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Hartazgo en la calle Curros Enríquez por los destrozos y ruidos de la movida

Los vecinos aseguran que es imposible dormir y que la zona se está degradando debido a la marcha nocturna // Piden al Concello que refuerce la vigilancia y se garantice el descanso en las viviendas

Los vecinos de la rúa Curros Enríquez rozan el hartazgo por causa de la movida nocturna, ya que desde que abrieron las discotecas y se inició el curso universitario cada fin de semana se ha convertido para ellos en un suplicio provocado por los destrozos y los ruidos que generan los cientos de jóvenes que cada noche se aglomeran en este entorno y que en más de una vez ya tuvieron que ser desalojados por efectivos policiales.

El último incidente se produjo la madrugada de este miércoles, cuando los residentes en el número 11 de la calle Curros Enríquez oyeron desde sus camas un fuerte estruendo. “Al principio nos dio la sensación de que era el camión de recogida de vidrio, porque se oyó un estruendo como el del vaciado de estos contenedores”, señaló una testigo, antes de añadir que al día siguiente por la mañana pudieron comprobar que en realidad se trató de un acto vandálico en el portal del edificio. “Ya no sabemos qué hacer. Hemos gastado muchísimo dinero en los últimos años para protegernos; pero parece que ya no se respeta nada”, señala esta mujer al tiempo que enumera algunas de las medidas que adoptó la comunidad de su bloque.

“Pusimos cámaras y nos las robaron, reforzamos las puertas del garaje, también se instalaron cerraduras de máxima seguridad... pero aquí seguimos sufriendo daños y ruidos día tras día”, lamenta. “El cristal que reventaron era de seguridad, al igual que la puerta, que la cambiamos para evitar que entraran al hall por las noches, porque antes se metían dentro y no se podía dormir en toda la noche...”, afirma.

Los vecinos de esta comunidad confían en que las cámaras hayan podido recoger el momento en el que alguien rompió el cristal la última noche; pero aún así lo que piden es más seguridad. “Creemos que es necesaria más presencia policial; una mayor implicación de la Policía porque es evidente que en esta zona tenemos un serio problema: no solo los ruidos que no nos dejan dormir, sino también la degradación del entorno. Los chavales orinan en los portales, por las mañanas huele toda la calle que apesta y es frecuente encontrarse con vomitonas y con vasos rotos y restos de bebidas por el suelo”, afirma la vecina que se puso en contacto con este periódico para denunciar la situación.

Asegura que la movida nocturna está afectando a la calidad de vida de numerosos vecinos. “Tenemos que decirlo públicamente porque si no parece que está todo bien. Pero lo cierto es que esto va a peor. Porque antes el problema empezaba los jueves, pero ahora ya hay gente en la calle desde los miércoles e incluso los martes”, indica, al tiempo que las aglomeraciones de cientos de personas se han intensificado. “Cuando cierra la discoteca se montan unas reuniones en la calle con las que es imposible dormir”, añade, al tiempo que incide en la necesidad de “reforzar la presencia policial, ya no solo para tratar de evitar en la medida de lo posible sino para que no se produzcan actos vandálicos como el que acabamos de sufrir en nuestra comunidad”, sentencia.

Lo cierto es que en los partes de incidencias de las últimas semanas es raro que no consten intervenciones policiales en el entorno de Curros Enríquez, donde además de dispersar las aglomeraciones también se tramitan numerosas sanciones por orinar en la calle o consumir alcohol en espacios públicos.

DENUNCIA
“No robaron nada, fue un acto vandálico”

··· Los vecinos del número 11 ya presentaron una denuncia en la comisaría del Cuerpo Nacional de Policía por la rotura del cristal de la puerta del bloque. Confían en que las cámaras hayan podido recoger el momento. Con esto, aseguran que se trató de “un acto vandálico, porque no entraron en ninguna vivienda ni forzaron ninguna puerta de la comunidad ni de los buzones. Eso fue algún graciosillo que estaba de marcha y se le fue la mano o lo hizo a propósito”, señalan desde la comunidad de propietarios, al tiempo que añaden que en la parte exterior de su portal, que está cubierta, suelen reunirse jóvenes durante las noches de movida, sobre todo cuando hace mal tiempo, ya que allí consiguen protegerse de la lluvia y el viento. “Nos orinan en la puerta, llaman al telefonillo, pegan gritos... así es imposible dormir. Muchas veces llamas a la Policía Local y te dicen que están colapsados y que se pasarán cuando puedan. Es evidente que hace falta más vigilancia”, concluyen.

11 nov 2021 / 01:00
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