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{ LAS 1001 CARAS DE COMPOSTELA }

"Santiago se apagó, paseas por la calle y no hay nadie"

Andrés Suárez llenará hoy y mañana la Capitol // Desde el éxito reivindica la figura del artista de rúa

Andrés Suárez toca hoy y mañana en la sala Capitol con el cartel de completo colgado. Número uno con su disco Desde una ventana y cantautor consolidado, a pesar de saborear las mieles del éxito el ferrolano no se olvida de sus comienzos y reinvindica la figura de los músicos callejeros. Lo hace predicando con el ejemplo: subiendo al escenario de la Capitol a Álvaro Iglesias, un joven compostelano que suele cantar con su guitarra en el arco de Xelmírez y que, en palabras de Ándrés Suárez, "en cinco años llenará salas".

"En mi trabajo te aplauden cada tres minutos y eso es una mierda absoluta. En la calle y en el metro no te aplaude nadie, porque la gente tiene prisa y tienes que ganarte el aplauso. Estuve hace poco en Dublín y subí al escenario a un artista callejero. Me contó que él vive excelentemente bien de tocar en la calle. En España, los políticos, del bando que tu quieras, nos han dado a entender que un músico callejero es un mendigo que pide limosna, cuando es un artista que trabaja en la calle", afirma Andrés, que comenzó su carrera tocando en la calle y bares de Compostela.

De ahí que pusiera en marcha la iniciativa #abriendoventas para que artistas callejeros de todo el país compartieran escenario con él. En el caso de Santiago lo hará con Álvaro Iglesias, un joven de 24 años, que deslumbró al ferrolano con su talento. "Este tío en cinco años va a llenar las salas y auditorios que le de la gana. Es talento puro, está tocando en la calle y es un artista como la copa de un pino. Ya que los políticos no sitúan a los músicos callejeros en su lugar, si yo puedo echarle una mano a alguien como me la echaron a mí, será un honor".

Andrés Suárez sabe muy bien de lo que habla y no se olvida de lo que Compostela significó para él. "Yo se lo debo todo, en paz descansen, a José y Carmen, del Fontesequelo. Llegué con 18 años a Santiago y les dije a mis padres que venía a estudiar Magisterio musical, aunque ellos sabían que les estaba mintiendo desde el principio. Un martes me presenté en el Fontesequelo, porque me habían hablado de ese lugar. Entré y dije: quiero tocar aquí. Y me respondieron: ahí tienes el escenario, súbete. Estuve tocando todos los martes de ese año por las copas. Fue alucinante, fue la experiencia más hermosa de mi vida", recuerda el cantautor.

El músico se entristece al comprobar que la Compostela que él conoció ya no existe. "Por aquel entonces Santiago era libre, Santiago sonaba y tenía una libertad artística, sexual y creativa. Un lunes había 40 conciertos en locales de la ciudad y no podías caminar por la calle de la gente que había. Yo me fui a Madrid no por voluntad, me fui porque me echaron de Santiago. A mí y a todos los que trabajábamos aquí. Montamos una asociación que se llamaba Santiago non soa, intentando buscar una solución para no molestar a los vecinos, tocando por las tardes, y que no nos dejaran sin trabajo. No sirvió de nada. Compostela se apagó, se cayó y se convirtió en lo que es ahora, un lugar donde hay un bar para tocar cuando antes había cien; y no ves a nadie por la calle un lunes o un martes", dice con cierta melancolía Andrés.

"Ayer por la noche paseé por las calles y se me caían las lágrimas. Me camuflé entre la lluvia, escuchando la reverberación de las gotas en el eco de la piedra, no se escuchaba ni una sola risa. A los responsables les deseo lo peor y a aquel Santiago se lo debo todo. A los hosteleros les debo todo. Santiago era a Galicia lo que Madrid era a España. Era el centro neurálgico de todo", sentencia.

24 ene 2019 / 22:39
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