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El teniente médico Luis Hermida Pérez, compostelano de nacimiento y de universidad

Sobre el teniente médico Luis Hermida, compostelano de nacimiento y universidad, muerto heroicamente en la Guerra Hispano-marroquí. Campaña de 1921.

1. BIOGRAFÍA. Hijo de Luis Hermida Vilas, natural de Santiago y de Dolores Pérez Salgado, de Monterrey (Ourense), nació en la Casa Escuela de Conxo, ayuntamiento inmediato al de Santiago por el Sureste, el 10 de octubre de 1895. Allí su padre ejercía como profesor de Instrucción primaria.

Tuvo dos hermanos que le sucedieron, Felipe y José, ambos fueron alumnos distinguidos en las Facultades de Derecho y Medicina, llegando a desempeñar cargos relevantes en sus respectivas profesiones. Destacamos al más joven, José, que llegó a ser general de brigada médico, director del Hospital Militar de A Coruña, cardiólogo prestigioso y miembro Numerario de la Real Academia de Medicina y Cirugía de Galicia desde 1952 a 1968, año de su muerte.

2.- LOS ESTUDIOS DE LUIS. Cursó el bachillerato, en el instituto de Santiago entre 1907 y 1913, en que se graduó con la calificación de “Sobresaliente” y habiendo obtenido matrícula de honor en dieciséis de las treinta asignaturas examinadas y sobresaliente en la mayoría de las restantes.

A continuación realizó la licenciatura de Medicina que tenía su sede, entonces en el edificio de Fonseca y en el Hospital Real, donde radicaba el Hospital Clínico vinculado a dicha facultad. Obtuvo notas brillantísimas: 15 matrículas, 10 sobresalientes, 2 notables y 1 aprobado. Sobresaliente en el Grado de Licenciado, en fecha 10 de junio de 1920. Aprendió de muy ilustres profesores entre los que destacaremos a Novoa Santos (Patología General y su Clínica); Novo Campelo (Farmacología y Terapéutica); Piñeiro Pérez (las 3 Patologías Médicas con sus Clínicas); Blanco Rivero (Anatomía Topográfica y Operaciones), etc.

3. MÉDICO MILITAR. Ya licenciado en Medicina ingresó en Cuerpo de Sanidad Militar, previa oposición, el 27 de septiembre de 1920 incorporándose, como Alférez Alumno el 1 de octubre, culminando el 29 de enero de 1921 con el grado de Teniente y destino en el 2º Batallón del Regimiento de Infantería de Ceriñola nº 42, radicado en la ciudad de Melilla. El 9 de marzo siguiente Luis Hermida formó parte de una columna del citado Regimiento que, al mando del Teniente Coronel Pedro Marina Viñarás, se desplazó al lugar de Sidi Dris, enclave geográfico acantilado sito en una playa mediterránea ubicada a más/menos 58 km. al Oeste de Melilla en la desembocadura del río Amerkran, lugar muy estratégico donde la columna acampó y fortificó la zona. El 16 de abril Luis enferma y es evacuado, para curarse, al Hospital Militar de Melilla donde permanece un mes reincorporándose al referido campamento el 21 de mayo.

4. COMBATE EN SIDI DRIS. Fueron atacados por los marroquíes ya que la zona tenía gran interés estratégico para ellos, pues era el único sitio que les permitía recibir, por mar, las armas, municiones y otros bastimentos que precisaban para mantener la guerra con España, en esta ocasión acentuado ese interés por la idea de un caudillo singular: Ad El-Krim que deseaba crear allí la República del Rif. En otras ocasiones Sidi Dris había sufrido ataques similares, sin éxito para ellos, pero en esta ocasión los rifeños lograron su objetivo, ya que mantuvieron una lucha ininterrumpida, desde el día 22 al 25 de julio que dejó exhaustos a los militares españoles, sin municiones, ni alimentos, ni agua, ni un minuto de descanso, y sin poder retirarse porque el cerco era absoluto.

Además de las dificultades para intentar una evacuación, acantilado de 50 metros de altura hasta la playa, casi nada pudieron hacer barcos de guerra de la Armada española, que pretendieron la ayuda por mar, los cañoneros Laya y Lauria más el crucero Princesa de Asturias que acudieron al rescate botando pequeñas embarcaciones que pretendían llegar a la playa y recoger a quienes, venciendo las dificultades del terreno pudieron salir de la posición defendida para retirarse a los barcos, que sólo pudieron recoger 25 soldados de los 60 que salieron de la posición, muriendo los restantes tiroteados por los sitiadores.

