Fuertes aplausos al vuelo de las ‘Águilas’
El rugido de la Patrulla Águila sobrevolando el cielo de Compostela fue uno de los espectáculos más aplaudidos durante la mañana de ayer por miles de vecinos, peregrinos y turistas que, apostados en distintos puntos de la ciudad, vitorearon el perfecto desfile con forma triangular de los siete aviones que conforman esta unidad acrobática del Ejército del Aire.
Muy juntas, pero no revueltas, las aeronaves protagonizaron su primera pasada en torno a las 12.20 horas, poco después de la llegada del rey y su familia al Obradoiro. Volando en formación, los aviones dibujaron sobre la Catedral la bandera de España y dejaron tras de sí una espectacular estela de color rojo y amarillo. Posteriormente, la patrulla realizó más pasadas por varias zonas de la ciudad y su periplo pudo ser seguido por miles de viandantes y de automovilistas que circulaban por la AP-9, la rúa do Hórreo o el periférico a la altura de la Cidade da Cultura, entre otros muchos puntos. Muy pronto, numerosas fotos y vídeos realizados por aficionados empezaron a circular por las redes sociales, que se llenaron también de comentarios de admiración por la vistosidad del espectáculo protagonizado por unos pilotos, seis hombres y una mujer, que gozan de un gran reconocimiento a nivel internacional por la perfección con que realizan algunas maniobras muy complicadas.
El inicio del vuelo sobre el Obradoiro fue recibido en posición de firmes por las tropas formadas en el Obradoiro, a las que el rey pasó revista antes del inicio de la ceremonia de la Ofrenda al Apóstol. Las acrobacias de las águilas motorizadas hicieron también las delicias de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, que acompañaron por primera vez a sus padres en la celebración del Día de Galicia. El atuendo veraniego y juvenil de las hijas de Felipe VI y Letizia -Leonor lució un llamativo vestido fucsia y tacones de color nude y Sofía se decantó por uno de tono verde turquesa- no defraudó a los expertos en estilismo, que destacaron asimismo la elevada estatura de ambas, especialmente de la menor de la familia. Como dice el refrán, de casta le viene al galgo.