Dudosos cambios para corregir los problemas del nudo de Concheiros

Avanzan las semanas y el famoso nudo de Concheiros sigue dando que hablar a propios y extraños. Cada día se viven en este punto infracciones continuas que ponen en riesgo, sobre todo, la seguridad de los peatones. El renovado estilo que se le intentó dar a una de las vías con mayor volumen de tráfico de toda la capital gallega no funciona, por lo que se han comenzado a tomar decisiones. Sin embargo, los cambios proyectados alimentan nuevas polémicas.

De este modo, hasta la fecha, bastaban quince minutos en el espacio para comprobar las cafradas varias que tenían lugar. Coches circulando en la dirección contraria, automóviles entrando a la vía principal por encima del paso de peatones del suelo, giros de 180 grados dentro de la plaza o autos pasando por las áreas ajardinadas eran sólo algunas de las atrocidades cometidas.

Con el propósito de ponerles remedio, este pasado fin de semana, apostando por un línea más clásica, y dejando a un lado la versión estética de la famosa plaza semipeatonal, la Xunta de Galicia, ejecutora de la obra, encargó a la firma adjudicataria el pintado de las líneas continuas que delimitan el espacio interior para ambos sentidos de la marcha, así como la colocación de una pequeña señal indicando el movimiento a seguir.

Asimismo, se marcó la franja discontinua que permite a los vehículos acceder hacia la rúa Fonte dos Concheiros por el lado izquierdo y se ha puesto una valla con un prohibido en el derecho (pegado a las edificaciones), para evitar malas intenciones.

Asimismo, se han dibujado en el suelo unos puntitos que marcan la senda a seguir por los autos, tanto para bajar hacia Rúa de Berlín como para salir de Concheiros, y es en esta última actuación en la que saltan las incongruencias.

En este sentido, una de los movimientos que pone más en jaque la integridad de los viandantes son los coches que, subiendo por la vía de servicio de la Avenida de Lugo, procedentes de Concheiros o incluso subiendo por Fontiñas y maniobrando entre las zonas ajardinadas, pasan por encima de los semáforos instalados en el suelo, esos que están destinados a que los caminantes esperen junto a ellos.

Se reiteró que la entrada directa al nudo estaba prohibida, puesto que para ello estaban preparadas las vías paralelas. Pues bien, ahora, accediendo desde la calle de las obras interminables, se entra a la plazoleta por encima del semáforo. Allí se ha colocado un ceda el paso provisional y unas líneas para que esperen los vehículos, todo ello encima del punto de espera para peatones.

Cabe preguntarse si este nuevo sinsentido será el comienzo de otras grandes modificaciones en el lugar o si se pretende que sea ya la solución definitiva. En todo caso, si los vecinos estaban esperando el manual de instrucciones para entender el original espacio, quizás este también sería útil para los que van al volante.