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El ‘Esqueleto pensante’, obra del laureado escultor Asorey, en la Facultad de Medicina

Sobre el ‘esqueleto pensante’, obra del laureado escultor Asorey, que se custodia en la Facultad de Medicina de Santiago.

1. Motivo. Realizó dicha obra en 1943 para conmemorar el cuarto centenario de la publicación del famoso libro titulado De humani corporis fabrica, de Andrés Vesalio, profesor de Anatomía Humana en la Universidad de Padua, sistematizador de las disecciones en cadáveres como forma ideal para el aprendizaje y progreso de aquella disciplina. El libro, cimentado en tales prácticas y escrito en el lenguaje científico de la época, que era el latín, fue profusamente ilustrado con figuras copiadas de las disecciones pero que se representaban como si se tratara de individuos vivos, accionando sobre fondos paisajísticos e incluso urbanos. Las dibujó e hizo las planchas en madera para poder imprimirlas un curioso personaje llamado Jan Stefan van Calcar, discípulo de Tiziano, a quien Vesalio había conocido en Venecia, por tanto de calidad acreditada en su obra tanto por sus valores informativo como artístico. El libro se editó en la prestigiosa imprenta del Sr. Oporinus, sita en la ciudad de Basilea.

El mismo año referido 1943 tuvo lugar en Galicia, organizado por la Cátedra de Anatomía de la Facultad de Medicina de Santiago, y con el mismo propósito de honrar el citado 4.º centenario un Congreso de la entonces recién creada Sociedad Hispano-Luso-Americana de Anatomía, días 11 al 14 de octubre. La obra de Asorey quien era, a la sazón, escultor anatómico de la facultad compostelana, se planificó precisamente para honrar a Vesalio en su citada efemérides escogiendo para ello efectuar la reproducción escultórica de una de las láminas que ilustran su citado libro, la de la página 124, para transformarla en un monumento tangible y de alta visibilidad el llamado Esqueleto pensante.

2. Francisco Asorey. Nació en Cambados, año 1889 y falleció en Compostela en 1961. En esta urbe, además de sus actividades privadas fue docente en la Escuela de Artes y Oficios, en otros centros docentes y ganó la oposición, en 1918, de Escultor Anatómico de la Facultad de Medicina, del que se jubiló en 1959.

Autor de más-menos 113 obras inventariadas, que van desde impresionantes monumentos a otras menores como bustos, placas conmemorativas, etc., por algunas de las cuales recibió importantes galardones, a destacar la Medalla de Oro Nacional de Bellas Artes en Escultura. Asorey fue, sin duda, el artista en su género más prominente que produjo Galicia en el siglo XX. Además de pertenecer a importantes Academias recibió el título de Hijo Adoptivo de Santiago y mereció recibir sepultura en el Panteón de Gallegos Ilustres. Parte importante de su obra fue destinada a diversas ciudades de España y del extranjero, Buenos Aires y Montevideo, principalmente.

Importa destacar que los escultores anatómicos y sus ayudantes, si los tuvieron, comenzaron a funcionar en nuestro país el año 1827, destinados a confeccionar piezas anatómicas artificiales a partir de las naturales producidas por las tareas de disección realizadas en los anfiteatros cuyo interés, tanto por tratarse de variaciones morfológicas singulares como por testimoniar patologías relevantes, merecían su conservación el los museos anatómicos que iban surgiendo de esa manera con finalidad didáctica para médicos y estudiantes de Medicina.

3. ‘Esqueleto Pensante’. Lo modeló y vació en escayola Asorey copiando con pequeñas variaciones de interés para ese momento el que, como ya indicamos, ocupa la página 164 de la Humani Corporis Fabrica (figura 1) que materializó en un conjunto rectangular de 2,56 metros de alto y 1,37 metros de ancho, espacio que contiene el esqueleto de referencia, en el que ciertos detalles antropológicos nos permiten diagnosticar que se trata de un varón; adulto joven (más-menos 20 años); alto y fuerte; cuyo módulo de proporciones cabeza-estatura es de más-menos 7,6.

Dicho esqueleto, en posición bípeda, se apoya, por su codo izquierdo, sobre la tabla-repisa del pedestal que tiene a su frente, como lo haría una persona viva, sosteniendo su cabeza con la mano homolateral (contacto dorso de la mano-mejilla).

En la tabla-cornisa referida hay otra calavera que el personaje acaricia con su mano derecha y a la mira en actitud “inequívocamente pensativa”.

La representación que glosamos tiene tres variaciones respecto a su modelo, el que dibujó van Calcar (figura 2): 1.ª) faltan el hueso hioides y los 3 huesecillos del oído medio; 2.ª) desplazó la inscripción visible en el dado o neto que dice Vivitur ingenio caetera mortis erunt (sobrevive el talento, todo lo demás será de la muerte), frase esta que se atribuye al poeta romano Virgilio, y 3.ª) la inscripción fue desplazada para el espacio situado delante del antebrazo izquierdo del esqueleto para dejar su sitio a una representación novedosa que hizo Asorey: la de una clase de técnica anatómica, donde cinco alumnos rodean la mesa en la que reposa un cadáver. El segundo de ellos por la izquierda es una mujer, el tercero lee un libro de texto, el cuarto maneja un bisturí con su mano derecha sobre la región epigástrica del difunto. Todos observan atentamente y la proporción de cuatro varones y una dama marca cuanta era la concurrencia de ambos sexos en la Facultad de Medicina de aquella época: 80-20 %.

4. Cambios de emplazamiento. Inicialmente la obra escultórica que comentamos fue colocada en el primer rellano de la escalinata interior principal de la Facultad, realzada en un monumento de 5,90 m altura y 2,40 m de anchura máxima, con sendas inscripciones alusivas a los dos acontecimientos científicos que motivaron su realización. Se inauguró el 11 octubre de 1943.

Pocos años después trasladaron dicho monumento al Aula de Anatomía (Aula n.º 1) donde quedó adosado a su pared oeste, entre las ventanas y, más tarde, en 1992 pasó reducido sólo a la zona iconográfica del Esqueleto pensante, a la pared sur del vestíbulo que da acceso a las dependencias administrativas y profesorales del Departamento de Ciencias Morfológicas donde, además de diversas separaciones precisas, se le cambió el color blanco inicial por el simil-bronce que ostenta (figura 3), lo que hizo D. Manuel Bonome Abeledo, escultor anatómico en aquel momento y el último de tales funcionarios que tuvo la Facultad.

5. Cerramos este recorrido histórico con dos curiosas observaciones: 1.ª) nuestro Esqueleto pensante, de gran mérito histórico-médico y artístico, no figura en el inventario de las obras debidas al genio artístico del escultor que lo elaboró, el gran Asorey y 2.ª) existe una copia de la misma que hizo, casi coetáneamente, el escultor portugués Henrique Moreira, para ornamentar el entonces nuevo Instituto Anatómico de la Facultad de Medicina de Oporto, en aquella época tan amigable y fructíferamente vinculada con su homóloga compostelana a través de la amistad entre sus respectivos profesores presididos por Hernani Monteiro y Jorge Echeverri.

20 oct 2020 / 00:00
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