El Pórtico de la Gloria vuelve a formar parte de la Catedral de Santiago

Santiago. El Pórtico de la Gloria vuelve a estar integrado en la planta de la Catedral de Santiago, una reivindicación de no pocos fieles y visitantes, que en los últimos meses lamentaron que el conjunto estuviese “amputado” de la basílica que custodia los restos del Apóstol por unas paredes de madera, como recogió EL CORREO en varias ocasiones. Concluida en 2018 la restauración de la obra del Mestre Mateo, al iniciarse las obras en los interiores y cubiertas de la Catedral se decidió protegerlo con una arquitectura efímera, especialmente diseñada para evitar tanto el contagio con el ambiente de las naves donde, durante las obras, se iba a incrementar considerablemente el nivel de humedad, como la contaminación por el polvo y agentes químicos procedentes de los trabajos de restauración. Una tercera razón, no de menor importancia, consistía en estabilizar las condiciones ambientales del nártex intermedio, monitorizado desde el inicio de la intervención para controlar la humedad y la luz, factores que, como es sabido, inciden de forma notoria y activa en la conservación del patrimonio pictórico recién restaurado.

La transmisión culta de este monumento de categoría universal estriba en la combinación armónica de sus dimensiones religiosa y espiritual, patrimonial y turística, con su respectivo valor desde el punto de vista de la liturgia, el simbólico, la conservación y el disfrute. El Cabildo de la Catedral tuvo presente en todo momento la necesidad de recuperar, cuando las condiciones lo permitiesen, la unicidad espacial de la basílica y el Pórtico de la Gloria.

Con la Catedral monitorizada desde hace años para registrar las variables ambientales, al finalizar ahora la restauración de los interiores y cubiertas, escalinata y cripta, así como de los lienzos norte y sur, y liberado el templo de andamios y demás elementos de obra, fue posible comprobar que el ambiente de las naves y el Pórtico tiende a equilibrarse, en una coyuntura de mejora del clima y con la eliminación de las filtraciones de agua. Se consideró, pues, llegado el momento de recuperar el espacio único, en una primera fase rebajando la altura de la cápsula de madera hasta 1,80 m y retirándola luego totalmente, el día 22 de julio. Todo apunta a que el rey accederá al santuario por el Pórtico de la Gloria el 25 de julio, con motivo de la Ofrenda Nacional.

Es necesario afirmar que, en todo caso, el nivel de presencia de público en el Pórtico de la Gloria será “limitado”. “Es un principio generalmente aceptado que, para la óptima conservación del patrimonio de excepcional valor y sensibilidad, las visitas nunca podrán ser masivas, para evitar el incremento de los índices de vapor de agua en la atmósfera interior y garantizar la seguridad. Estas limitaciones vienen aplicándose desde hace décadas en los bienes más relevantes del patrimonio mundial”, señalan desde la Fundación Catedral.

Por otro lado, “es evidente que las visitas secuenciadas facilitan la apreciación cultural del patrimonio y la transmisión de sus valores espirituales, pues de eso se trata: la masificación conduce a la banalización”, añade. Teniendo en cuenta estos criterios, “se establece la regulación del régimen de acceso, sea de pago o gratuito, así como un sistema de control climático adecuado”.

Si por el seguimiento de los registros se advierte el peligro de alteración en el equilibrio climático y el consiguiente riesgo para las pinturas del Pórtico, se adoptarán las medidas oportunas para su protección, siempre flexibles y reversibles, que se anunciarán en su momento.