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Cuando una mañana de ‘Néboa’ se convirtió en fusión de arte y música

Néboa es un quinteto gallego-portugués formado por Susana Nunes, Jacobo García Lafuente, Tomás Porteiro Abuín, Sandra Pérez Míguez y Lucas de Centi. Se trata de una propuesta musical que combina la música tradicional gallega y la canción de autor con el pop alternativo y la indietrónica.

Descubrimos en ellos un pop-folk con toques de electrónica. En 2021 ganaron el Premio MIN a Mejor disco en gallego. Su primer álbum A realidade enganosa fue publicado en 2020, y en la primavera de este año sacaron a la luz su nuevo EP Fósforo. Sus conciertos en directo se viven rodeados de sintetizadores, guitarras, marimbas, percusiones tradicionales y hasta tres voces que cantan en gallego y portugués. Lucas atiende a EL CORREO GALLEGO.

¿Por qué os llamáis Néboa?

Néboa es un nombre que se le ocurrió a Aloia, nuestra anterior cantante. Un día se despertó en Catoira con una gran niebla -eso pasa mucho en zonas cerca de los ríos- pensando en el grupo porque teníamos que ensayar y esa mañana dijo: “Néboa es una palabra bonita”, así de fácil.

¿Qué pretendéis transmitir con vuestra música?

No es algo que nos propongamos cuando estamos escribiendo canciones o ensayando. No estamos centrados en qué vamos a transmitir, lo único que pensamos es si nos gusta o no. Imagínate, si una canción es especialmente rítmica y nosotros sentimos que puede conseguir que alguien mueva un poco el culo. Nos preocupamos más porque eso funcione, que las ideas que estamos transmitiendo, porque al final eso no depende de nosotros.

Yo por lo menos a la hora de hacer gran parte de las canciones me baso en los elementos puramente musicales, es decir, cuando la melodía, la armonía o el ritmo son más potentes, y claro que me preocupo en lo que digo en las letras. Sin embargo, siempre es un todo, la letra puede ser muy buena pero si la melodía es una cagada, no va a funcionar.

¿Cómo es el proceso de composición?

Yo no tengo ningún proceso. Muchas veces el primer impulso para hacer una canción es tratar de copiar otra que me gusta, así de claro, o incluso algún tipo de melodía que empiezo a mezclarla con herramientas de ahora. No hay un método cerrado, lo que sí pasa es que cuando la idea inicial está construida, la comparto con el grupo y entre todos trabajamos. En otros casos es Tomás o Susana -la cantante actual – quien dice: “Todo esto no funciona, aquí hay que retomar desde el principio”.

¿Qué grupos te inspiran?

En el último EP, en Fósforo hay un montón de copias a muchos grupos. Plagios descarados a James Blake, Tom Yorke y luego ideas de gente que admiramos como Malandrómeda, o incluso Antía Ameixeiras, que participa en el disco . Si yo no hubiera escuchado como ella canta en su anterior trabajo, en Caamaño & Ameixeiras, yo probablemente, y nosotros como Néboa, no hubiéramos hecho la balada que ella interpreta de esa forma. Resumiendo, Antía nos inspiró para llevar la canción a ese terreno.

¿Se podría decir que el talento os retroalimenta unos a otros? A lo mejor nosotros se los robamos a otros, no sé si alimentamos a alguien... (risas).

¿Qué necesitáis para colaborar con otro artista?¿Tenéis preferencias por los gallegos?

No, ninguna preferencia. Se trata simplemente de que nos guste. Lo que sí sucede es que tenemos muy pocas colaboraciones. Tratamos de trabajar con amigos y amigas, esto nos ha sucedido muy pocas veces. Sin embargo, si alguien nos dice que “Nos gusta mucho lo que hacéis, vamos a intentar hacer algo”... y a nosotros nos atrae, interesa o simplemente vemos viabilidad, sí podemos intentarlo. Pero no suele funcionar de este modo. Se estila más cuando existe un compromiso y conoces a una persona y propones colaborar; como es el caso de Antía. Y también el de Joao que intervino en canciones de otros discos . Por eso, es algo que surge de una amistad que se fusiona con la música, antes que otra cosa.

¿A qué canción le tienes más cariño? ¿Y por qué?

No tengo ninguna a la que le tenga mucho más querencia que a otras. Hay algunas que a veces no me apetece tocar. Por ejemplo, Veña a Chuvia y O Descenso, que son del disco anterior. Son canciones que dejamos de interpretar en parte porque lo fui pidiendo yo. Creo que iban hacia un universo más jazzero y ahora mismo en el tipo de concierto que estamos intentando hacer no encajaba demasiado. Era un poco como cortar el rollo y el discurso de todo el concierto. Por eso, se quedaron un poco de lado.

¿Qué consejo le darías a alguien que se está iniciando en el mundo de la música?

Tengo bastantes alumnos y alumnas que están empezando, haciendo sus temas y lo primero que les digo es que no me hagan caso nunca, en ninguno de los consejos que les doy, porque a mí no me ha ido especialmente bien.

A veces me preguntan: “¿Qué te parece esta canción?, mira he hecho esta letra, ¿cómo la ves?”, y yo los escucho y trato de aportarles referencias que quizás ellos aún no han llegado a tener. Cuento con alumnos que van de los doce y trece años hasta los diecinueve. Que me hagan caso en clase y después en la vida, no me apetece. Ese es el único consejo. Porque...¿quién soy yo para dar consejos a nadie?.

¿Sueño por cumplir?

Uno de los más importantes para nosotros era poder editar la música en formato físico y ahora que hemos conseguido el vinilo, el LP. Este EP que acabamos de publicar nos apetece tenerlo también en un formato físico. Y siempre lo digo, tocar en la Quintana y acabar el concierto con el Opening de Dragon Ball GT do Xabarín.

16 ago 2022 / 01:33
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