Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Con las cacerolas a Monte Pío: la hostelería de nuevo en pie por un cierre “injusto”

Los hosteleros compostelanos presentarán una reclamación de responsabilidad patrimonial contra la Xunta // “¿Cómo le explicas a tus hijos que en casa no entra nada de dinero?” // “Una agonía, sin dormir”

Primero fue la sede de la Xunta, después el Obradoiro, posteriormente la Consellería de Sanidade y ahora le ha tocado a Monte Pío, la residencia oficial del presidente Núñez Feijóo. Los hosteleros de la ciudad ya advirtieron a finales del año pasado que no descansarían mientras se aplicasen restricciones que consideran injustas. No van ni dos semanas de nuevo año y ya han vuelto a salir a las calles bajo la petición “levade cazolas, velas e pratos para romper”. Lo hacen con el interior de sus locales cerrado al público, con las terrazas al 50 % hasta las 18.00 h y preguntándose qué será lo siguiente.

Convocados por la asociación principal que agrupa al sector en la ciudad, Hostelería Compostela, unos 200 trabajadores y propietarios han gritado una vez más sus dos principales reivindicaciones: que no se los criminalice por los nuevos contagios y que, de obligarles a cerrar, se les dé una compensación. “Hostalaría Compostela considera absolutamente desproporcionadas estas medidas, cando a incidencia acumulada en Santiago coincide coa media española e cando só se toman contra a hostalaría, mentres que no resto de sectores a mobilidade segue sendo a mesma. O incremento dos positivos durante as festas de Nadal non é responsabilidade do sector”, explican desde la junta directiva.

Esta asociación hostelera de Compostela fue la única de las principales ciudades gallegas que se desmarcó de las ayudas pactadas con la Xunta a finales de 2020, al considerarlas insuficientes. Ayer recordaron que “hai unha alta porcentaxe de axudas sen conceder como, por exemplo, de ata un 90% no caso da Liña de Microempresas da Xunta. Por un valor total de entre 4000 e 5000 euros, anunciouse que se ingresarían metade en decembro e metade en xaneiro pero a día de hoxe aínda non se fixo efectiva ningunha cantidade”.

Por ello, han anunciado que presentarán una reclamación de responsabilidad patrimonial contra la Xunta. Los servicios jurídicos de la asociación estudiarán ahora las condiciones para formularla.

Otra de sus denuncias cada vez que se anuncian nuevas restricciones es la falta de previsión a la hora de aplicarlas. En este último caso, las nuevas medidas fueron anunciadas el pasado viernes por la mañana, y entraron en vigor unas horas después, a las 00.00 h. Los hostaleros llevan meses advirtiendo de que esa poca previsión desemboca en la pérdida del género adquirido. “Non dan marxe de adaptación a elas, co prexuízo que iso supón para os negocios hostaleiros”, explican.

¿Y EL OCIO NOCTURNO? Sin actividad desde agosto, excepto aquellos que pueden abrir como cafetería, los empresarios del ocio nocturno no ven una salida. En las sucesivas medidas que se aplican el toque de queda sigue siempre presente y eso impide su actividad. Según ha denunciado sucesivamente el sector, se sienten los grandes olvidados y se ven abocados al adiós, especialmente quienes pagan alquiler.

La respuesta desde el partido que gobierna la comunidad la ha dado su presidente en Santiago, Borja Verea. El popular afirmó que, además de la pandemia, la prioridad pasa por “axudar e rescatar” al sector hostelero, turístico y del pequeño comercio. Y reconoció que, debido a su tejido económico, la capital gallega “é a cidade máis afectada a nivel económico de toda Galicia e polo tanto onde son máis necesarias as axudas, as solucións de rescate e acompañamento de todas as administracións”.