Resultó así que la guarnición de Sidi Dris, mandada por el Comandante Juan Velázquez Gil, del Regimiento de Ceriñola, unidad a la que pertenecía el Teniente Médico D. Luis Hermida, compuesta por 300 soldados de varias procedencias, sufrió lo indecible: de esos 300 efectivos sólo se salvaron 42 de los cuales 12 lo hicieron a nado y rescatados por los barcos que habían acudido en auxilio y otros 30 que fueron hechos prisioneros por el enemigo, lo que eleva a 238 el número de muertos entre los cuales se cuentan el Comandante-Jefe de la guarnición D. Juan Velázquez y nuestro médico Luís Hermida Pérez que recibió una serie de balazos mientras atendía a los heridos en primera línea de fuego. Falleció también en las mismas circunstancias un enfermero civil, la única ayuda médica que tuvo D. Luis durante aquel asedio.

5. HONORES. El 10 de febrero de 1922 un periódico de A Coruña publicó la siguiente noticia: “Cruz laureada. Uno de los más bravos oficiales que perdieron la vida cuando el desastre de julio último fue el teniente de Sanidad Militar don Luis Hermida Pérez, un santiagués que en la Escuela compostelana de Medicina había seguido sus estudios”.

El padre del finado oficial, don Luis Hermida recibió un oficio del ministro de la Guerra participándole, para su orgullo y satisfacción, haberse abierto juicio contradictorio a fin de conceder la cruz laureada de San Fernando a su hijo.

Ya recibieron varias declaraciones favorables y todo hace suponer que será otorgada a la buena memoria y al comportamiento del gallego teniente Hermida Pérez aquella suprema distinción al valor y hechos heroicos, como seguir prestando servicio después de estar gravemente herido o cuando sean heridos o muertos en un punto con intenso fuego enemigo, al que han accedido para curar heridos, o cuando se mantengan en sus puestos a pesar de retirarse las propias fuerzas, etc.

El aludido militar murió en fecha incierta, entre los días 21 y 31 de julio, cuando tenía 26 años, estaba soltero y apenas cumplido 10 meses de servicios. Lo mismo les sucedió, en otros lugares, a miembros de su misma promoción, de los que destacamos a los Tenientes Médicos Serrano y Perdomo.

Finalmente no se le concedió la Cruz Laureada pero en mayo de 1926, tras la reconquista española de la posición de Sidi Dris, donde los soldados allí fallecidos fueron enterrados por sus enemigos en fosas comunes que estos le hicieron excavar a los prisioneros, se efectuó el estudio identificativo de los restos realizando esa tarea, en lo que concierne a nuestro personaje, su hermano menor José, a la sazón ya médico militar, quien pudo reconocerlo por los objetos personales que conservaba el cadáver.

Declarado Héroe de la Campaña dicho cadáver se trasladó y dio sepultura, 22 de julio de 1926, al Panteón de Héroes existente en el Cementerio de Melilla.

6. EL FAMOSO EXPEDIENTE PICASSO. Analiza y valora la información instruida por el General de ese apellido, sobre la Guerra del Rif, de funestos resultados para España. Sobre lo acaecido en Sidi Dris, importa recordar lo que informan dos de los supervivientes, el sargento Mariscal y el soldado Garrido: “...el nutrido fuego enemigo abierto por el lado de la playa continuo, sin interrupción, hasta la tarde y el jefe de la guarnición, Comandante Velázquez, manifestó que de los que habían salido del recinto fortificado ninguno pudo llegar a la playa y que, en tal situación, era obligado morir por la patria ya que él no entregaría la posición al enemigo... hora y media después fue muerto y los defensores se vieron rodeados por los moros entablándose lucha cuerpo a cuerpo. En dicho ataque murieron todos los oficiales y gran número de soldados, quedando el resto prisioneros...”

Experiencias como esta, de nuestra historia nacional, son ejemplo paradigmático del admirable valor y profesionalidad de los ejércitos españoles y en el caso concreto de Luís Hermida Pérez del valor y la profesionalidad de un joven formado en la prestigiosa “Escuela Médica Compostelana” que suma más de 1000 años al servicio de la humanidad doliente.

¡Gloria a la medicina, en general, y a la medicina militar españolas en particular, impregnadas ambas del mejor saber científico y la más encomiable filantropía!

29 nov 2020 / 00:00
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