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ENTREVISTA
Julio López Vázquez / Presidente Federación Gallega Estaciones de Servicio (FEAGES)

“Gasolineras como las de Costa Vella no trasladan al precio sus costes para no perder clientes”

“Las automáticas no vienen a regalarnos nada, sino a ganar una cuota importante de mercado con una forma diferente de trabajar. Por ello, ese precio final tan bajo será temporal y si sólo nos fijamos en él, a lo mejor nos estamos cargando un sector muy importante”

{Boimorto, 1967} Encabezando a las estaciones de servicio tradicionales, Julio López alza la voz ante la situación crítica que está viviendo uno de los sectores más importantes del territorio. La escalada de los importes y la crisis energética están provocando que muchos expendedores se encuentren a punto de cerrar, ya que para no perder a su clientela están vendiendo por debajo del precio de coste. Por ello, urge una rápida respuesta institucional.

¿Cómo puede explicar las variaciones en el precio que se están a vivir estos últimos días?

Llevo más de treinta años en el sector, viví varias guerras y nunca se produjo una subida tan abrupta, tan grande y tan seguida como esta, con variaciones en la compra de más de diez céntimos en un sólo día. Tenemos claro que nos subió el precio de compra, pero no fuimos capaces, aún ahora, de trasladarlo al consumidor final.

La gente tiene que entender que no todas las gasolineras compramos el mismo día, por lo que algunas tenían existencias, y que hay diferentes tipos de contrato, algunos compran a un operador solo y otros eligen entre un abanico de posibilidades. En base a ello, ante una situación tan drástica y en tan corto espacio de tiempo, se hizo un mercado muy diferencial, con esas diferencias abismales en los precios finales de venta. Además, algunos expendedores consiguieron repercutir esas variaciones, pero otros no, por lo que, por primera vez en la historia, hubo estaciones de servicio que no consiguieron cubrir el precio de coste, vendiendo por debajo de este.

Y ahora, ¿cómo le afecta la huelga de transportistas?

El paro ha provocado que aún no se recuperase el mercado, ya que muchos aún no llenaron los depósitos con combustible nuevo. Hay cantidad de cisternas paralizadas por el país, por lo que no somos capaces de trasladar esa bajada del petróleo en la venta final.

En escenarios como el de Costa Vella, ¿cómo explica las diferencias en los precios de las dos low cost?

Esas gasolineras no tienen ningún servicio añadido ni tampoco personal, por lo que el único gasto que tienen que afrontar es lo que se llama marquetin de precio de venta. En una estación tradicional, la mitad de los gastos se van para los trabajadores, lo que repercute, evidentemente, en el precio y no disponemos de la agilidad de esos surtidores automáticos.

Nuestros servicios añadidos tienen unos costes, por lo que resulta muy complicado competir contra ese estilo de gasolinera. El mercado de ellos es de mucho volumen, con un margen mínimo e incluso la semana pasada estuvieron vendiendo por debajo del precio de coste. Por ello, las estaciones de servicio tradicionales estamos en un momento crítico.

En el polígono se ha generado una guerra de precios entre las tradicionales y las baratas, ¿considera que el grupo compostelano que lo hace está perdiendo dinero a cambio de cuidar a sus clientes?

Muchas gasolineras tradicionales en Galicia, como las del polígono de Costa Vella, están bajando sus precios para poder competir contra las low cost. Muchas no están trasladando al precio final todos los costes que tienen, con el objetivo de no perder clientes, ya que se está comprobando que la población es muy sensible al precio. La situación es límite, porque está claro que es muy difícil mantener eso con todos los servicios añadidos que tenemos y los descuentos para los socios.

En esta línea, ¿anima al consumidor a valorar algo más que el precio a la hora de llenar el depósito del coche?

Le diría al consumidor que el expendedor y la gasolinera tradicional tienen un valor muy importante en las estaciones de servicio, sobre todo ahora que llegan las energías alternativas. Esto no debemos perderlo.

En todo caso, más que a los clientes, a quien solicito ese apoyo es a la Administración y a los sindicatos, creo que tienen que ponerse de primeros a defender a los más de 4.000 mil trabajadores que tienen su puesto en peligro. Como Federación de Empresarios defendemos al trabajador, porque muchos de ellos son pequeños autónomos, que ellos mismos son los expendedores, junto a su mujer, sus hijos o algunos vecinos. Si esas personas tienen que reducir su actividad, se ven obligados a echarse a sí mismos y, por lo tanto, al cierre.

¿Qué peligro supone para la población quedarse sólo con estaciones de servicio baratas?

En lo que respecta al precio, como pasó en muchos otros sitios, cuando estas gasolineras automáticas consiguen una cuota de mercado muy grande, lo que hacen es subir el precio. En Madrid, ellas mismas tienen diferencias en la misma marca de hasta veinte céntimos.

Así, en los territorios donde tienen una cuota grande ponen un precio para ganar dinero, y en otros, donde no la tienen, ponen un importe de derrumbe para captar a la clientela. Ellos no vienen a regalarnos nada, vienen a realizar una venta de una forma diferente, totalmente legítima. Vienen desde Madrid a realizar una inversión, pero no a hacernos un favor. Por ello, ese precio final tan bajo será temporal y, si sólo nos fijamos en eso, a lo mejor nos estamos cargando un sector muy importante, que tiene las medidas medioambientales número uno de España, unas estaciones de las más modernas, unos expendedores que son los que mejor atienden al cliente...

En el peor de los casos, ¿qué se perdería si cierran las gasolineras tradicionales?

Ahora mismo, en Galicia, hay ya 56 gasolineras cerradas y se ven los esqueletos por ahí, con el impacto medioambiental que tienen. Más allá de eso, con la traumática y desesperada situación que estamos a vivir, muchos tendremos que cerrar, lo cuál tendría un impacto negativo brutal para toda la comunidad.

Tenemos que entender que en un pequeño pueblo, una gasolinera, siendo una microempresa, puede tener cuatro o cinco empleados, mínimo. Eso, para una pequeña población, es una gran empresa, porque da de comer a cuatro o cinco familias. Por lo tanto, se perdería empleo y servicios, porque estas automáticas no irán ahí. En la dispersión gallega, si tienen que cerrar las estaciones de servicio tradicionales, se perdería un tejido empresarial muy importante.

igualdad diésel y gasolina

¿Por qué se ha igualado el precio?

Eso es algo que no había sucedido, porque los impuestos son diferentes, siendo superior siempre el de la gasolina. En la actualidad, en origen, el Diésel pasa a ser mucho más caro que la gasolina, por los añadidos, algo que antes no sucedía. Así, el impuesto que tiene a mayores la gasolina no está cubriendo esa diferencia, por lo que se han equiparado los precios finales de venta.

¿Será esta una tendencia de cara al futuro? ¿Pasará a costar más el gasóil, en ese compromiso medioambiental que hay?

Al hablar de futuro, siempre digo lo mismo. En este mercado, con la incertidumbre que hay, no sabemos cuando terminarán los combustibles clásicos ni tampoco que los sustituirá. Hay muchas alternativas, el coche eléctrico copará una parte, pero hay que ver que parte copa y cuándo. Hablar de futuro es una imprudencia, porque cada día hay una información diferente al respecto, con la repercusión negativa que eso tiene.

19 mar 2022 / 01:00
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