de materiales.

El parón de la actividad durante tantos meses provocó que las empresas se quedaran sin reserva para hacer frente a un incremento de pedidos como se está produciendo en los últimos meses, y la tendencia no tiene trazas de ir a parar.

Por eso, en buena parte de las obras en la ciudad, cuando se consigue por fin que las empresas dispongan de plantilla suficiente para afrontarlas, los trabajadores tengan que estar a la espera de que llegue el material. Y no solo en las públicas, sino también en las de iniciativa privada.

De hecho, un informe del Banco Europeo alertaba del más que evidente riesgo de que España pudiera perder fondos por la imposibilidad material de ejecutar todas las obras planificadas.

Hay que sumar, además, otro problema a mayores, y es que muchos de estos proyectos se planificaron y presupuestaron o antes o durante la pandemia, y la escasez de materiales, tanto los de fabricación nacional como los del extranjero, han experimentado un fuerte incremento de precio, lo que hace que el margen de beneficio de unas empresas que han ofertado a la baja para hacerse con el contrato, sea cada vez más estrecho, y una penalización por retraso, lo elimine o haga entrar en pérdidas.

Todo ello, sin olvidar un problema que también afecta al conjunto de los ciudadanos y las empresas; el incremento del precio de la energía, que también encarece los costes de producción de los productos y la realización material de los trabajos. Una cuestión de muy difícil encaje económico.

Precios
Hasta el doble

··· Además de los proyectos de reurbanización como en el Hórreo y Concheiros, en la ciudad están actualmente en marcha cerca de medio centenar de obras solo del Ayuntamiento, sin olvidar las campañas de mejora del asfalto y supresión de barreras. Aparte, la Xunta también está completando las reformas para la adecuación de la entrada de los Caminos en la ciudad.

··· El coste de algunos materiales básicos, como la piedra, la madera o la pizarra, han incrementado su precio tras la crisis en un 68, 125 y el 56 % respectivamente.

Bugallo reconoce que él es “más clásico” y no le convence la catenaria de Concheiros

Santiago. La última de las polémicas sobre las obras de la rúa dos Concheiros se refiere al sistema de iluminación, que tanto en la zona del nudo como en la rúa consistirá en un cable, una catenaria colocada a gran altura por el centro, del que irán colgando las sucesivas lámparas. En la zona del cruce con Fontiñas la colocación ya está muy avanzada, pero en Concheiros de momento solo está el cable, y como no podía ser menos en una obra que ha dado tanto de que hablar, han aparecido muchos detractores.

Entre ellos, el propio alcalde compostelano, Xosé Sánchez Bugallo, quien, tras la información publicada por este periódico, manifestó, en una entrevista en Onda Cero, que es consciente de que se trata de una solución innovadora y confía en que proporcione una buena iluminación a la calle, pero reconoció que sus gustos son más clásicos, del tipo de las farolas de toda la vida. En esa intervención también informó de que se había suspendido la colocación de los contenedores subterráneos de esta calle debido a la aparición de un positivo en covid entre los trabajadores, lo que había obligado a aislar a los operarios que habían tenido contacto con él. Un nuevo contratiempo para una obra que ya ha necesitado dos prórrogas del plazo.

02 dic 2021 / 01:00
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