“¿Cómo le explicas a tus hijos que en casa no entra nada de dinero?”
José Manuel Leobalde es dueño de la Taberna de San Lázaro, Bar Leo y la parrillada O Castro

Santiago. Tiene tres locales en Compostela. Uno de ellos, la Taberna, permanece cerrada. En la parrillada O Castro y en el Bar Leo intenta tirar hacia delante con las mesas de las terrazas, pidiendo clemencia al tiempo de Santiago. José Manuel Leobalde vive plenamente de la hostelería, la misma que le ha proporcionado los ahorros de los que ahora tiene que tirar. “No me da vergüenza decir que debo algún recibo”, explica. Precisamente, esa situación, la de deber algún pago, es la misma que le aleja de las ayudas de la Xunta. Las prestaciones exigen a los hosteleros estar al corriente de pago pero la empresa no resulta fácil.

Tras unas navidades nefastas, suma unas pérdidas del 80 por ciento. “Cómo le explicas a tus hijos que en casa no entra dinero. Es más, tiras de lo que tienes y de préstamos de familiares”, afirma Leobalde. “Es muy complicado venir a trabajar sabiendo que no vas a cobrar”, prosigue. Él tiene una hija de cinco años y cuenta cómo la niña, al verlo tan decaído en los últimos días, le dijo: “Papá, tranquilízate, así estás más tiempo conmigo en casa”. Explicarle la situación que vive a una niña tan pequeña no es sencillo, especialmente cuando no se ve una salida cercana. “Estás perdiendo de lo que tenías pero tus hijos tienen que comer. Mi hijo tiene 21 años y me llama todos los días para decirme que esté tranquilo y que podemos contar con él, cuando antes nunca se tenía que preocupar de estas cosas”, cuenta. Así, ayer fue uno de los que acudió a la manifestación de los hosteleros. Con poca fe ya en la política, no se cree “la situación en la que nos está dejando este país”.

Igual que el resto, no comprende por qué las restricciones se han centrado de nuevo en la hostelería. “Los que toman las decisiones se ve que no se pasaron por los locales en Navidad, porque no había nadie. Así difícilmente puede haber contagios”, expresa. Reconoce que le produce algo de vergüenza responder el teléfono a algún proveedor con el que tiene algún recibo pendiente. El propietario de uno de sus locales le perdonó unos meses el alquiler, “¿pero cómo le voy a pedir más esfuerzos si él tiene un hotel que lleva cerrado desde marzo?”, se lamenta. Por eso, pide soluciones reales, ayudas a las que puedan acceder aquellos que están en peor situación económica. Tras la Navidad, lanza una pregunta a los políticos: “¿Quién contagia ahora? Porque los jóvenes estaban en sus casas”.

“Una agonía, sin dormir. Tiras de ahorros pero estás ya en las últimas”
Pablo Vilas y su mujer tienen el restaurante De Carmen, situado en el barrio de Conxo

Santiago. La semana previa a Nochebuena, Compostela quedó de nuevo perimetrada. Ese nuevo cierre, a las puertas de las fiestas, fue para Pablo Vilas la gota que colmó el vaso. “Ahora que no podemos abrir el interior, tenemos ampliada la almendra, con Ames y Teo. No tiene ningún sentido”, denuncia Pablo quien regenta, junto a su mujer, el restaurante De Carmen, en Conxo. La incertidumbre es lo que más le está afectando: “Al final vives en una agonía y no duermes bien”, cuenta. Igual que muchos de sus compañeros, sigue adelante con los ahorros de muchos años de trabajo. “Vas tirando de ahorros pero estás en las últimas porque los recibos vienen igual. Al final, si antes pagabas 800 euros de luz, ahora la cantidad no se va a reducir hasta 100, igual pagas 700 y algo”, detalla. Para él, los ingresos han caído hasta un 90 por ciento estas navidades.

