Fuertes pérdidas económicas por la suspensión de más de cien congresos

El Mobile Congress de Barcelona fue uno de los primeros grandes congresos que se canceló debido al coronavirus. En ese momento, muchos pusieron el grito en el cielo, puesto que consideraban que era una medida exagerada. Sin embargo, el paso de los días acabó demostrando que era una decisión acertada y uno tras otro los congresos se fueron cancelando o aplazando, sobre todo los médicos, hasta que finalmente se suspendieron todo tipo de jornadas, conferencias y simposios.

Como muchas ciudades, Santiago se ha visto afectada de forma considerable en este terreno, puesto que dicha modalidad turística es una de las grandes apuestas de la capital gallega.

Así, la gerente del Palacio de Congresos y Exposiciones de la capital gallega, Belén Montero, confirmó a EL CORREO GALLEGO que “todo lo que había previsto para abril, mayo, junio y julio, entre jornadas y congresos, alrededor de un centenar, se han suspendido”.

Montero añadió que algunos congresos solamente se han aplazado y se celebrarán en septiembre u octubre, pero las jornadas sí que se han cancelado definitivamente. “Se está recolocando todo lo que se puede, pero ya se verá”, comentó Montero.

La responsable del recinto compostelano reconoció que las pérdidas son considerables para la capital gallega, puesto que entre los simposios cancelados había dos congresos nacionales, en los que estaba prevista la asistencia de unas 700 personas en casa uno. “Cada uno de los participantes en estas citas gasta una media de 200 euros por día y suelen permanecer en la ciudad unos tres días”. Haciendo el cálculo de solo esos dos grandes congresos se dejarían de ingresar unos 840.000 euros, que repercutirían de forma directa en los diferentes negocios de Compostela.

Ahora están pendientes de cómo evolucione la situación sanitaria en el país para ver cómo actúan. De hecho, recientemente mantuvieron un encuentro telemático con el presidente de la Xunta al que le plantearon sus dudas.

En la agenda del Palacio de Congresos de Santiago todavía había previstas reuniones de gran envergadura para el mes de julio, que desde la gerencia confirmaron que finalmente se cancelaron. En concreto, estaban previstas dos reuniones de testigos de Jehová, con 3.000 asistentes cada una, que se han trasladado al mes de octubre. Así, Belén Montero reconoció que “todo lo previsto para mayo, junio y agosto se suspendió y la mayoría de las actividades se trasladaron a septiembre, octubre y noviembre”.

De hecho, la mayoría optó por aplazar las citas y “en septiembre, octubre y noviembre estaremos a tope”, dijo Montero, que tampoco tiene muy claro si finalmente se podrán celebrar en esas fechas, en función de cómo evolucione la pandemia. “A ver si tenemos suerte y las medidas van funcionando y no hay que volver atrás”, dijo. Además, mostró la preocupación del sector por los protocolos de seguridad, ya que hasta el momento no hay nada claro al respecto. “Queremos que las normas sean claras, para desinfectar los lugares, el uso de mascarillas, mamparas, etc”. También considera que la promoción turística va a ser fundamental.

La gerente reconoció que el sector turístico se está viendo muy afectado por esta situación, puesto que “es una actividad bastante prescindible” y son las primeras que sufren las consecuencias. A pesar de todo, confía en que una vez que pase este tsunami que está arrasando con todo “la gente retome con ganas la vuelta a la normalidad”, pero también tiene el temor de que “actividades como los congresos, en los que en un espacio relativamente pequeño se reúne mucha gente, puedan recobrar la normalidad en un plazo razonable.

“Mi principal temor es que la gente coja miedo durante mucho tiempo a las grandes aglomeraciones. De todas formas, soy optimista y quiero pensar que esto no pasará”, concluye.