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historias. Más de una quincena de excompañeros de la mili se reunirán en Santiago 45 años después para celebrar una comida en el restaurante San Jaime // Los tripulantes de aquel barco patrullero que partía de San Sebastián y navegaba por el Mar Cantábrico guardan un gran recuerdo TEXTO Valentín Álvarez

La vida militar en el dragaminas ‘Sil’

Cuarenta y cinco años después de la licencia del Servicio Militar, los tripulantes del dragaminas Sil se reunirán en Santiago de Compostela para rememorar los buenos momentos que vivieron durante aquella etapa. José Iglesias, compostelano que formó parte de esa tripulación de 1976 a 1977, gestó este reencuentro tras dos años buscando a sus excompañeros a través de las redes sociales.

“Tratar de localizar a los compañeros fue una ardua tarea, pues aunque contamos con las redes sociales, también es cierto que la Ley de Protección de Datos nos lo puso muy difícil”, señala. Y esa dificultad, añade, sigue vigente, pues aunque apenas restan unos días para la reunión programada, continúan intentando ponerse en contacto con los compañeros restantes.

Cinco andaluces, cinco vascos, cinco gallegos, uno de Toledo... repartidos por todo el territorio nacional, aquellos que han sido localizados ya han confirmado su asistencia. “Veiga, Iglesias, Jiménez, Lustres, Moyano, De la Rosa, Páquez, Brenes, Villegas, Orta, Conejo, Báez, Murillo, Eduardo, Cuadrado, Garabal, Cartelle... fue el resultado de nuestras pesquisas, pero aún tenemos que seguir buscando por Asturias, Palencia, País Vasco, Extremadura, Vigo o Andalucía a buena parte de los compañeros que formábamos aquella maravillosa familia”, subraya el miembro santiagués. Son, por el momento, unos 18 asistentes confirmados, mientras que en el barco convivían aproximadamente unas 40 personas.

UNA GRAN RELACIÓN. La vida a bordo era “relativamente fácil, pues gozábamos de unos mandos muy tolerantes, y dadas las características de aquel pequeño barco realmente éramos una familia”. Aquella gran relación que incluía a los altos mandos del barco hizo que también se buscase a estos para el reencuentro, pero, por desgracia, tocó asumir que la mayoría ya han fallecido. “Los sargentos y tenientes ya tenían una edad, no fue posible contactar con ninguno. De hecho, al poco de empezar a buscar a la gente para hacer esta reunión, nos encontramos con la esquela de uno de ellos”, lamenta José, a la par que se deshace en elogios hacia todos ellos: “Era una gente cojonuda. Tanto que absolutamente todos los que estamos en contacto coincidimos en esto: si fuese con la misma gente, mañana mismo volveríamos a hacer la mili”.

LA EXPERIENCIA. “Nuestro destino fue el dragaminas Sil, cuya verdadera función era la de patrullero por el Mar Cantábrico, así que cada dos meses poníamos rumbo a San Sebastián (concretamente, a Pasajes) donde pasábamos un mes con constantes salidas en misión de patrullaje. Como excepción, una vez anduvimos detrás de unos pesqueros rusos que faenaban desde Fisterra a Ortegal, pero únicamente nos limitábamos a tomarles el folio y nada más”, señala José Iglesias, rememorando algunas de las aventuras de las que, con total seguridad, hablarán en el reencuentro. “También podría destacar nuestro viaje a Francia (Arcachon) para participar en unas fiestas del Mar, y de paso, asistir a la película Enmanuelle, que causó gran impacto ya en la primera función. Además, creo que todos los asistentes a ella eran españoles”.

Recuerda, también, que los altos mandos les permitían llevar la ropa de paisano para salir de vez en cuando a disfrutar de unas noches “de vinos”: “En aquellos años además había un fuerte control allí por ETA. Alguna vez, estando de vinos, de repente aparecía la policía persiguiendo a gente que se le enfrentaba y nos vimos corriendo para escapar de la carga, como muchos vecinos”, señala.

ENTRETENIMIENTO ASEGURADO. El grupo que se formó en el dragaminas Sil no sólo constituyó una gran tripulación, sino también un buen equipo de fútbol de primer nivel. “No había comandancia de marina que se nos resistiese, incluso nos enfrentamos al Arsenal de Ferrol con el cual perdimos por un honroso 3-1”. Aunque esto, cuenta Iglesias, duró algo menos: “El que realmente nos quitó las ganas de jugar fue el Fuenterravia, partido tratado a través de los curas del Stella -Maris de Pasajes (Koldo y Pello), que iba a arbitrar el famoso arbitro de Guipuzcoa Guruzeta Muro, aunque por motivos laborales finalmente no pudo asistir. El repaso que llevamos fue tal que no volvimos a jugar otro partido. Sin embargo cabe destacar que el mejor de nuestro equipo fue Veiga, el portero, hasta tal punto que incluso lo querían fichar”.

Otra de las actividades que realizaban con frecuencia, ya a bordo del barco (además de cartas, damas y otros clásicos) era la pesca del calamar. “Si fondeábamos en cualquier puerto, los electricistas ponían luz y cuatro o seis poteras no paraban en toda la noche, pues siempre había pescadores. Una guardia salía, otra entraba... y a veces las capturas eran más que considerables”. Esta fue, a grandes rasgos, la vida militar de aquel grupo, como narra el compostelano.

FORMACIÓN Y VALORES. La experiencia vivida por los tripulantes del dragaminas Sil duró 18 meses, en los cuales aprendieron importantes lecciones para la vida además de disfrutar de una gran experiencia. “Quizá no tantos meses y también con mujeres, ya que antes sólo nos enviaban a los hombres, pero creo que vivir algo así no vendría mal. A todos nos aportó unos valores que a día de hoy, a mi parecer, no se aprenden”.

¿POR QUÉ SANTIAGO? Si bien José Iglesias es compostelano y fue quien empezó a ponerse en contacto con sus excompañeros, asegura que el punto de encuentro no lo eligió él: “Fueron los andaluces los que escogieron el sitio. Son cinco o seis, como gallegos, y tienen vuelo directo desde Sevilla, estaban muy decididos”. Y el plan previsto es celebrar una comida, el próximo domingo 20 en el restaurante San Jaime, aunque esperan verse antes, pues muchos estarán en la ciudad desde el sábado 19 hasta el lunes 21. “Ahora, visto desde la distancia y después de dos años mensajeándonos, esperamos con ansia el encuentro”, concluye el tripulante santiagués.

14 nov 2022 / 01:00
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