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ENTREVISTA
José Antonio Vázquez Taín. Magistrado de lo Penal en A Coruña y escritor

“Cuanto más conoces el Camino, más te sorprende y más inexplicable es”

El Museo das Peregrinacións acogió ayer la presentación del libro ‘Más allá y más arriba. (Historias de los primeros peregrinos del Camino de Santiago), del que es autor el poliédrico José Antonio Vázquez Taín, un estudioso de este fenómeno mundial desde que aprobó las oposiciones, en 1999.

El Camino de Santiago es un ser vivo en su nuevo libro, Más allá y más arriba (Espasa). Aparece como una entidad que siente, que habla. Y me pregunto si para llegar a ese punto esa voz le viene por haberlo recorrido o porque se ha nutrido de testimonios, de historia ¿o es una confluencia de todo?

Yo prometí hacerlo si aprobaba las oposiciones. La primera vez que lo hice fue en 1999, y para mí se convirtió en una obsesión en cuanto a la curiosidad por saber qué había detrás de una ruta que tiene 1.200 años.

He tenido la suerte de hacer el Camino Francés en cinco ocasiones, tanto solo como con mi esposa como con toda mi familia (hermanos, padres, cuñados...). Además también hice el Camino Inglés el año pasado con chavales que estaban en centros de internamiento. Y también el Portugués, con Carlos Herrera. Desde el año 99, he estado recopilando documentación porque me pica la curiosidad de saber quién puede estar ahí enterrado y, sobre todo, de entender este fenómeno tan universal como esta peregrinación.

¿Tiene alguna teoría de cómo pudo originarse, ya que el protagonista no lo recuerda?

En los orígenes del Camino de Santiago, casi todo lo que se decía –por eso sentía la necesidad de escribir un libro sobre la historia del Camino– son tópicos. Y parece que porque se haya descubierto la tumba del Apóstol ya se va a hacer una ruta de peregrinación y ya todo el mundo va a venir a Compostela.

En el siglo IX, cuando se descubre la tumba, que se le atribuye enseguida al Apóstol Santiago, prácticamente toda la península Ibérica estaba dominada por los musulmanes; con lo cual, ningún europeo se iba a atrever a cruzar un territorio tan hostil. Pero no fue esa la única dificultad. Roma se negaba a reconocer que aquí hubiera entrado un apóstol, y hubo muchísimos problemas. Incluso, en 997 Almanzor arrasó la ciudad y destruyó incluso la iglesia, solo respetó la tumba (y también en el libro explico por qué).

Por eso vi la necesidad de escribir este libro porque muchas veces recurrir a símbolos mitológicos o al misticismo le quita el verdadero milagro. Es decir, para mí es mucho más difícil entender desde el punto de vista histórico todas las dificultades que ha tenido que solventar el Camino de Santiago, es mucho más milagroso que decir que alguien vio unas luces que caían del cielo y hubo un mensaje de Dios.

Supongo que, como todo, esconde algún secreto. ¿Alguna mentira también?

No, a ver, lo que nadie puede negar es que bajo la Catedral de Santiago hay una tumba de un santo cristiano del siglo I. Quizá sea difícil de entender la dimensión. Hasta el año 75 no nace la religión cristiana como la entendemos ahora, y que en tan poco tiempo un santo se haya aparecido a miles de kilómetros, cuando las comunicaciones eran casi inexistentes... eso es un milagro de por sí.

El Camino de Santiago está lleno de magia, de mística y también de milagros que son muy difíciles de explicar. Y desde la ciencia son sorprendentes.

Hay una teoría que defiende que en la tumba no está el Apóstol Santiago, sino Prisciliano, y está respaldada por Otero Pedrayo, Unamuno, Xosé Chao, J.J Benítez... Yo sé que como buen juez se ciñe a los hechos... a la historia...

Es imposible llegar a una conclusión probada, por decirlo de alguna manera. Hay dos elementos que lo impiden. El primero: lo que el cristianismo medieval entendía por ‘reliquias’ no es el concepto que tenemos ahora. En el libro cuento lo que es. En Roma, por ejemplo, hay tres cabezas del Apóstol San Pablo. El problema es que en la Edad Media, a partir del siglo IV, empezaron a considerarse reliquias aquello que simbolizaba algo. Entonces, reconocer como reliquia una cosa no significaba que allí estuviera. Y eso nos impide ver si la documentación que se manejó desde el principio era relativa a una reliquia imaginaria o real.

En segundo lugar: lo que sí es cierto es que la tumba tiene una inscripción, una lápida de piedra en donde se explica quién fue la primera ocupante de esa tumba, y era la sobrina de la Reina Loba que existió en el año 60, justo en la época en la que falleció el Apóstol Santiago.

