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“Esta é para min”: ocupan una casa cuyo propietario está en una residencia

La pareja reside ahora en el inmueble de rúa do Combarro y asegura que no tienen adonde ir // Viven puerta con puerta con los hermanos del dueño// Los vecinos temen que haya altercados

Típica calle tranquila de Compostela, alejada del centro de la ciudad y en la que todos los vecinos se conocen. Muchos de ellos son familia. A cien metros, la escuela infantil CocoEscola, y a un kilómetro, el centro comercial El Corte Inglés. Este es el escenario de la nueva ocupación que ha tenido lugar en la ciudad, en una casa de dos plantas de la rúa do Combarro. Se trata de una pareja que se instaló allí a finales de la semana pasada, y que, según han trasladado a los familiares del propietario, no tienen intención de marcharse de momento.

El dueño de la vivienda tiene problemas de salud y vive desde hace más de un lustro en una residencia de mayores. Sus hermanos residen en la misma calle, dos de ellos en las viviendas pegadas a la casa que ha sido ocupada. Fueron los que percibieron que algo raro ocurría al percatarse el pasado domingo de que una de las ventanas del segundo piso estaba abierta. Lo primero que pensaron es que la había abierto el viento, y se acercaron a la casa para comprobar que todo estaba en orden. Fue en ese momento cuando percibieron la presencia de gente en el interior. Comprobaron que se trataba de un chico joven, quien les trasladó: “Esta casa é para min”.

Los hermanos del propietario, uno de ellos su tutor legal, le explicaron la situación pero no obtuvieron la respuesta deseada. Posteriormente, hablaron con una mujer que también habita en el inmueble, y les pidió que les dejasen quedarse allí hasta que tuviesen un trabajo, y que con el mal tiempo y la pandemia sanitaria necesitan un sitio para cobijarse. Tras comunicar la situación a la Policía, que procedió a identificar a ambos, los agentes comunicaron a la familia que no podían expulsar de allí a la pareja, y que lo que les quedaba era iniciar trámites legales. Un proceso en el que se encuentran ahora inmersos, con el fin de poner la denuncia pertinente.

Asimismo, los agentes les informaron de que si la casa estuviese habitada –y vacía en un momento dado por una ausencia temporal– todo sería más sencillo para echar a los ocupas. Lo que le queda a esta familia es iniciar una lucha judicial para conseguir recuperar lo que les pertenece. Tras tantos años deshabitada, la vivienda presenta algunos desperfectos. Entre ellos el tejado, con el riesgo de derrumbe que eso conlleva. De hecho, se había realizado una petición para arreglarlo. En la casa no hay suministro de agua ni tampoco de luz. Un problema para la familia, que se ha sumado a las circunstancias sanitarias actuales, por las cuales llevan desde marzo del año pasado sin acudir a la residencia en la que está su hermano, el propietario, para evitar riesgos.

Más allá del quebradero de cabeza para los familiares, los vecinos de la zona también lamentan la situación. Ninguno pensó que su calle, tranquila y en un entorno verde, fuese a entrar en la larga lista de zonas de Compostela con problemas de ocupación. “Agora teño medo de saír da casa”, comentaba ayer una vecina, que insistía en la importancia de tener siempre una alarma para evitar cualquier problema cuando uno está fuera por trabajo, o durante unas vacaciones. Los residentes en la calle temen también que los nuevos inquilinos traigan consigo algún altercado, ya que se trata de una zona de mucho paso por tener cerca unos contenedores donde los vecinos tiran la basura.

Así, rúa do Combarro se suma a San Pedro, Conxo, Belvís, Pelamios o Campo do Cruceiro do Gaio, donde los vecinos relataban el pasado verano su fatiga tras sufrir 90 días de fiestas, peleas y ruido en una casa ocupada al lado del parque de la Alameda. Según datos de finales de 2020 del Concello, hay más de 40 viviendas en esta situación.

¿Qué dice la ley?
Varios años de litigio

··· En 2018 entró en vigor la Ley 5/2018, de 11 de junio, de modificación de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, que puso sobre la mesa un procedimiento supuestamente más rápido que se puede aplicar en algunos casos. Sin embargo, el proceso es arduo, especialmente con las viviendas que se encuentran deshabitadas. En este sentido, cabe recordar que la Constitución española protege la inviolabilidad del domicilio y no se puede acceder a él sin consentimiento o resolución judicial, salvo en caso de flagrante delito.

··· Si se trata de una casa cuyos propietarios están ausentes de forma circunstancial, como un viaje, el desalojo es más fácil, ya que los okupas estarían cometiendo un delito de allanamiento de morada. De no ser así, el proceso se alarga años y toca esperar a la celebración de un juicio, si los okupas no se van antes. El dueño no puede cortar el suministro –en el caso de que lo haya– ni entrar a la fuerza o tratar de cambiar la cerradura. Esos hechos constituirían a su vez un delito.

04 feb 2021 / 01:00
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