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“El Camino se recuperará muy rápido de esta crisis, porque es un espacio de liberación y fe”

Monseñor Jesús Fernández González (Selda de Ordás, León; 1955), hasta ahora obispo auxiliar de Santiago, tomará posesión de la cátedra de Astorga el próximo 18 de julio, si la situación de emergencia lo permite. Hombre humilde de palabras sencillas pero sinceras y profundas, y afín al papa Francisco, parte de Compostela, la ciudad a la que llegó en 2014, con buenas sensaciones y mucha energía para seguir trabajando en la nueva misión que le ha encomendado la Iglesia.

¿Cómo recibió el nombramiento?

Con alegría, por una parte, porque un obispo aspira a ser residencial, a pilotar la nave de su diócesis. Por otro lado, también podré acercarme a mi tierra y a mi familia. Además, he visto desde el principio que se me espera con mucha ilusión. Eso te hace sentirte muy feliz. Y también lo recibí como una llamada del Señor, que me da la oportunidad de ejercer el ministerio apostólico para alabanza suya y bien de la Iglesia de Astorga.

Me consta que no son pocos quienes le echarán de menos aquí... ¿Qué balance hace de estos años?

Para mí también es bastante doloroso. Soy por carácter bastante afectivo. Entonces, estos seis años largos he echado raíces y mi vida se ha cargado de significados, de personas, de acontecimientos. Para mí, lo que marca una trayectoria es el día a día, los gestos sencillos: el saludo, la sonrisa, tratar de poner seguridad en las cosas, crear buen ambiente, dar ánimo a la hora de trabajar, tener iniciativas... Me parece muy importante realizar lo que el papa nos pide: una renovación pastoral. Y en esa línea he estado trabajando. Hemos vivido algunos acontecimientos importantes que nunca olvidaré, como el Sínodo Diocesano (sobre todo, la ponencia de la renovación pastoral, en la que yo más trabajé); o el Año de la Misericordia, que también fue significativo por abrirse la Puerta Santa. Luego, también han sido especiales las celebraciones en la Catedral, que son maravillosas cuando está llena de peregrinos y se les ve tan centrados y dispuestos a acoger la gracia de Dios. Y también quiero destacar la creación de la Escuela de Agentes de Pastoral, en la que trabajé de un modo especial durante los tres últimos años, y que me ha permitido relacionarme con mucha gente. No podemos olvidar que ahí participan más de mil personas: seglares de toda la Diócesis, con ánimo de apoyar la edificación de la Iglesia.

¿Ganó peso el papel del laico en la Iglesia diocesana?

Yo espero que sí. Lo que pasa es que eso está muy unido, y yo siempre lo reclamé, al papel que el sacerdote realiza. Desde la escuela siempre hemos tratado de promover el peso del laicado, pero luego son los sacerdotes quienes están sobre el terreno. Y los hay que están encantados después de haber incluido a los laicos en su equipo de trabajo. Esta es la idea y debe proseguir.

Reitera con frecuencia su comunión con el papa Francisco y su línea pastoral. ¿En qué se siente identificado con el pontífice ?

Fundamentalmente, trato de seguir todo lo que escribe y emana de su magisterio, que es bastante. Es cierto que a veces a algunos les desorienta por hacerlo de una forma tan sencilla, como una misa en Casa Santa Marta, que parece que ya no es magisterio y se tilda de una cosa ordinaria, aunque no es así. Mi comunión se basa en ese conocimiento y en esas propuestas, que luego trato de aplicar en la enseñanza y proyectos que impulsamos en la Diócesis. La sinodalidad, por ejemplo, el trabajo mano a mano con la gente, hablar con los demás... Eso lo trato de llevar a mi forma de realizar el ministerio apostólico.

Veo que lleva el anillo del Concilio Vaticano II, ¿es un símbolo?

Está usted muy puesto... (carcajadas). Es un regalo de un sacerdote que conocía a un cardenal que estuvo en el Concilio. La verdad es que lo pongo de vez en cuando. Por supuesto, puede considerarse un símbolo.

Santiago se queda sin obispo auxiliar en un momento clave para la Diócesis, que es el Año Santo de 2021. ¿Se ha pactado un sucesor?

Yo creo que eso no se pacta; pero, como decía don Julián el lunes, el papa es sensible a la realidad y por lo tanto cabe esperar que pronto llegará un obispo auxiliar a Santiago.

¿Habría perfiles a la altura en la propia Diócesis?

No le quepa la menor duda. En esta diócesis hay sacerdotes extraordinarios y, por lo tanto, hay candidatos. Y yo espero, además, que sean apoyados para que puedan realmente realizar esa labor.

Es el obispo acompañante de Cáritas española. En este momento de crisis, ¿cuál es su mensaje?

En este tiempo tenemos que ser todos muy solidarios. De hecho, ya lo estamos siendo. Pero no debemos olvidar que nuestro papel no es solo paliativo, de salir a la ayuda, sino que debemos ser proactivos, tratar de ayudar a la persona a dignificarse. Y la mejor forma de hacerlo es con el trabajo. Debemos crear conciencia de que se puede hacer una economía donde la persona sea el centro. Es una economía que no busca solo hacer dinero, sino hacer personas. Cualquier empresario cristiano debe atenerse a estos principios de la doctrina social de la Iglesia.

¿Cómo cree que influyó Dios en la pandemia del coronavirus?

Está claro que Dios no la envió. Alguno ha llegado a afirmarlo. Dios no es cruel, eso no lo haría el Dios de Jesucristo. Él aprovecha las circunstancias para enseñarnos cosas; y creo que su espíritu ha estado inspirándonos; y así hemos visto las reacciones tan maravillosas de muchos sanitarios cristianos en primera línea, de varias decenas de sacerdotes que han muerto; o muchas familias, que en sus casas daban catequesis o rezaban porque no podían ir a la Iglesia. Ese es Dios.

En el contexto de pandemia, ¿podrá celebrarse con garantías el Año Santo? ¿cabe la posibilidad de la prórroga que se plantea?

No va a ser fácil el próximo Año Santo por lo que ha pasado. Es evidente que la pandemia ha cambiado mucho los planes. Hubiera sido un Año Santo espectacular en números; y hay que rebajar bastante esas expectativas. Pero creo que la recuperación del Camino va a ser más rápida que otras, porque salir a la Ruta para las personas es como liberarse, como salir a un espacio abierto de liberación y de fe. En cuanto a la prórroga... ¿Si es posible? Don Julián no ha negado esa posibilidad, por lo que se supone que está en pie.

¿Ve al papa en Santiago?

Es muy deseable, porque podría cubrir y atender muchos acontecimientos importantes. Por otra parte, está el significado de Santiago para Europa, que ahora mismo está tratando de poner unos cimientos sólidos, después de estar muy frágil. Creo que sería importante para esa recuperación de Europa, de su identidad y de su sostenibilidad económica y social. Pero no puedo asegurar si va a ser posible o no. Es muy deseable y motivos importantes, los hay.

11 jun 2020 / 00:10
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