La aristocracia gallega suma 10 nombres
El Cuerpo de la Nobleza del Antiguo Reino de Galicia recuperó ayer en todo su esplendor una tradición de tremenda significancia tanto para su pasado como para su futuro: no es otra que la ceremonia de ingreso con la que el Cuerpo da la bienvenida a sus nuevos caballeros y damas asociados, una ocasión que fue acogida en la compostelana iglesia de San Paio de Antealtares y en la que se iniciaron una decena de neófitos.
Como venía siendo habitual en la historia de esta ceremonia, en ella se congregaron nobles miembros de órdenes de caballería de toda España -todos ellos, o bien de sangre gallega o bien probadamente vinculados con Galicia- . Esta fue la recuperación de un acto que, tras una pausa de dos años con motivo de la pandemia, fue acogido entre emoción y sonrisas. No es para menos, pues muchos de los presentes cuentan con base fuera de Galicia y se desplazaron a su capital con motivo de esta especial ocasión, haciendo de esta una reunión doblemente significativa. Tal fue el caso, entre otros, de Camilo José Cela y Conde, hijo del escritor Nobel, que reside habitualmente en Madrid.
Ofició la ceremonia solemne el canónigo Elisardo Temperán. Durante la misa, la cual acompañaron con sus salmos los presentes, tuvo lugar el acto de ingreso de los nuevos miembros, quienes fueron llamados uno por uno para prestar el juramento al Cuerpo y, posteriormente, recibir la insignia que los reconoce como caballeros y damas de manos del presidente del colectivo, Ignacio Pérez-Blanco y Pernas. Estos fueron Javier Solano Rodríguez-Losada, marqués de la Solana; Camilo José Cela y Conde, marqués de Iria Flavia; Mª Paz Casamayor y Gómez, marquesa de Casa-Pardiñas; José Calvo-Sotelo y Olry de Labry, duque de Calvo Sotelo; Ángel Luis de Donesteve y Garra, vizconde de Pegullal; Mª Teresa Velázquez-Gaztelu y Bárcena, vizcondesa de Pegullal; Mª Teresa de Donesteve y Velázquez-Gaztelu; Elena Fernández de Córdoba y Ordeig; Mª del Carmen Bárcena y Varela de Limia; y Jorge Rodríguez-Zapata y Pérez. Su inclusión implica también darle paso al testigo que comparten todos los nobles asociados al colectivo, uno que se refleja con mayor brillo en el caso de Elena Fernández de Córdoba y Ordeig, hija del conde de Gondomar, quien supone la adición más joven de entre los diez nuevos.
Una vez finalizada la ceremonia, como colofón a la jornada y siguiendo la tradición, todos los asociados partieron juntos hacia el Hostal dos Reis Católicos, donde pudieron disfrutar en mutua compañía de una comida que inauguró con sus palabras el presidente, que dedicó su agradecimiento a los asistentes y a modo de enhorabuena hacia los nuevos caballeros y damas.