Las grandes empresas de Santiago batieron su récord de ventas en 2019
Las trece firmas mayores superan los 1.555 millones de facturación // Finsa sigue encabezando los beneficios y trabajadores // Plexus salta del séptimo al tercer lugar tras la maderera y Televés // Superaron la barrera de siete mil empleos de los cuales el 87,34 % son fijos // Solo una en pérdidas
Cualquier análisis retrospectivo que se haga sobre la salud económica de las empresas está mediatizado por la pandemia pero conviene echar la vista atrás para conocer la situación de la que partíamos y a la que nos vamos a enfrentar en este ejercicio de 2021, una vez asumido que el nefasto 2020 fue año de transición. Precisamente, la caótica situación provocó una prórroga hasta el mes de noviembre en la obligación de presentar las cuentas de resultados a las sociedades anónimas.
Los datos que aquí se analizan (ver aquí gráfico en pdf) corresponden al año 2019 en el que las trece principales empresas con sede social en Santiago consiguieron unos resultados espectaculares que se pueden resumir en récord de ventas con 1.555.357.499 euros (frente a los 1.282 de 2018), de trabajadores con 7.016 (por 5.690 un año antes) y de beneficios con 71.444.108 (superando los cerca de 60 del ejercicio precedente) aunque habría que matizar que dos empresas compostelanas, en el ranquin que elabora elEconomista.es, se limitan a señalar que sus resultados fueron positivos, en un caso, y negativos, en otro, sin especificar la cantidad, aunque por la evolución de los años anteriores la diferencia sería mínima.
El resumen que se puede hacer es que la situación previa a la pandemia entre las grandes firmas de la capita era muy buena y 2019 consolidó los incrementos de ejercicios anteriores salvo cuestiones puntuales, como el de Urovesa, que dependen de las contrataciones que se realizan y, por tanto, eso genera oscilaciones en la cuenta de resultados.
El indicador de los puestos de trabajo debe ser el mejor termómetro para medir la buena salud de las empresas compostelanas y esos casi 1.500 empleos creados en esos dos meses (solo dos firmas acabaron el año con menos trabajadores) demuestran que los motores iban a toda marcha con la mirada puesta en el Año Santo y que, por desgracia, habrá que esperar el impacto de la pandemia en los datos de 2020.
Solo trece firmas aparecen entre las 150 que más facturan y el grupo Finsa vuelve a situarse por encima de los 917 millones de € y se coloca como la 14.ª con más ventas en la provincia coruñesa; una lista liderada por empresas del imperio Inditex, que sitúa a ocho entre las diez primeras (se cuelan Megasa de Narón y Vego Supermercados) .
Tras la maderera, la que más factura, la que más trabajadores tiene y la que más gana, aparece Televés que continúa creciendo y se aproxima a los cien millones de ventas.
El último cajón del podio es una novedad. La tecnológica Plexus se sitúa como tercera en el ranquin de las principales empresas de Santiago cuando en 2018 era la séptima, y se coloca en el entorno de los 70 millones de € de ventas. Plexus, además, se convierte en la segunda por número de trabajadores al situarse con 905 a finales de 2019 tras sumar 184 durante ese ejercicio. El 83 % sus empleados, con perfil jóvenes y tecnológicos, son fijos.
Galuresa y Viaqua se sitúan a continuación; la primera factura menos, pero gana más, mientras que la segunda aumenta en ambos parámetros en medio de una curiosidad: la distribuidora de carburante gana un empleo y la del servicio de agua lo pierde.
Nedgia, la comercializadora de gas natural del grupo Naturgy en Galicia, aunque redujo su facturación, es la que obtiene mayor rentabilidad: con solo 61 trabajadores (26 menos que en 2018), aunque todos fijos, obtuvo una facturación de 56.700.000 (de dejó un 3,39 %) pero superó los beneficios al pasar de los 6.678.000 del ejercicio anterior a 8.077.000 de 2019. El frío de las últimas fechas, a buen seguro, le mantendrá en números azules estos dos años.
Hay que señalar que Espina Obras Hidráulicas, última en este top trece en 2018, creció un 43,32 % en 2019 y facturó casi 15 millones más volviendo a números azules tras los rojos que firmó en 2018. Eso se tornó doblando su cuadro de trabajadores.
Conviene destacar dos aspectos entre las grandes empresas de Compostela. Por un lado, la estabilidad de sus plantillas gracias al elevado porcentaje de trabajadores fijos con que cuentan, que cada vez se acerca más al 90% del total, que supera en casi diez puntos a las diez primeras del ranquin de la provincia de A Coruña, a pesar de la presencia de las firmas del holding de Inditex
Por otro, que en este top trece figuran compañías muy valoradas en España. Finsa es líder en chapas y tableros de madera, Televés en fabricación de equipos de telecomunicaciones, Castrosua está entre las mejores en el mercado de la fabricación de carrocería para buses, Urovesa compite con los grandes constructores de vehículos especiales y Plexus se está haciendo un hueco en el segmento de sistema de citas para hospitales. M.Caeiro y Castrosua figuran en el ranquin de elEconomista.es con los resultados del ejercicio anterior, por lo que solo otra automovilística, Gonzacar, figura con resultado negativo.
