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Confesiones y misas con mascarilla, menos aforo y sin coros

La obra se enmarca en el plan de valorización de espacios religiosos y del patrimonio

El Arzobispado de Santiago acaba de hacer pública una nueva normativa dirigida a afrontar pastoralmente la crisis sanitaria del coronavirus. Así, desde el órgano de gobierno de la Diócesis instan a las parroquias a adoptar todas las medidas de prevención posibles. Se estipula que antes de la apertura de los templos al público se deben limpiar y desinfectar las superficies que hayan sido utilizadas recientemente; así como aislar retablos, imágenes y objetos artísticos para que no sean tocados ni besados.

Quien se encargue de iglesias y capillas debe calcular el aforo del templo en orden a regular la asistencia garantizando la distancia de dos metros entre las personas y una ocupación de 1/3 en fase 1 y 50 % en la 2. También se debe organizar un servicio de orden y limpieza que controle la ocupación y que proceda a limpiar y desinfectar las superficies que hayan sido usadas. Además, deberán dar a conocer a los fieles las medidas que se están tomando para su seguridad.

En cualquier oratorio es obligatorio el uso de mascarillas para las personas mayores y en riesgo, mantener vacías las pilas del agua bendita, tener las puertas abiertas tanto al entrar como al salir. Se contempla la entrada libre hasta completar el aforo máximo permitido en cada fase. En los casos de bautismos, comuniones, bodas, exequias y funerales de aniversario, serán las familias las que asuman el control del aforo, incluso comprometiéndose por escrito. Hasta nuevo aviso, indican desde el Arzobispado, quedan suprimidas las procesiones.

En cuanto a la celebración del sacramento de la Eucaristía, allí donde no sea posible una celebración digna, los párrocos invitarán a los fieles a acudir al centro de la Unidad Pastoral. Se deben evitar los coros y repartir hojas de cantos, ni otro tipo de documentos de papel.

Para la colecta, se situará el cestillo cerca de la puerta de salida; mientras que el sacerdote celebrante desinfectará sus manos al empezar el canon de la misa y los demás ministros de la comunión, antes de distribuirla. Dar la paz se sustituye por un gesto.

Para la distribución de la comunión, con el apoyo del servicio del orden, se organizarán las filas guardando la distancia, evitando el roce entre las personas y caminando en una única dirección, yendo por el pasillo del centro y retornando por los laterales. Se recomienda recibir la comunión en la mano en lugar de en la boca.

Para las confesiones se ha de escoger un espacio amplio, guardar la distancia de seguridad asegurando la confidencialidad y colocarse mascarilla confesor y penitente. La distancia podría disminuirse colocando una mampara de metacrilato entre ambos. Al concluir el encuentro se procederá a limpiar las manos y la superficie de objetos con los que se ha estado en contacto.

En cuanto al sacramento de la Unción de Enfermos se hará por el rito breve, valiéndose de un algodón o bastoncillo de un solo uso. A poder ser, se encargarán los curas jóvenes de hacerlo. En todo caso, para atender a los enfermos de coronavirus es necesario el uso de bata, guantes, mascarilla y pantalla protectora que se han de desinfectar después de cada uso.

Reparan el tejado del palacio arzobispal para frenar las goteras

Santiago. Además de la Catedral, el palacio arzobispal, residencia oficial del titular de la Mitra compostelana, monseñor Julián Barrio, también está siendo sometido a un proceso de restauración. Hace semanas fueron instalados varios andamios en el edificio, ubicado en la plaza de la Inmaculada, de cara a ejecutar un proceso de rehabilitación de las cubiertas, muy deterioradas. Tal y como confirmaron fuentes oficiales del Arzobispado, la actuación tiene como objetivo acabar con las filtraciones que afectan al interior del palacete y está enmarcada en el del Plan de valorización de espacios religiosos y puesta en valor del patrimonio.

El inmueble alberga nobles estancias, como el salón del trono o el de retratos, si bien el arzobispo reside en un pequeño apartamento dentro del palacio que fue habilitado en la época por monseñor Antonio María Rouco Varela. El resto de salones se utilizan solo para actos de carácter institucional y de manera muy ocasional.

Por otra parte, continúan a toda máquina las obras de restauración de la Catedral. Aunque a consecuencia del parón por la crisis sanitaria del coronaviris no estarán finalizadas para el inicio del Año Santo, como estaba previsto, todos los esfuerzos se centran en finalizar antes del 31 de diciembre, cuando se abrirá la Puerta Santa, la restauración de los interiores, de manera que se pueda recuperar el culto. La rehabilitación de las tres naves y la Capilla Mayor avanza a la par con la recuperación de las cubiertas pétreas.

Los operarios también avanzan en la restauración de la escalinata de la fachada del Obradoiro y la rejería, así como en la cripta. Por otro lado, se trabaja en el frontispicio de A Quintana, que cobrará un protagonismo especial en 2021 puesto que es donde se encuentra la Puerta Santa. El claustro ocupa otra de las líneas de trabajo. Por el momento, se avanza en su fachada exterior de Platerías y también en la zona interior y las cubiertas. El conselleiro de Cultura e Turismo, Román Rodríguez, indicó que no será posible rematar la restauración de algunas partes exteriores, como la torre de la Vela, antes de 2021.

05 may 2020 / 23:23
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