Lembranzas de Compostela
EN FECHAS YA LEJANAS, siendo yo estudiante de Derecho en Santiago, convivíamos los estudiantes de las cinco facultades, en torno a 7.000 según mi recuerdo. Si bien no todos teníamos un conocimiento directo, ya no digamos de amistad, nos veíamos con frecuencia y coincidíamos paseando por las rúas y por la Alameda.
Algo que nunca se ha podido explicar nadie era que con buen tiempo transcurría ese paseo por la Alameda, mientras que con las lluvias, sin ponernos de acuerdo (algo imposible entre tantos), pasábamos primero a la rúa Bautizados para trasladarse a los soportales de la rúa do Villar cuando las nubes lanzaban algo más que orballo.
Algunos fines de semana los pasábamos en las playas de las Rías Baixas, preferentemente Vilagarcía de Arousa, ya que era el desplazamiento que hacíamos, en tren con locomotora de carbón y asientos de madera.
Eran tiempos de convivencia humana y universitaria, conocíamos a todos nuestros profesores, algunos de mucho , como don Álvaro D’ors, catedrático de Dere- cho Romano, ejemplo del saber y de calidad humana.
Qué recuerdos aquellos de los té-bailes en el Casino, otros transcurridos en la Alameda, básicamente en las fiestas del Apóstol, y en cualquier caso con aquellas deliciosas orquestas.
El tiempo ha ido pasando, y por el camino de la vida se han marchado a lejano lugar muchos de aquellos compañeros de entonces y del trabajo en posterior tiempo en Madrid, dejando en mi sentimiento la melancolía y el recuerdo de días tan deliciosamente transcurridos, donde todo se tenía a mano. Incluso la amistad sincera en la que no se pedía nada a cambio, nada más que la deliciosa compañía de unas chicas, normalmente también universitarias, o la de amigos y universitarios de la propia facultad o de otras.
Son fechas ya las actuales
que todos vemos cómo transcurren, pero en las que ya no se dan aquellos valores tan gratos como los citados. Ahora sólo me queda soñar por la noche como única posibilidad de revivir tan añorados tiempos de juventud y de calidad humana, siempre recordando a todos los que me han acom- pañado por el sendero del recorrer humano, y que ahora están en mi sentimiento.