En el ejercicio de 2019, el buque insignia de Inditex, Zara España, facturó más de dos mil millones de €, 2.049.295.283. En ese mismo periodo, las siete principales empresas del área de Compostela, es decir, las conserveras Frinsa, Jealsa-Rianxeira, Escurís, Calvo, Calvo Distribución y Actemsa, y el gigante del Aluminio Cortizo, tuvieron ventas por un importe global de 2.128.753.347 €: superaron la facturación global de Zara España, que engloba a las tiendas de la principal marca de Inditex. Este dato debería servir para contextualizar la importancia de la industria en una zona, próxima a la capital gallega, convertida en un polo de generación de riqueza, aunque no tenga el impacto mediático que por números representa.
Si seguimos escarbando podemos comprobar que si a ese top siete le añadimos las cinco siguientes (las empresas de aluminio Exlabesa, Extrugasa y STAC de la comarca de Padrón, junto a Sogama en Cerceda y el Grupo Puentes en Oroso) que figuran en el ranquin de principales empresas de Galicia que elabora elEconomista.es, nos encontramos que la suma conjunta se elevaría ya a los 2.689.706.662. Y si le añadimos otras cinco para completar las 17 primeras nos iríamos por encima de los tres mil millones de €. En este grupo entrarían la empresa de acuicultura Stolt Sea Farm, en Carnota; la conservera de Ignacio González de Ribeira, la de congelados Congalsa en A Pobra, piensos Nanfor de Padrón e Internaco de Ordes, especialistas en maquinaria forestal y agrícola. Se echan en falta los datos de CLUN, Cooperativas Lecheras Unidas, con sede en Ames.
Esos más de tres mil millones de euros que tienen de facturación las diecisiete empresas top vienen acompañadas de 128.098.641 millones de beneficios, dándose la circunstancia de que todas declararon números azules con la excepción de Conservas Calvo, que anotó unas pérdidas de 2.589.315 pero compensadas de largo con los beneficios de Calvo Distribución que superó los seis millones, algo que ya ocurriera en 2018. La lista la encabezan tres conserveras de la comarca del Barbanza. Lidera Frinsa con casi 500 millones pese a un descenso en las ventas del 3,24 %, seguida de Jealsa-Rianxeira, con 449.126.020 y un crecimiento de casi un 6 %, y Escuris que superó los 405 millones sin apenas variación (+0,33%)
A continuación, aparece Aluminios Cortizo con más de 312 millones, a los que hay que sumar la facturación de STAC, otra empresa del mismo grupo que por vez primera en su corta historia superó la barrera de los cien millones de euros de ventas y se fue hasta casi 106. Importante la recuperación del Grupo Puentes que recuperó un 48,76 %, tras un horrible 2018 en el que había perdido un 72,35 %. Pese a estos números, y a diferencia de las empresas de Santiago: el número de trabajadores se mantiene en 6.703 con solo un 73,95% de contratos fijos, lastrado por la elevada eventualidad en las conserveras.
Cuando se habla de empresas y trabajo en la capital de Galicia es preciso referirse a los cuatro pilares sobre los que se asienta, también, la economía de esta ciudad y de su entorno más próximo: la parte administrativa de la Xunta, la sanitaria del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, la educativa de la universidad compostelana y la religiosa de la archidiócesis, que formarían un núcleo estable junto al denominado sector servicios que se deriva (derivaba hasta que se desató la epidemia de la COVID-19) de la singularidad de una ciudad como Santiago.
Disgregando veríamos que en el complejo de San Caetano, antes del teletrabajo impuesto por la pandemia, había cerca de 2.000 funcionarios; junto a ellos se cifra en más de 1.000 los que ocupan las oficinas de servicios en las instalaciones de San Lázaro, tres centenares desperdigados por otras oficinas y ese millar que ya se encuentra en la Cidade da Cultura. Si le añadimos todo el profesional dependiente de la Consellería de Educación -en Santiago hay treinta centros entre Secundaria e institutos a lo que hay que añadir otra veintena de Infantil- nos situaríamos por encima de esos siete mil empleos que aportan las trece principales empresas de la ciudad.
En lo que respecta a la Universidade de Santiago, por seguir con el personal docente, su presupuesto (ahora prorrogado) se elevó en 2020 por encima de los 254 millones, solo superado por Finsa entre las firmas que más facturan en Santiago. Cuenta con cerca de 4.000 trabajadores entre personal docente y administrativo, y de servicios.
La partida económica del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago se situaba, en las fechas del ejercicio que estamos barajando, por encima de los 600 millones de euros lo que le convierte, por nivel de facturación, en la segunda empresa de Compostela solo superada por Finsa y por encima de la USC, dejando al margen la Xunta toda vez que sería difícil de desglosar la parte del presupuesto que le correspondería a la capital gallega.
Correspondería a la Iglesia católica ser el pilar con menor impacto en la vida económica de Santiago toda vez que su presupuesto ronda los 20 millones de euros, a la espera del efecto Año Santo.