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Un equipo del Ejército del Aire, con base en el Aeródromo de Lavacolla, peregrinó desde Lugo a Compostela para poner en valor la Ruta así como los valores militares

Hazaña completada: 100 km del Camino Primitivo en un día

Miguel, Mónica, Juan Diego y Domingo. Es el nombre de los cuatro protagonistas de la hazaña xacobea que han caminado cien kilómetros del Camino en veinticuatro horas. Sin parada para dormir, los pequeños descansos de veinte minutos para comer fueron las únicas interrupciones en la ruta. El reto nació en el seno del Aeródromo militar de Santiago, perteneciente al Ejército del Aire, y mezclaba el espíritu peregrino con las ansias de recuperación para el Camino, los valores militares y alguna que otra promesa personal. La aventura comenzó el lunes a las once de una soleada mañana en Lugo. Desde ese momento, el calor se convirtió en el principal rival a batir. Todos señalan las elevadas temperaturas como la peor parte de la Ruta, y agradecen haber caminado de noche dado el alivio que supuso la bajada del termómetro.

Los cuatro caminantes que completaron el recorrido tuvieron el acompañamiento de otros compañeros que se turnaban en distintos tramos, y desde las instalaciones del Aeródromo en Lavacolla caminaron en total una treintena de miembros del Ejército. Sobre las once de esta mañana, los recibió en Compostela el alcalde, Xosé Sánchez Bugallo; el concelleiro de Turismo y Delegado del Año Santo 2021, Sindo Guinarte; y el portavoz del PP municipal, Alejandro Sánchez-Brunete. Después de las fotografías de rigor, algunos de los protagonistas buscaron un hueco para contar su experiencia. “Fue difícil desde el primer tramo, pero queríamos hacer el reto porque conlleva valores que comparte todo militar, como el sacrificio, el compromiso o la lealtad”, explicó el teniente Miguel Vilela, quien reivindicó la idea de resaltar en pleno Xacobeo el gran vínculo que tiene del Aeródromo con la ciudad. Vilela ya había realizado el Camino de Santiago, al modo habitual, con parada para dormir en los albergues y con muchos menos kilómetros por día. Destacó como uno de los tramos que más le gustó el que va de Melide a Compostela, y puso en valor la buena señalización que se encontraron durante toda la ruta.

UNA INOPORTUNA LESIÓN. Enfundados en su uniforme militar, su presencia sorprendió a todos los que se encontraron peregrinando. Algo que confirma la tendencia creciente de afluencia que tiene en las últimas semanas la Ruta. Aunque todos sufrieron las ampollas y el cansancio, la aventura fue algo más complicada para Mónica Zas. Integrante del cuarteto, tuvo que interrumpir su Camino durante veinte kilómetros por una lesión, pero después sí pudo continuar hasta la ciudad del Apóstol. “Quería hacerlo completo, simplemente necesité algo de frío y relajar la musculatura. Y ya me reincorporé al grupo”, explicó esta militar, para quien el recorrido ha tenido un significado especial pues le permitió cumplir un reto personal y alguna que otra promesa que prefiere no desvelar. “Y está también el compañerismo, el espíritu de sacrificio. El equipo lo es en todo, tanto en lo bueno como en lo malo”, incidió Mónica, a quien le sorprendió la riqueza natural y los animales que se encontró a su paso, así como la baja contaminación una vez que pasaron los primeros tramos urbanos, con más asfalto.

Otro de los protagonistas es el sargento primero Juan Diego Castro, que lo primero que expresaba tras llegar a Compostela era lo contento que estaba por haber terminado, pese al gran cansancio que sentía. “El mejor tramo fue llegando ya a Compostela después de hacer el punto de reunión con el resto de compañeros del Aeródromo”, y señaló que lo más importante para él fue impulsar el Camino de Santiago y animar a que otros lo recorran. “Justo los cuatro que lo hicimos no llevamos ni un año en la unidad por lo que esta experiencia nos ha servido para conocernos mejor y hacer piña”, concluía. Salvo por la interrupción vivida por Mónica, el resto ha completado los cien kilómetros que les permiten recoger la apreciada Compostela.

Una unidad con lema xacobeo y una vieira en el logo

··· El Aeródromo Militar de Santiago se encuentra en pleno Camino Francés, muy cerca del aeropuerto Rosalía de Castro. Su enclave geográfico está muy presente en sus símbolos identitarios. De esta forma, el Aeródromo lleva por lema ‘Apoyo al peregrino’. También el logo está muy relacionado con la historia de Compostela: lo forman, sobre un roel blanco, un halcón peregrino de color azul -tono compartido con la bandera gallega- con las alas extendidas cuyo cuerpo lo constituye una vieira que conforma la cola; con la corona real a modo de cabeza.

··· El Ministerio de Defensa, al que pertenece, destaca que el Aeródromo de Santiago, por su situación geográfica al noroeste de la península Ibérica, es de vital importancia como base aérea de despliegue y apoyo para las unidades aéreas de los tres ejércitos, así como unidades OTAN. Permanentemente despliega el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas en los meses de julio, agosto y septiembre, coincidiendo con la campaña de incendios.

08 jun 2021 / 16:15
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