Su local permanece abierto con tres de las seis mesas que tiene en la terraza. “Pero con este frío, resulta inviable”, asegura. Ofrecen también servicio para llevar, el cual funciona mejor el fin de semana. Sin embargo, entre semana, la cosa cambia. El hecho de que muchas personas teletrabajen, les está restando bastante clientela. Si continúan abiertos es porque son él y su mujer los que trabajan en los locales y no tienen empleados que dependan de ellos. Han podido cobrar las ayudas a hostelería pero, pese a todo, son insuficientes. “Tenemos hijos, hipoteca... y hay que seguir pagando”, afirma. Define como absurdo que se atribuya a la hostelería el incremento de los contagios y denuncia la incoherencia que ve en las medidas. “Llevas tres meses sin cobrar, trabajando a medio gas. En noviembre reabres para salvar la Navidad y pasan unos días y cierran Santiago. Es decir, la gente de O Milladoiro o Bertamiráns no puede entrar a comer aquí”, enumera con indignación.

Asimismo, denuncia la falta de previsión a la hora de aplicar las nuevas restricciones que llevan a los hosteleros a perder el género adquirido, como la carne u otros productos frescos. “En las cafeterías igual hay menos productos que se pierden, pero en los restaurantes hay que tirar la mercancía porque los pedidos están hechos ya”, detalla Pablo Vilas. Pese a una situación que define como ruina, concluye con la esperanza de que todo vaya a mejor “y, por lo menos, que no perdamos el humor”.

“La Bodeguilla de San Roque podría cerrar si la situación sigue así”
Francisco Javier Míguez es el responsable de las bodeguillas: tres locales en Compostela

Santiago. Sus pérdidas superan los 40.000 euros y la situación la define con una sola palabra: “Penosa”. Propietario de tres de los restaurantes más conocidos de Santiago, las bodeguillas –San Lázaro, Santa Marta y San Roque– solo tiene abierto este último local, en el que ofrece comida para llevar. Francisco Javier Míguez lleva más de treinta años con la persiana abierta en la rúa de San Roque, y su local podría tener que cerrar próximamente. Al estar situado en el casco histórico, es el que más depende del turismo. “Llevamos 35 años en San Roque, media vida. Como siga así vamos a tener que cerrar porque aquí estamos al límite. La zona vieja trabaja un 80 % con el turismo porque con los vecinos, cada vez menos, no subsistes”, relata. A esto hay que sumar que seguir adelante solo con las terrazas, y hacerlo además en pleno invierno, se antoja complicado.

Con esa experiencia a sus espaldas, es pregunta obligada si alguna vez había vivido una situación parecida. Recuerda así la crisis de principios de los 90 y, por supuesto, la de 2008, pero ninguna situación como la actual. “Son crisis distintas porque en un batacazo económico puedes hacer algunos reajustes pero ahora no hay forma humana. Está todo el mundo afectado”, incide este hostelero. Sus esperanzas pasan porque la vacuna genere confianza en toda Europa y, con el impulso del Xacobeo, vuelva el turismo a la capital gallega.

Hasta la fecha, ha recibido unos cuatro mil euros en ayudas, lo cual le resulta insuficiente teniendo en cuenta su volumen de personal, que roza el medio centenar. “Hay que pagar el alquiler, los seguros correspondientes... No dejan de cobrarte”, afirma mientras espera no tener que afrontar en abril el pago de las líneas ICO de hace un año. Eso si no tiene que volver a pedir los préstamos. Mientras, se pregunta por qué se ha puesto la lupa de nuevo sobre los hosteleros. Recuerda cómo hace unos días se asombró con las aglomeraciones vistas en alguna tienda de ropa, “sin distancias de seguridad, todos pegados, es muy duro ver que somos nosotros los que pagamos el pato”.

Nos atiende poco antes de acudir a la manifestación del sector en Monte Pío, a la que no faltó “porque hay que hacer ruido” con la esperanza de que su mensaje y sus reivindicaciones sean escuchadas por la clase política. Es la quinta gran manifestación del sector en la ciudad.

12 ene 2021 / 00:00
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
TEMAS
Tema marcado como favorito
Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.