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En el aire los vuelos internacionales previstos para el verano en Lavacolla

Aena prevé una desescalada en tres fases, que se iniciará solo con conexiones nacionales, a las que seguirán las europeas y de larga distancia // La Moncloa baraja no abrir fronteras hasta octubre

Todos los pronósticos apuntan a que el batacazo será monumental este año para la red española de aeropuertos. Y el de Rosalía de Castro no se salvará. Después de mes y medio sin apenas actividad, el verano se erigía como la última esperanza de las aerolíneas para salvar el ejercicio. Sin embargo, el plan de desescalada previsto por Aena para las terminales españolas y las medidas de prevención de contagio que se podrían imponer a bordo llevan a pensar que la campaña estival tiene muchas papeletas para irse al garete. Además, cabe recordar que el Gobierno central baraja la posibilidad de no abrir las fronteras españolas como mínimo hasta octubre, cerrando la puerta al turismo internacional, tanto de entrada como de salida durante las vacaciones. Un duro palo para el sector turístico, que, con total seguridad, también sufrirá la capital gallega.

El presidente de Aena, Maurici Lucena, informaba hace unos días al rey de España, Felipe VI, de que la intención del organismo es que las terminales y el tráfico aéreo vuelvan a la actividad de manera escolanada. El gestor aeroportuario español prevé, una vez que se alivie la crisis desatada por el coronavirus, retomar el tráfico aéreo en tres fases, comenzando con los vuelos domésticos, luego las rutas con países de la Unión Europea (UE) y posteriormente, las conexiones de larga distancia, como las transoceánicas.

Aunque no desveló la fecha en la que se iniciará este protocolo, todo apunta a que irá de la mano con el plan de desconfinamiento que anunció la Moncloa, con el que, si las previsiones siguen su curso, se alcanzaría la nueva normalidad a finales de junio. Hasta entonces estarían restringidos los movimientos por tierra, mar y aire.

Esta situación dejaría en el aire o con interrogante los vuelos internacionales de la temporada estival y Lavacolla podría perder las conexiones programadas al extranjero en los meses fuertes del verano, un hecho que podría afectar a cientos de usuarios que ya tienen comprados sus billetes para las vacaciones desde los primeros meses del año.

Además, llevaría a la terminal compostelana a un cierre de ejercicio como el no recordado desde hace mucho. El portal Aeronoticiario SCQ estima que podría perder fácilmente hasta un millón de pasajeros en 2020.

Las principales compañías que operan en el aeropuerto Rosalía de Castro pretendían recuperar al menos parte de su actividad en torno a la segunda quincena de mayo, si bien Ryanair ya predijo cuando llegó la pandemia a Europa que hasta junio sería muy difícil volver a volar. Ahora parece que hasta Michael O’Leary, su consejero, se pudo quedar corto.

Estos días se mantienen expectantes ante la evolución de los acontecimientos y las informaciones que les llegan desde gobiernos e instituciones europeas.

Lo cierto es que cualquier fecha que se plantee en estos momentos irá siempre acompañada de un interrogante. La incertidumbre es general y de esta tampoco se libra el sector aéreo. La parálisis generará unas pérdidas catastróficas a la inmensa mayoría de las compañías y algunos expertos en la materia incluso apuntan a que no pocas podrían verse al borde de la quiebra con esta crisis.

Tendrán que asumir las compañías aéreas un proceso de recuperación de la confianza que algunos expertos también vaticinan que será lento, sobre todo en el ámbito de los viajes de placer o vacacionales. Y cuando estos se puedan realizar, todo apunta a que el modo será muy diferente al de costumbre.

¿EL FIN DE LOS BILLETES DE BAJO COSTE? La crisis económica y social en la que derivará la pandemia del coronavirus, según algunos expertos, podría acabar con los demandados billetes low cost. Así lo advierten las compañías aéreas, atemorizadas por el fuerte bajón que se va a registrar en el sector turístico y también las restricciones que se les impondrán como medidas de prevención de contagio de la enfermedad. La reducción del aforo en los aviones, la pérdida de confianza de los usuarios, las condiciones de movimiento en los diferentes países... podría llevar a un aumento de gastos que se vería reflejado en el precio del billete. Se trata de una nueva normalidad que preocupa sobre todo a las compañías de bajo coste, con un perfil de clientela muy definido y atraído por las gangas.

Al respecto, la irlandesa de bajo coste Ryanair, compañía número uno en el ránquin de Lavacolla, saltó esta misma semana al ruedo para advertir de que se negará a trabajar si las autoridades sanitarias le obligan a dejar libres dos asientos en cada fila para que los pasajeros guarden la distancia de seguridad. Argumentó la low cost que con solo un 66 % de ocupación no es viable retomar la actividad. Y apuntó que solo lo hará si las plazas libres son subvencionadas.

SOLO UN ENLACE A MÁLAGA

··· Lavacolla mantiene de momento la rutina de las últimas semanas de pandemia. Así, en la programación de Aena solo consta un vuelo para esta semana en la terminal compostelana, que comunicará Santiago con Málaga, con retorno, el próximo domingo. No obstante, el aeropuerto permanece abierto las 24 horas.

03 may 2020 / 23:46
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