Imposible realizar numerosas obras por la grave escasez de operarios

La noticia de que varios concursos de obra convocados por el Ayuntamiento, entre ellos el diseño de la renovación del Campus Vida y del Centro para la Integración Social, quedaron desiertos, llevó al Ayuntamiento a tener que repetir la licitación. También a preguntarse si las bases y los presupuestos tendrían que ser revisados.

Pero además surgió otra posible respuesta, y es el incremento de actividad experimentado por el sector después de la pandemia, y sobre todo la acuciante falta de mano de obra, sobre todo la especializada.

De hecho, el número de obras visadas creció con fuerza desde comienzos de año, entre la obra nueva y las rehabilitaciones, porque muchas de las personas tras el confinamiento decidieron hacer mejoras en su domicilio para estar más confortables en el caso de tener que pasar otra temporada encerrados.

Pero fueron las urbanizaciones de nueva creación las que más tiraron del sector, con 52,54 % de los más de trescientos proyectos visados por el Colegio de Arquitectos en el primer semestre. Junto a ellas estarían las arquitecturas industriales, con el crecimiento de los parques empresariales de la zona norte.

Pero con ser importante el repunte de las promociones privadas, es sobre todo el sector público el que está provocando un incremento de la actividad, y que muchas empresas se vean en dificultades para conseguir mano de obra especializada para hacer frente a todos los contratos.

Se suman dos factores, y es que tras el confinamiento, en el que se paralizaron los trámites, un buen número de obras que estaban a punto de salir a concurso tuvieron que esperar. Si a ello le añadimos la flexibilización de las normas para poder destinar el presupuesto no invertido a obras, y la llegada de los Fondos Europeos Next Generation para facilitar la recuperación, el resultado es el que se puede apreciar en Santiago.

A las más de veinte obras puestas en marcha por el Ayuntamiento se sumaron las que promueve la Xunta en las entradas de los Caminos, la estación de autobuses nueva y el derribo de la vieja. En breve se espera que comiencen las de la Intermodal y la depuradora, por citar las que más empleo generan.

El resultado es muy positivo desde el punto de vista económico y de generación de empleo, pero supone todo un reto para las empresas, que se encuentran con dificultades para cubrir todas las necesidades de personal.

De hecho, muchas de estas empresas están muy atentas a las noticias sobre obras que se van a licitar, para planificar las plantillas necesarias durante el tiempo de tramitación del concurso, acelerando otros trabajos para tener obreros disponibles cuando se produzca la adjudicación.

En la provincia de A Coruña, el sector da empleo a cerca de treinta y cuatro mil trabajadores, de los que en torno a dos mil estarían contratados en obras en la ciudad, donde el número de concursos es cada vez mayor. No solo por la necesidad de infraestructuras, sino también para generar empleo después de los largos meses de crisis.

En los tiempos anteriores al crac del ladrillo, Compostela experimentó un fuerte crecimiento de la construcción, que en aquel momento se había cubierto con un buen número de profesionales foráneos, sobre todo de Portugal.

Con la caída del sector, tras la burbuja inmobiliaria, se perdió un buen número de puestos de trabajo, y fueron muchos los que optaron por prejubilarse, aprovechando los muchos años cotizados con los que contaban, al tratarse de una profesión en la que se suele empezar a temprana edad.

Este fenómeno, según explica el concejal de Obras, Javier Fernández, dio lugar a que no se produjera un relevo natural en las plantillas, y que ahora aparezcan problemas para encontrar determinados especialistas. Señala que sería interesante hacer hincapié en los cursos de formación de personal para el sector.