Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Hondo pesar por el fallecimiento del notario Alfredo Goyanes Vilariño

El corredor de comercio, profesor asociado de la USC y de la Universidad de Madrid era muy conocido y querido en Santiago // Aficionado a la pesca, caza y fotografía

El fallecimiento ayer del notario y profesor asociado de la USC Alfredo Goyanes Vilariño ha causado profundo pesar en Galicia y, sobre todo, en Compostela, ciudad que fue testigo de su exitosa trayectoria laboral y donde ejerció como corredor hasta su jubilación como notario en el año 2000. Era muy conocido y querido no solo en la capital gallega, donde desarrolló gran parte de su vida profesional, sino también en A Coruña, Monforte de Lemos, de donde era originaria su familia paterna, y Sanxenxo, localidad en la que, durante décadas, solía veranear. Todos son lugares en los que el profesor y notario dejó un gran recuerdo y cariño a su paso.

El fallecimiento de Alfredo Goyanes, que contaba 92 años de edad, ha causado una gran conmoción entre sus seres queridos y conocidos, quienes ruegan una oración por el descanso de su alma. Su funeral tendrá lugar hoy, en el Tanatorio Municipal de Boisaca, a las seis y cuarto de la tarde; y el entierro se celebrará en la intimidad. Su esposa, Natividad Barreiro Añón; sus hijos Alfredo, Isabel, Elena, Javier y Vicky Goyanes Vilar; sus hijos políticos Ruth de la Morena, José Iglesias, José Sanmartín, Begoña Horjales y Gearoid Dunne; sus nietos Alicia, Daniel, Fran, Álex, Pablo y Cristina; su hermana Elena Goyanes Vilariño; su hermano político Norberto Vilar Campo; Santy Pouso Barreiro, sus sobrinos y demás familia agradecen que no se envíen flores y que, en su lugar, se realice una donación en recuerdo de Alfredo a Cáritas Interparroquial de Santiago de Compostela.

Originario de la ciudad herculina, residió en diferentes localidades y contó con un gran currículum. Profesor mercantil y actuario de seguros, corredor de comercio colegiado, e integrado como notario con la fusión de ambos cuerpos. Fue también profesor asociado de la antigua facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Santiago, hoy facultad de Administración y Dirección de Empresas, en la que impartió durante décadas las asignaturas de Matemáticas Financieras y Estadística. Su pasión por su carrera lo llevó a salir de Galicia, llegando a Madrid donde ejerció como profesor de la Escuela de Estadística de la Universidad de Madrid; y en Badajoz, Oviedo y Huelva ejerció como delegado provincial del INE. Asimismo, fue miembro numerario del Instituto de Actuarios Españoles y de la Sociedad Española de Investigación Operativa y del Instituto Español de Analistas Financieros. Así, tras formarse en Madrid y Basilea, comenzó su actividad profesional como actuario, delegado de Estadística y corredor colegiado de Comercio en distintas capitales españolas (Badajoz, Huelva y Oviedo), hasta que logró regresar a Galicia, a Santiago, donde se instalaría definitivamente.

Casado en primeras nupcias con Ármida Vilar Campo, conocida familiarmente como Nena, tuvo 5 hijos, de los que tres continúan viviendo en Santiago, Alfredo (residente en Madrid, empresario del sector de la energía), Isabel (abogada y actualmente propietaria del estanco de Rúa do Vilar), Elena (periodista, directora y socia de Versal Comunicación), Javier (economista, asesor y propietario de la Casa Grande do Bachao) y Vicky (residente en Madrid, economista que ha desarrollado su vida laboral en el sector bancario). Años después del fallecimiento de su esposa Nena, contrajo matrimonio con Natividad Barreiro. Entre sus muchos intereses, Alfredo Goyanes, de sonrisa permanente, era también un gran aficionado de la caza, la pesca y la fotografía.

{obituario}
Un hombre honorable

El apellido Goyanes goza de gran predicamento en Monforte (Lugo). Tiene su origen más cercano en el Dr. José Goyanes Capdevila. Una de las principales arterias de esta localidad lleva su nombre. Orgullo de pertenencia. Aunque Alfredo Goyanes Vilariño vino al mundo en A Coruña, siempre recordó que sus sus raíces se encontraban en la ciudad del Cabe.

No solo por ejercer como notario en Compostela, sino porque le encantaba la tertulia amable y el contacto con los amigos, era y será recordado como una figura entrañable en pleno centro de la capital de Galicia. Residía a un paso de la Alameda, en la Avda. de A Coruña, y desde los viejos tiempos alternaba con el club de amigos de la Peña Vilas, en la cercana Rosalía de Castro, en dónde compartía los vinos y los pinchos con el debate político, futbolero, cultureta o de lo que el concello hacía o debería hacer.

Alternaba estos encuentros con sesudas deliberaciones en el denominado “Parlamento popular”, que nació antes del de verdad al amparo del moderador de lujo Enrique Suárez Noche, dueño del Restaurante Alameda, que todo lo zanjaba con un “a min, peixe sobre o muelle. O demás son hostias”. En estos últimos años de su vida, aparte los paseos con su segunda esposa Natividad Barreiro, le recordamos en ese otro foro entrañable todas las tardes-noches en el Obrigadoiro, a la entrada de la Carrera del Conde, con el moderador Antonio ejerciendo como amable anfitrión de una clientela adicta.

En EL CORREO, su nombre (y por extensión su familia) brilla con letras de oro. Fue consejero durante décadas y accionista (si bien en la última etapa apenas participaba en las decisiones). Sobrellevó sus dolencias con una extraordinaria fortaleza de ánimo y enormes ganas de vivir. Su bonhomía y cariño no lo olvidaremos. Descanse en paz. Acompañamos a sus familiares en el dolor.

J.M.R.

28 dic 2022 / 20:47
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito