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Sigue el goteo de cierre de locales con solera en la zona monumental

Casas Chico finaliza hoy una actividad que inició hace 161 años // Tras Bescansa es el negocio más antiguo de la almendra, donde ya no quedan ferreterías // Cada vez hay más carteles de 'Se alquila'

Solo dar un paseo por la zona monumental compostelana ya da una idea clara de que el comercio en esta zona está en declive. Son numerosos los carteles de Cierre por liquidación o Se alquila que pueden verse en multitud de calles, desde la Rúa do Vilar, hasta Cardenal Payá o las plazas de Cervantes y de O Toural.

Tras el reciente cierre de conocidos locales como O Pazo das Musas o La Casa Bonita, tienda de música y de lanas, situados en la Rúa Nova, ahora le toca el turno a la ferretería Casas Chico.

Inaugurado en el año 1858 -solo la farmacia Bescansa es el negocio más antiguo en la ciudad-, el establecimiento localizado en la rúa Casas Reais cierra hoy sus puertas, con lo que ya no queda ninguna con su actividad en la almendra.

A finales de la década de los 50 Enrique Villaverde Piñeiro se puso al frente del negocio hasta su fallecimiento en 2004, momento en que sus hijos Enrique y Dolores asumieron la propiedad. La falta de relevo generacional es una de las claves de la clausura de uno de los negocios más emblemáticos de Santiago caracterizado por su seriedad.

El paso del tiempo hizo que conservara entre sus paredes una magia especial que fue trasladada a numerosos países a través de las fotografías que muchos turistas realizaban tras cruzar su puerta con curiosidad y encontrar un mundo nuevo que mantenía la esencia de antaño.

El futuro del comercio tradicional en la zona monumental es cada vez más oscuro. Revitalizar esta joya arquitectónica no puede ser posible mientras siga descendiendo el número de vecinos. Es necesario ocupar todas las viviendas y para ello habrá que facilitar el modo de vida de unos residentes que se encontrarán con viviendas sin ascensor, una muy deficiente conexión a internet, ausencia de gas ciudad, dificultades para afrontar cualquier tipo de obra, obstáculos para simplemente tirar la basura ya que solo lo pueden hacer desde las nueve de la noche, trabas para llegar con el coche a casa, con solo un supermercado, pocos comercios... Así, la zona vieja parece ser un lugar solo para valientes.

Casas Chico fue viviendo todas esas transformaciones. Lejos quedan aquellos jueves en los que se reforzaba la plantilla para no cerrar a mediodía y tampoco ayudó nada el traslado del mercadillo a Salgueiriños. Cuando los ambulantes se situaban en el entorno de la Plaza de Abastos e incluso en la cuesta de La Salle atraían a clientes que consumían en la zona.

Una de las grandes dificultades que tuvo que soportar la mítica ferretería fue la peatonalización de la almendra. Fue necesario adaptarse y amoldar el inventario. Hubo que descartar las tuberías que compraban pequeños constructores, fue necesario decir adiós a las carretillas por la imposibilidad de trasladarlo a pie y se convirtió en toda una hazaña vender una estufa.

OLVIDO DE RAXOI. Lo cierto es que desde la Administración poca ayuda se presta al comercio tradicional. Es más, el Ayuntamiento otorga unos títulos de Comercio Emblemático pero no se acordó del segundo más antiguo de la ciudad y uno de los que mejor conservó su esencia con piezas en su interior como su mostrador y alguna balanza que se remontan a su inauguración.

Sus dueños cerraron derramando más de una lágrima aunque sabiendo que el sentimentalismo debe dar paso a un establecimiento de hostelería diseñado por el estudio Arquitectos Asociados, que apostará por conservar muchos de los elementos que ofrece un local tan tradicional.

14 abr 2019 / 21:20
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