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Vivencias que marcan. Un once de julio de 2002 llegaron a la capital gallega ocho peregrinos que a día de hoy se han convertido en ‘la familia del Camino’ // Este grupo ha ido creciendo con el paso del tiempo y ahora son quince TEXTO Julia Escobar

Empatía y amistad forjadas tras veinte años caminando juntos

La empatía quizás sea un sentimiento que se está perdiendo con el paso del tiempo; sin embargo el Camino de Santiago la devuelve en pequeñas dosis, en forma de peregrinos, o al menos así lo ve la italiana Sumjio Tresalti.

En 2002 tuvo la oportunidad de descubrir la magia que tiene la peregrinación con desconocidos, a los que en la actualidad considera familia. ¿Pero cómo se creó esta unión tan atípica? El origen de esta historia se remonta años atrás, cuando Sumjio comienza en solitario a recorrer el Camino de Santiago desde Roncesvalles. A su llegada al albergue de Hontanas se encuentra con una peregrina sentada con la cabeza y rodillas ensangrentadas. Se fijó en que dos personas la estaban atendiendo, sin embargo eso no le impidió preguntar si podía echar una mano. Sumjio es voluntaria de la Cruz Roja, y los que en un primer momento asistían a la mujer le explicaron que eran médicos. Se trataba de Mari Carmen y Alberto (madrileños, residentes en Gijón), que en esa ocasión caminaban con Pepita -tía de Alberto-, felizmente casada casada con Edgar.

La peregrina herida era Marie Françoise, que aquel año realizaba el Camino con su marido Antoine (un español emigrado en Francia, donde su familia tuvo que huir, durante la Guerra Civil, cuando él era un bebé).

A Tresalti le impactó mucho aquella escena: cómo Marie se sorprendía de la preocupación que mostraban el resto de caminantes por ella y por su estado. Esto supuso un punto de inflexión que la hizo reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos, ya que considera que “la mayoría de nosotros no estamos acostumbrados a que los demás se involucren tanto en nuestros problemas y cuando alguien lo hace, lo vemos como algo extraordinario”. Por eso afirma que “estoy convencida de que existe una gran falta de empatía”. Además, ejemplifica, “no olvidemos que hace pocos meses murió por hipotermia el fotógrafo René Robert en una calle de París al no ser socorrido en toda la noche. Con esto quiero decir que existen casos similares en todo el mundo, todos los días”.

Unión. Sumjio declara que “el Camino de Santiago te vuelve a reconectar con esos principios que regían en el tiempo de la piedra. En esencia, nuestros antepasados sabían que si estamos juntos somos más fuertes y sobreviviremos mejor”. Cuando se recorre el Camino de una manera tan pura “existe y persiste ese sentimiento de clan, porque todos los que lo hacemos no nos conocemos de nada pero somos una familia por ser peregrinos”.

Ese sentimiento de clan fue lo que provocó que Sumjio dejará de hacer el Camino sola y continuase haciéndolo acompañada de su nueva familia. La italiana cuenta que “desde aquel magnífico Camino en 2002 con ese grupo de ocho personas, fuimos quedando dos o tres veces al año para caminar y organizar visitas culturales en los lugares de residencia de cada uno”. Así recorrieron zonas que nunca habían pensado descubrir. La italiana relata que “caminamos por mi país cruzando los Alpes, asesorados por un cura que colaboraba con la asociación de Amici del Cammino di Santiago della Liguria, por la Bretaña Francesa, también hicimos rutas por el Camino de Aragón, por las Islas Canarias, Camino del Ebro, Gran Tour du Jura en Francia, Camino del Norte en Asturias, Camino Portugués, Camí des Cavals en Menorca, Camino Primitivo, Camino de la Plata, Francigena por la Toscana y muchos otros...”.

¿ Y qué ocurrió con esta iniciativa? A cada Camino se fueron sumando amigos y familiares de los ocho peregrinos originales. En 2012 celebraron su décimo aniversario caminando los últimos 130 kilómetros con un total de trece peregrinos, y este año se reunieron quince en la capital gallega. El pasado lunes se dieron cita para celebrar el 86 cumpleaños de Antoine, llegando así compañeros de distintas partes de Europa, como Lyon, París, Madrid, Canarias...teniendo como punto de encuentro el encanto de Compostela.

La magia del Camino. Sumjio Tresalti quiere demostrar con su propio testimonio que “la magia del Camino existe, es real, solo hay que dejarse envolver por ella” y aprovecha para agradecerle al “peregrino gigante de 30 pies” (como llama a su grupo de amigos) las experiencias vividas y todo lo aprendido a lo largo de estos veinte años. Porque sentencia que “cada uno aporta lo suyo y todos crecemos con lo que dan los demás, y esa es la esencia del Camino”. En boca de Tresalti, “yo soy la organizadora, otro hace reír, otra pone paz y otro pone un poco de sentido común en este grupo de locos”.

Sumando años. El tiempo no corre en su contra, sino todo lo contrario. Antoine Díaz cumple un año más de vida y lo hace con una gran sonrisa en la cara. Expresa a este rotativo que “me alegro mucho de poder estar con todos vosotros hoy”. Sin aquel peregrinaje del 2002, Antoine seguramente no estaría en la capital gallega rodeado de las personas que han hecho estos años más amenos, divertidos y alegres para él.

Dos décadas atrás, un once de julio, este grupo llegaba a Compostela conociéndose por primera vez y en 2022 vuelven con el mismo espíritu aventurero a la ciudad que los unió para el resto de sus vidas.

13 jul 2022 / 00:00
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