Prisciliano muere en el 300. Entender que una tumba permanece vacía y a disposición del cristianismo durante cuatro siglos, también es bastante difícil de entender. Los que afirman una y otra cosa son conscientes de que lo que defienden son hipótesis. Certeza no tenemos casi ninguna. Prisciliano fue decapitado, pero en una época en la que todo se documentaba.

Señoría, tenemos varios Caminos y cada cual seguro que tiene su propia vida, pero todos confluyen al final en el mismo destino. ¿Cómo definiría, en pocas palabras, cada uno de ellos?

En el libro digo que el Camino de Santiago es cualquier celda que algún día un peregrino recorrió para llegar a Compostela. Es algo vivo, no podemos resumirlo en un mapa. Cada persona que decide hacerlo, hace un Camino de Santiago nuevo, ya sea por mar, por tierra o por aire.

Me decía al principio de la entrevista que en el año 1999 cumplió la promesa de recorrerlo. Y se ve que la experiencia fue gratificante, pero ¿quién le contagió la pasión por el Camino de Santiago: la Iglesia, la propia experiencia, la historia?

La iglesia de Santiago es el culmen. El Camino en sí mismo es un análisis introspectivo. Las horas que pasas solo te obligan a recapacitar, vas examinando tu vida y por eso lo recorre gente de toda condición, de todo el mundo y lo reconocen diferentes religiones.

¿Diría que ve el Camino como un negocio?

Sí, lo es, no podemos imaginarnos hasta qué nivel. Es un negocio de turismo cultural que todavía no está bien dimensionado.

¿Cómo surgió que el periodista Carlos Herrera fuera su prologuista? Sé que se conocen y que han compartido el Camino Portugués, pero tengo curiosidad por saber cómo comenzó esto. Además, imagino que su apoyo tiene mucho tirón entre sus seguidores y puede asegurarle un buen número de lectores, lo cual es fantástico.

(Sonríe). La idea surge precisamente porque estamos haciendo el Camino Portugués, en donde le relato que estoy muy orgulloso de este libro, le cuento detalles del mismo y, debido a la amistad que nos une, se ofreció generosamente sin leerlo. Y me dijo: ‘ Ya te digo que quiero prologarlo yo. Mándamelo y salvo que sea un bodrio, lo voy hacer’ (risas). La verdad es que sorprende muchísimo en gente como Carlos, que es una persona con una vida intensa, y encima lleva 17 años seguidos en los que al menos cinco días al año los reserva para hacer él solo el Camino. Luego permite que se una más gente. Hizo el más difícil, que es el del País Vasco por la costa, y sigue intentando hacer otros caminos. Solo le falta el Inglés y ya le dije que le haré de anfitrión en Ferrol y en Coruña, porque ¡es precioso!

¿La escritura le ayuda a relajarse? ¿Porque... cómo es posible que saque tiempo para impartir justicia y escribir libros teniendo en cuenta que para ambas facetas, muy difíciles, se necesita también mucho tiempo?

La verdad es que requiere mucha concentración. Tengo la suerte de tener la facilidad de concentrarme en aquello que hago, soy capaz de terminar una sentencia y a los cinco minutos está escribiendo un libro. La sensación que quizá me quedo desde la oposición es que si no estoy haciendo algo productivo, tengo sensación de culpabilidad. Entonces, todas las horas del día tengo que estar haciendo algo, porque si no me siento vacío.

De todos modos tengo que reconocer que este libro sería imposible sin la pandemia. Esta es una novela histórica a lo largo de cuatro siglos. Todos los datos que aparecen son ciertos, reales y comprobados y la fuente medieval es de la que se recogen.

Todavía creo que me falta mucho por descubrir. Todo manual que me voy encontrando aunque sea raro lo voy acumulando. Esta es una labor que comencé en 1999 . ¡Ah! Y por cierto, hay que resaltar que la historia del Camino es la historia de cómo se formó Europa...

... Y es que a lo mejor el origen de Europa lo tenemos más cerca de lo que pensamos. Lee este libro y te sorprenderás.

Prólogo de Carlos Herrera

“Como si se tratase de una pausada velada de las que se disfrutan en los mesones y albergues del itinerario que lleva a Santiago, el autor nos propone una serie de relatos, en forma de historia novelada, en los que el propio Camino de Santiago, en primera persona, se abre en íntima confidencia a narrarnos sus orígenes. Tras confesarnos que su alma la constituyen los caminantes que lo recorren, el Camino nos revela, por medio de las experiencias vividas por estos en sus sendas, las dificultades de sus orígenes, los constantes cambios que vivió en los primeros siglos de su existencia y cómo protagonistas anónimos y conocidos le dieron forma y esencia. Como el ídolo admirado que nos muestra su parte humana, este excepcional narrador nos cautiva con sus secretos, al tiempo que nos descubre cómo un fenómeno religioso se convierte en eterno y universal”.

20 nov 2020 / 00:00
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