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“Este curso es un verdadero palacio de pedagogía musical”

David del Puerto, un compositor que ocupará la Cátedra correspondiente en el Curso I.U. de Música en Compostela, viene para hacerse cargo de la plaza que durante años fue, con fortuna, responsabilidad de Antón García Abril, lo que supondrá un viraje en cuanto a los planteamientos docentes. Del Puerto pertenece en cierta manera a las escuelas de Luis de Pablo y Francisco Guerrero, y conoció de primera mano las atenciones de Pierre Boulez, en su Ensemble Intercontenporain. Obras escénicas suyas tuvieron buena acogida en el siempre arriesgado medio, difícilmente acomodable al gusto del público en general. Un excelente ejemplo será la ópera de cámara Lilith, luna negra, sobre libreto de Mónica Maffía, que hace un par de meses pudimos seguir por distintas vías en una propuesta de las actividades de la Fundación Juan March de Madrid. La suya es una situación bastante especial por las limitaciones a las que obliga el curso actual.

Se incorpora al curso en la plaza que pertenecía a Antón García Abril. ¿Cuáles eran las confluencias con el maestro?

Se trata de sintonizar y ver ya que cuento con muchos años de sintonía. Fui el primer compositor que llamó para la Cátedra Manuel de Falla, la de Ernesto Halffter. Para este curso, el propio Agustín León Ara me llamó porque me veía la persona adecuada. Entonces estaba montando mi ópera Lilith, luna negra en la Fundación Juan March de Madrid y él la escuchó y no solo le gustó, sino que vio que era la persona apropiada. Se puso en contacto conmigo el día del ensayo general. Mi respuesta inmediata fue positiva, sin duda, aunque lo veía como un riesgo. El curso es un verdadero palacio de la pedagogía musical, por los nombres que han pasado. Riesgos que, a cierta edad, hay que asumirlos con alegría y lo hice con toda la conciencia.

¿Cuántos años lleva en la docencia?

Estuve en el Reina Sofía dieciséis años como profesor de análisis y armonía y como profesor de composición, seis. Esta Cátedra es un punto culminante. Está la figura de Francisco Guerrero, mi primer maestro formal, la persona a la que conocí a través de José Ramón Encinar en mis primeros años adolescentes, pudiendo beneficiarme del profundo conocimiento que tenía del oficio, a pesar de su carácter complicado. Viajé con él desde Granada a Las Palmas de Gran Canaria y le seguí un poco al estilo del antiguo discipulado dieciochesco.

¿Qué compañeros de travesía tuvo junto a él?

Una persona fundamental, César Camarero, además de Jesús Torres, que al final acabamos saliendo de su dependencia. Rueda destacó como amigo por la amistad que mantenemos, que no es tan frecuente entre compositores, y ahora colaboramos en obras a cuatro manos y a seis con otro compañero que es Javier Arias. Hicimos para José Luis Cuerda la música para La marrana, la de Landa y Resines; también Tocando fondo, Las canciones del capitán Estrada sobre el Concierto de Bacarisse y escenas con canciones.

El asunto de la zarzuela se presenta como una curiosidad con expectativas, ¿no le parece?

Pocas hay nuevas. Hubo intentos esporádicos como Policías y ladrones, de Tomás Marco, que no llegó a buen puerto. Pero en el equipo junto a Rueda, Torres y Sicilia hemos ido intentando hacer algo zarzuelesco con elementos de música popular, como hizo Barbieri desde que rehizo este mundo con los cánones de la ópera española. Hay elementos hablados y cercanos al público socarrón sobre la actualidad más inmediata y fuera de los típicos de la ópera. La zarzuela debe rebajar exigencias, sin ser chabacana. También está el tema de la zarzuela barroca, con Literes y Nebra. Fundamentalmente hay un género de cercanía buscada adrede, para no incurrir en un género de zarzuela-ópera. Se trata de darle un matiz de cercanía propicio, con temas de actualidad, con el que podamos identificarnos.

De las óperas contemporáneas españolas, ¿cuáles destacaría?

Las de Luis de Pablo son las más importantes: Kiú especialmente, aunque luego ha escrito bastantes más como La madre invita a comer, Un parque, la ópera de cámara y otra que estrenará el año que viene. Esplá y Rodrigo tuvieron intentos, y Luis apostó por una ópera española moderna. Llegaron muchos después y están vivos, por lo que prefiero casi no especificar. Una a la que le tengo gran afecto fue Gaudí, de Joan Guinjoan, que se estrenó en el Liceu diez años después de su composición. Y otra, el D.Q. de José Luis Turina, con un lenguaje críptico muy interesante. También de la ópera barroca, porque soy devoto de Nebra y Literes, siendo el primero uno de los grandes del siglo XVIII. Agradecemos que se estén haciendo por Europa en adelante, con lo que podremos librarnos de complejos.

Los festivales contemporáneos tienen definitivamente su importancia y de ello tuvimos ejemplo aquí.

Sí, tengo buen recuerdo de las Xornadas, cuando estaba Manel Rodeiro, donde tuve música programada y di conferencias; era una persona muy inteligente y trabajadora, con una absoluta honestidad en la programación, con conciertos muy plurales. Le conocí porque también estuvo con Paco Guerrero. En lo relativo a compositores gallegos, puedo citar a J. Arias, que fue alumno mío; Eduardo Soutullo, quien hizo su tesis doctoral sobre mi música y fue un compañero importante de viaje; a Fernando Buide; y un coruñés, Hugo Gómez Chao, que hizo la carrera conmigo y es promotor del Festival Resis. Se presentó al Concurso de la SGAE y lo ganó.

Para cerrar, su ópera, Lilith, luna negra.

Vino de un encuentro con la libretista Mónica Maffia, y encontramos en la Fundación Juan March viendo la Mavra de Stravinski, en versión con piano, y así salió en firme propósito, con altibajos. Lo reduje a tres personajes y con suerte estrenamos en Úbeda, obra semiescénica y con pocos ensayos, situación que aproveché para enviarla a la Fundación Juan March, recibiendo la respuesta positiva de Miguel Ángel Marín. Se retrasó por el asunto de la pandemia y se hizo esta temporada, realizando una producción completa, con puesta escénica, iluminación, maquillaje y todos los medios, ahora disponible para los aficionados. También la llevamos a Zamora, y es una obra un poco talismán.

11 ago 2021 / 00:07
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