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MERCADO. Los compostelanos se deshacen de todo tipo de artilugios en portales como Wallapop, incluso ropa interior, multitud de licores o billetes antiguos // Cientos de anuncios de mascarillas a precios muy baratos TEXTO Andrés Bernárdez

En venta: cerveza caducada, bragas o el portón de un Escort

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener un cuecepastas eléctrico?

Aunque a veces nos parezca pequeña, Santiago es una ciudad joven y cosmopolita en la que la gente compra y vende habitualmente artículos por internet. Sin embargo, pese a que en el imaginario colectivo muchos consideran esta actividad como un intercambio entre particulares de películas descatalogadas, videojuegos o ropa vintage, la realidad es que a muchos usuarios de plataformas como Wallapop, lo de vender sus sobras se les ha ido de las manos.

Hay un compostelano que puso en venta la puerta, solo el portón, de un Ford Escort del año 1998 por 10 euros, por si en una tarde tonta y caliente alguien se mete un piñazo contra un Seat Panda y necesita reparar su vehículo.

No es el único objeto poco habitual que se puede adquirir en Compostela. Sepa usted que hay quien vende secadores de pelo de peluquería por 190 euros, o candiles de petróleo por cerca de 30 euros. En fin, alguien lo comprará, ¿no?

Las plataformas de compra-venta en internet son un lugar maravilloso en el que poder encontrar prácticamente de todo, aunque esa variedad ha convertido estos lugares en un vertedero cibernético en el que muchos usuarios suben sus excedentes con la esperanza de que alguien les dé un puñado de euros por ellos. Al fin y al cabo, no hay nada que perder.

Sin embargo, esta idea de que cualquier cosa se puede comprar y vender sin ningún control puede ser peligrosa en algunos casos, y algo asquerosa en muchos otros. Las leyes de la oferta y la demanda hicieron su efecto y, en los últimos meses, plataformas como Wallapop se han llenado de individuos que venden mascarillas a un módico precio. En su mayoría son de neopreno, al menos en la foto aparecen dentro de su envoltorio original, aunque realmente no hay nada que certifique que estas mascarillas no fueron utilizadas anteriormente por otra persona. También están los que directamente comercian con mascarillas quirúrgicas, ofreciendo grandes lotes a precios irrisorios, algo que hace desconfiar a algunos, pero que seguramente atraiga a muchos otros.

Sin embargo, siguiendo en la línea de los objetos raros que hace unos años nadie se plantearía comprar de segunda mano, nos encontramos con una gran oferta de ropa interior femenina. Las hay de todos los tamaños, colores y estilos. Desde una usuaria que vende “seis bragas con encaje de colores” al módico precio de un euro la unidad, hasta otra vendedora algo más tradicional que prefiere piezas con algo más de tela y que asegura en el anuncio que se trata de “lencería nueva”. Juzguen la fotografía por ustedes mismos.

También hay quien decide vender alimentos a través de estas páginas. Aunque en la mayoría de casos se trata de licores, vinos y bebidas alcohólicas en general, lo cierto es que los certificados de sanidad no están del todo claros. En ese sentido, es de destacar el caso de un compostelano que vende botellines de cerveza caducados desde el año 1999, esperemos que para uso puramente decorativo y coleccionista, claro.

Para terminar, merece una mención especial un compostelano a quien le pareció una buena idea vender billetes de 5.000 pesetas impresos en los años 90, por 75 euros la unidad. Haciendo memoria se puede calcular que 5.000 pesetas corresponden a cerca de 30 euros actuales, pero la antigüedad se paga.

09 nov 2020 / 00:00
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