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ENTREVISTA
MONS. FRANCISCO JOSÉ PRIETO FERNÁNDEZ Obispo auxiliar electo de Santiago

“Cuando el nuncio me reveló que sería obispo sentí temor”

“Los laicos no deben ser un objeto pasivo de la acción pastoral de la Iglesia: han de tener un papel propio, autónomo y protagonista”

La Santa Sede hacía público ayer, a las 12.00 horas, el nombramiento de Francisco José Prieto Fernández como nuevo obispo auxiliar de Santiago de Compostela. Natural de Ourense y de 52 años, fue ordenado sacerdote en 1993 en la ciudad de las Burgas, donde ha desarrollado su ministerio sacerdotal. Es licenciado en Teología Patrística por la prestigiosa Universidad Pontificia Gregoriana de Roma; y doctor en Teología Bíblica por la de Salamanca. Tras su elección por parte del papa Francisco, el próximo 10 de abril, sábado, recibirá la consagración episcopal en la Catedral de Santiago.

En primer lugar, muchas felicidades por su nuevo ministerio.

Muchas gracias, de verdad.

¿Cuál fue su primera sensación cuando el nuncio del papa le comunicó su nombramiento como obispo auxiliar de Santiago?

La primera sensación fue sorpresa, desconcierto, ante una misión que te pide la Iglesia, a través del papa Francisco. Y temor, también, no cabe duda, ante una tarea que, efectivamente, desborda muchas veces nuestras capacidades. Es una mezcla de emociones la que se siente cuando uno recibe la llamada del nuncio y te comunica la noticia. Son muchas cosas las que pasan por la cabeza en ese momento, que abre la puerta a un horizonte inesperado.

¿Lo sabía ya desde hacía mucho tiempo o fue una sorpresa?

No, no. La llamada del nuncio suele producirse unos nueve o diez días antes de hacerse público. Lo que pasa es que son unos días en los que uno está bajo secreto pontificio, lo cual permite tener una cierta tranquilidad, pero a la vez acumular también un cierto nerviosismo, porque estás viviendo algo que va a cambiar tu vida como sacerdote. Y claro, también produce emocionalmente unos días intensos, no cabe duda.

Es de Ourense, donde tienen un obispo de la Archidiócesis de Santiago. Ahora un ourensano será obispo en la de Compostela...

Efectivamente, don Leonardo Lemos ha venido de esa Iglesia hermana de Santiago de Compostela, que ahora también es la mía.

¿Tenía ya algún tipo de vínculo con Santiago?

El único que yo tenía hasta ahora era con el Instituto Teológico Compostelano. Estos últimos tres años he sido profesor en este centro. Precisamente, hubiera comenzado ahora, en el segundo cuatrimestre del curso, las clases en el bienio de Teología Fundamental. Y luego tenía un entorno de gente conocida: profesores y responsables del ITC.

¿Y a monseñor Barrio lo conocía?

Durante estos años también he sido vicario episcopal de Nueva Evangelización con don Leonardo, lo que también me ha permitido participar en algunos encuentros a nivel Galicia, e incluso en algunas jornadas de Teología de las que se celebran en septiembre en el ITC... De alguna manera, sí que conocía a don Julián; y sí, él tenía noticias mías de haberme conocido, de haberme saludado.

¿Tuvo la oportunidad de hablar ya con él tras el nombramiento?

Sí, me ha llamado estos días, en ese secreto bajo el que estábamos, para agradecerme la aceptación, para mostrarme ya su acogida y para manifestarme que ahí está la Iglesia de Santiago esperándome y con ganas de acogerme en la tarea que a mí me toca, que es la de obispo auxiliar: auxiliarlo a él en su tarea como arzobispo y a la Archidiócesis. Fue una conversación breve, pero suficiente para saludarnos y para decirnos el uno al otro: aquí estamos.

¿Cuándo tiene pensado hacer su primera visita a Santiago?

Hemos pensado que la ordenación episcopal podría celebrarse el sábado 10 de abril, dadas las circunstancias en las que estamos por la pandemia: los cierres perimetrales y otras restricciones de movilidad. A partir de ahí, trataremos de mantener una conversación telefónica o ver las posibilidades de acudir yo a Santiago estos días, porque siempre hay ciertas cosas que hablar presencialmente con el que será mi arzobispo a partir de ahora.

¿Se ordenará en la Catedral de la ciudad del Apóstol?

Indudablemente. Me ordenaré en esa magnífica y recién restaurada Catedral, que hasta ahora solo he podido conocer a través de las imágenes de televisión de la ceremonia de apertura de la Puerta Santa.

¿Le consagrará monseñor Barrio?

Entiendo que sí. No me atrevo a decirlo... pero entiendo que será el arzobispo quien ordene a su nuevo obispo auxiliar.

Es usted biblista, una de las especialidades más complejas de la Teología, según los expertos...

Bueno, mi campo es el de la Teología Patrística, que es la que estudia la literatura cristiana de los primeros siglos: los padres de la Iglesia. Pero eso me ha ido llevando, con los años de docencia, hacia el campo bíblico. Y eso me ha ido abriendo a una rica realidad de estudios.

¿Sabe ya cuál va a ser su lema episcopal?

