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EL CORREO descubre en un museo de la ciudad francesa una hermosa y valiosa imagen pétrea medieval que en su día ocupó un lugar relevante en la Basílica de Saint Michel // El santo aparece representado con el libro de los Evangelios, bordón, sombrero jacobeo y con los pies desnudos TEXTO Arturo Reboyras / Burdeos

El Apóstol del siglo XV que recibía a los peregrinos al llegar a Burdeos

Si por algo es famosa en el mundo la ciudad francesa de Burdeos es por sus excelsos vinos, que consiguen conquistar los paladares más exquisitos. Pero si algo ha marcado también en el transcurso de los siglos esta hermosa urbe gala es el fenómeno jacobeo. Y es que desde tiempo inmemorial siempre ha sido lugar de acogida de peregrinos en su Camino hacia Santiago. Precisamente, EL CORREO ha podido descubrir entre sus históricas puertas una pieza que viene a confirmar el fuerte arraigo de la Ruta Jacobeo en estas tierras del sur de Francia. El Museo de Aquitania, uno de los más interesantes que alberga Burdeos, acoge entre su colección permanente una pieza muy significativa para el Camino de Santiago. Se trata de un Apóstol Peregrino que data del siglo XV y que antaño recibía en la iglesia de Saint Michel a los miles caminantes de se dirigían hacia la tumba del Apóstol y Amigo del Señor, en Galicia.

Se trata de una hermosa talla pétrea policromada, cuyo estado de conservación es delicado. La audioguía del Museo de Aquitania, en Burdeos, explica que la iglesia de Saint Michel fue sede de una cofradía de Santiago Apóstol durante siglos, cuya primera mención conocida data de 1404, mientras que en 1446 se construyó una capilla en esta basílica dedicada al patrón de España.

Representado como peregrino, el santo, que muestra sus pies desnudos, está vestido con una túnica larga. Sostiene un libro, pero también el clásico bordón, y lleva un sombrero decorado con conchas. La guía recuerda que fue en el siglo IX cuando se descubrieron las reliquias de Santiago el Mayor, Apóstol de Cristo considerado como el fundador del cristianismo en España; y que muy pronto Compostela se convirtió en meta de peregrinaje.

Con esto, se hace referencia a otra vinculación de las tierras de Burdeos con la España jacobea, puesto que los duques de Aquitania, Guillermo VIII, y luego Guillermo IX, en 1120, participaron activamente en la cruzada contra los musulmanes. Después de 1130, una oleada de peregrinos franceses volvió a Santiago.

EL CAMINO. Burdeos está atravesada de norte a sur por la Vía Turonense, la ruta jacobea más septentrional de Francia. De trazado sencillo, parte de París y, entre llanuras cultivadas, bosques y ríos, llega hasta Saint Jean de Pied de Port, donde se une al Camino Francés para continuar a Santiago, según recoge la publicación Buen Camino.

La más occidental de las cuatro grandes vías jacobeas históricas de Francia en el pasado fue conocida como el Gran Camino, lo cual ya puede dar una idea de cuál era su pujanza. Allí confluían bálticos, escandinavos, flamencos, holandeses, normandos, bretones y los ingleses o irlandeses desembarcados en Dieppe, Dinan, Caen o procedentes del Mont-Saint-Michel, en su mayor parte a través de Bretaña, detalla la Xacopedia.

Descrito con detalle por Aymeric Picaud y defendido con ahínco por René de La Coste-Messelière, el que fue fundador y presidente de la primera asociación europea de Amigos del Camino de Santiago, en el presente es un itinerario que, según los expertos del Camino, “se ve obligado a superar algunas trabas, como la penosa partida de París, la monotonía del paisaje por la meseta poitevina antes y después de Burdeos”.

EN EL ‘CALIXTINO’. El Camino Francés es el resultado de las cuatro grandes rutas jacobeas que cruzan Francia desde el norte, centro y sur del país. Tres de ellas —las que salen de París (Vía Turonense), Vézelay (Vía Lemovicense) y Le Puy (Vía Podiense)— entran en España por Roncesvalles, después de cruzar los Pirineos, y la cuarta —la Vía Tolosana— lo hace por Somport y se dirige a Jaca, en Aragón. Sobre la Turonense, el Códice Calixtino señala que pasa por “San Martín de Tours (donde se visitaban los restos de San Martín, de gran arraigo jacobeo por haber compartido su capa con un pobre, simbolizando así la hospitalidad que había que tener con los peregrinos), San Hilario de Poitiers (con los restos de este obispo y confesor), San Juan d’Angély (donde se venera la sagrada cabeza del precursor de Cristo, el Bautista); y Burdeos, donde propone conocer las reliquias de San Severino, también obispo y confesor.

Patrimonio de la Humanidad

··· El Santiago Apóstol Peregrino que protagoniza este reportaje, y que hoy ocupa un lugar que pasa casi desapercibido en el Museo de Aquitania de Burdeos, ocupó un día un lugar privilegiado en la Basílica de Saint Michel de esta ciudad francesa, que acogió durante siglos una cofradía del Apóstol y también una capilla dedicada al patrono de España. La Basílica de San Miguel es uno de los principales lugares de culto católicos en la ciudad. Construida entre los siglos XIV y XV, es característica del estilo gótico flamígero. Con una altura de 114 metros, posee una aguja a modo de campanario exterior que se considera la más alta del sur de Francia. Es uno de los bienes inscritos como Patrimonio de la Humanidad como parte del Camino de Santiago.

27 nov 2022 / 01:00
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