Compostela dispondrá en Boisaca de un segundo tanatorio con incinerador

Santiago contará con un nuevo y amplio tanatorio que incluye horno incinerador previsiblemente antes de fin de año. Se trata de un proyecto que impulsa la conocida empresa Funeraria Apóstol, a solo unos metros del cementerio municipal de Boisaca. De hecho, ya han comenzado las obras de construcción del complejo, en una parcela situada frente al gran aparcamiento del acceso principal al camposanto. Señalan desde la compañía que impulsa la iniciativa que las instalaciones contarán con todos los avances en servicios funerarios.

Así, el tanatorio dispondrá de cinco salas para la velación de fallecidos, además de una amplia capilla para la celebración de las misas exequiales. También estarán dotadas de amplias zonas comunes y una cafetería con el fin de ofrecer la mayor comodidad posible a familiares, amigos y conocidos de los fallecidos en momentos tan difíciles como la última despedida.

Por otro lado, también ofrecerá el servicio de cremación de cadáveres, para lo que contará con un moderno horno de incineración. Las obras, como se aprecia en las imágenes que acompañan esta información, ya están en marcha. De hecho, en la parcela ya se pueden observar los cimientos de lo que va a ser el nuevo edificio. Los operarios trabajan ahora en la construcción de los sótanos. Según fuentes de la compañía promotora, la previsión es que el nuevo tanatorio esté terminado a finales de este año, y que desde entonces entre en servicio para todos los compostelanos y también vecinos del área metropolitana, sobre todo en lo que se refiere al servicio de cremación, puesto que no hay muchos hornos de incineración en la comarca de Compostela.

A solo unos cientos de metros del tanatorio de Boisaca, que también presta el servicio de incineración, desde Funeraria Apóstol explican que las nuevas instalaciones competirán con las de propiedad pública con precios ajustados a las tarifas municipales.

AUMENTO DE LA DEMANDA. Sobre la incineración, cabe recordar que desde el mes de marzo del año pasado, coincidiendo con el inicio de la pandemia, todas las cifras se han visto alteradas en lo que a fallecimientos se refiere; y los tanatorios, que también han sufrido numerosas restricciones de aforo, han experimentado cambios en la prestación de servicios por el COVID. En el municipal de Boisaca, por ejemplo, señalaban en pasado octubre que las incineraciones han subido un 20 % con respecto a un año antes.

NACIONAL. En España la tendencia es similar. Desde la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef) indican que la cremación es ya la opción elegida por casi el 45 % de los fallecidos en nuestro país, y se espera que el aumento de las incineraciones continúe en los próximos años.

Así, detallan que en 2019 el 44,54 % de los fallecidos fueron incinerados frente al 55,46 % que fueron inhumados. Este dato supone un incremento de las incineraciones de 3,32 puntos respecto al año anterior. De hecho, de seguir esta tendencia en la sociedad española, previsiblemente el porcentaje de incineraciones alcanzará el 60 por ciento para 2025. Las principales causas asociadas a este incremento, apuntan desde Panasef, son el menor coste económico que trae consigo, además de un cambio en la mentalidad. Y es que la cremación es bastante más barata que un entierro tradicional, y una opción socialmente bastante más adaptada que hace años.

En los últimos años, algunas capitales de provincia como Málaga o Sevilla han superado el 70% de incineraciones. Esto demuestra que si bien la tasa de incineración sube rápidamente en las localidades que instalan su primer horno crematorio, la velocidad en que lo hacen es superior en zonas urbanas frente a zonas rurales.

Indica la asociación que en España hay más de 440 hornos crematorios y se sitúa como el país de Europa con mayor número de instalaciones de incineración. Además, en línea con la nueva legislación propuesta por la Unión Europea y el compromiso del sector con el medio ambiente, las empresas, a pesar de estar cumpliendo ya los límites que establece la ley, continúan realizando fuertes inversiones instalando y mejorando filtros que minimizan más aún las emisiones a la atmósfera.

RESPETO A LAS CENIZAS. Consciente de que la cremación de los cadáveres está superando ampliamente al viejo rito de la inhumación y enterramiento, más acorde con la tradición cristiana, la Iglesia católica dictó nuevas reglas para esta práctica en octubre de 2016. El entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe presentó un nuevo documento en el que se estableció que la cremación de los difuntos “no es contraria a la doctrina de la Iglesia”. Pese a todo, se dispusieron rígidas reglas relacionadas con la conservación de las cenizas. La instrucción señala que, si se lleva a cabo, “no está permitida la conservación de las cenizas en el hogar”, excepto en “casos de graves y excepcionales circunstancias”, y que en ningún caso “pueden ser divididas entre los diferentes núcleos familiares”.

El texto deja clara la preferencia de la Iglesia católica por la sepultura, pero advierte de que no se debe hacer con las cenizas lo mismo que se hizo en el pasado con las reliquias de los santos.