Todavía no lo tengo preciso. Es una de esas cosas que uno tiene que decidir, pero aún no lo tengo claro. Me imagino que estos días me irán aconsejando... Porque en esto de ser obispo no hay un manual, uno va aprendiendo en el día a día...

Hasta ahora en Ourense era vicario de Nueva Evangelización. Este es un reto muy grande de la Iglesia...

Lo es. Al que se suman ahora las circunstancias derivadas de la pandemia que estamos viviendo en su momento más crudo. Se habla de nueva normalidad... Yo creo que volveremos a una situación normal que no va a ser lo mismo; y que también va a afectar a la vida eclesial y pastoral como ha afectado a la vida social en general. Ahí tenemos un reto muy grande también: cómo a partir de ahora se va a vivir la pastoral en nuestras parroquias con las limitaciones que tenemos.

¿Es más de ciudad o de rural?

Nací en Ourense mismo, pero tengo raíces por parte de mi madre en la zona de montaña ourensana; y también tengo raíces en Zamora por parte de mi padre. Mi vida ha sido más de ciudad, pero también he tenido la oportunidad de conocer los veranos en el pueblo de mi madre; y he tenido durante algún tiempo parroquias en el rural.

Sabe que aquí le espera mucho trabajo: una Diócesis con más de mil parroquias y el Año Santo...

Efectivamente, geográficamente es una Archidiócesis muy extensa, con un arco atlántico que abarca esas bellísimas costas y rías; y con una notable presencia de villas, de pueblos, además de las tres ciudades. Poquito a poco uno tendrá que ir conociendo y situándose. Va a requerir ojos bien abiertos y corazón para ir acogiendo a sus gentes.

Y la llegada de peregrinos...

Claro, y en este Año Santo, además, mi condición de obispo auxiliar va a estar muy ligada a la acogida de los peregrinos. Esperemos que poco a poco se vaya posibilitando una normalidad para la llegada de los peregrinos a través de todos los Caminos que convergen en la Puerta Santa de la Catedral.

¿Cuál cree que debe ser el papel de los laicos en la Diócesis?

Debe ser un papel principal, protagonista. El laico, en su condición de cristiano bautizado, no debe ser un objeto pasivo de la acción pastoral de la Iglesia, sino que debe tener un papel propio, que tendremos que potenciar y ayudar. Debemos continuar con la Escuela de Agentes de Pastoral, que es fruto del Sínodo Diocesano de Santiago. Si cualquier tarea en la vida social precisa formación, también el compromiso de nuestros laicos en la vida pastoral de la Iglesia la necesita, para que tengan esa autonomía y protagonismo.

¿Por qué cree que le eligió a usted el papa Francisco?

Pues no lo sabría decir. Cuando te llaman te mencionan tus cualidades... Pero en este momento, y lo digo en serio, uno es solo consciente de sus limitaciones. Me imagino que buscan un perfil... Es difícil de responder la pregunta. Pero me imagino que buscan sobre todo sacerdotes dispuestos a servir y ayudar.

¿Es afín a la línea de Francisco?

Indudablemente. Mi comunión como sacerdote con el papa, con su ministerio y con todo lo que Francisco nos está proponiendo, sobre todo desde su exhortación apostólica programática, La alegría del Evangelio, con la que él quiere que caminemos en el horizonte de la Iglesia en este tercer milenio, es firme. Y ahora, desde el ministerio episcopal mi comunión con el papa Francisco es indiscutiblemente íntima y cercana. El papa es el sucesor de Pedro que el Espíritu regala a la Iglesia en cada momento. Y este es el papa que la Iglesia en este momento necesita. Ahí estaremos como obispo tratando de hacer realidad esa Iglesia en salida. Va a suponer por mi parte una dedicación plena.

Le toca hacer las maletas ahora, ¿le apetece mudarse de ciudad?

Sí, claro. Ahora empezaré a planificar la mudanza. Aunque también reconozco que la cercanía de Ourense con Santiago facilita las cosas a la hora de estos traslados. No cabe duda de que uno tiene que llevarse esa parte de lo que uno es y también las cosas que nos suelen acompañar: enseres personales, la biblioteca... Poco a poco.

¿Vendrá solo o con su familia?

Viviré solo. Mi familia reside aquí en Ourense, donde trabaja: mi hermano, mis sobrinos... Pero estaremos muy cerca, a una horita en coche, y menos en AVE. Estamos muy cerca unos de otros.

¿Algún reto que se marque para su nuevo ministerio?

Decir un reto concreto ahora es difícil, pero tengo claro que trataré de dar lo mejor de mí mismo, lo que yo pueda servir, ayudar y acompañar a toda esa rica y hermosa realidad de la Iglesia de Santiago. Y luego poco a poco iré conociendo de la mano de don Julián y sus colaboradores los retos concretos.

Felicitación

MONSEÑOR BARRIO, arzobispo de Santiago, manifestó ayer su felicitación a monseñor Prieto por su nombramiento como obispo auxiliar. “Para nosotros es motivo de agradecimiento y de alegría”, señaló, a la vez que remarcó su gratitud al papa Francisco por “esta ayuda” y también a su nuncio en España, “que agilizó todos los trámites para llevar a efecto este nombramiento”; así como al nuevo obispo, “por su generosidad y disponibilidad a la hora de aceptar esta misión”.

29 ene 2021 / 00:00
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