Compostela continúa sumando visitantes pese al mal tiempo
La lluvia y el viento acompañaron a los turistas en su recorrido por el casco histórico // La Oficina del Peregrino hizo entrega ayer de 440 credenciales
Compostela recupera poco a poco su condición de ciudad turística. Lo demuestra el ligero incremento de visitantes que registra cada fin de semana, tanto de peregrinos que finalizan las etapas de la Ruta Xacobea, como de turistas que se acercan a la ciudad para recorrer sus calles y conocer su patrimonio artístico.
Así fue también estos dos últimos días, con varios grupos haciendo turismo, colas ante la Puerta Santa y caminantes haciendo su entrada en la praza do Obradoiro como fin del Camino.
Una estampa típica de la ciudad que se va recuperando poco a poco, incluso en jornadas lluviosas como la que tuvo lugar ayer, con precipitaciones durante todo el día y temperaturas bajas respecto a lo habitual en esta época del año que, sin embargo, no lograron desanimar a los visitantes que se dejaron ver paseando por las calles del casco histórico inmortalizando sus principales edificios del patrimonio artístico.
Ayer mismo, por la mañana, la Oficina del Peregrino hizo entrega de 381 credenciales a los que habían completado el Camino de Santiago, a los que sumó 59 más de los que llegaron por la tarde solicitando la Compostela tras recorrer más de 100 kilómetros.
Una cifra que queda lejos de las registradas por estas mismas fechas en los Años Santos anteriores, pero que sí pone de manifiesto una clara tendencia al alza de cara a los próximos meses de verano, especialmente con el inicio del período vacacional y el buen tiempo.
··· La hostelería y el comercio de la capital gallega no son ajenas al aumento del número de turistas y peregrinos que visitan la ciudad, subiendo la afluencia de clientes en los bares.
··· Aunque muchos establecimientos hosteleros todavía cierran sus puertas en días festivos, cada vez son más los que permanecen abiertos ofreciendo la gastronomía típica gallega a los visitantes.
··· También el pequeño comercio del casco histórico empieza a recibir visitantes de fuera, que aprovechan para llevarse un recuerdo de la ciudad.