Los colegios finiquitan el curso: ‘plan anti-covid’ para recoger el material escolar
Desde el pasado 16 de marzo, cuando se suspendieron las clases presenciales en los centros educativos de Galicia por el coronavirus, todos los estudiantes han tenido que seguir el curso a distancia. Tal fue la urgencia con la que se tomaron las medidas por el covid-19 que los alumnos no pudieron ni recoger el material escolar. Es por eso que durante los últimos días, en pleno proceso de desescalada, en algunos centros de la capital gallega, como en el Pío XII, han puesto en marcha un operativo especial para la entrega de libros y aquellos enseres que los escolares no pudieron llevarse a casa por la pandemia. En este sentido, en el colegio situado en Poza de Bar han diseñado un operativo en el que se cuida con mucho mimo las medidas de seguridad, y las devoluciones se realizan a través de las ventanas, evitando así los contactos.
Asimismo, el director del colegio público Pío XII, José Manuel Casaleiro, indicó ayer a EL CORREO GALLEGO que el centro permanecerá abierto a lo largo de esta semana –ya lo hizo la anterior– para que los padres tengan facilidad de horarios para poder acercarse y llevarse el material, en una imagen que simboliza el final del curso.
A partir de ahora habrá que aguardar a que la Consellería de Educación dictamine el protocolo que se pondrá en marcha el próximo curso y si los alumnos podrán volver a las aulas. En este sentido, los profesores han habilitado una clase para sus reuniones, y llama la atención la disposición de las mesas, muy separadas, en una imagen que se podría repetir entre los alumnos coincidiendo con el inicio del curso 2020-21.
Desde hace más de dos meses, cuando se suspendieron las clases, los estudiantes han tenido que seguir el curso a distancia, si bien son muchos los menores en edad escolar sin ordenador ni conexión a Internet en casa. En el caso concreto de Santiago, los alumnos que viven en el ámbito rural tienen serias dificultades para conectarse a la red. Es por ello que el grupo municipal popular, a través de la concejala Ana Sabel, presentó un ruego en el pleno ordinario para pedirle al gobierno local que ponga en marcha “as xestións necesarias co fin de impulsar a colocación da fibra óptica na zona rural do Concello”.
Para los populares, “é de máxima prioridade o impulso deste servizo”, por lo que consideran que el alcalde y su equipo “deben intensificar as conversas e negociacións coas distintas empresas e administracións, implicando os recursos municipais que sexan posibles, para avanzar na conectividade e lograr, canto antes, a extensión da rede Internet para o acceso a servizos telemáticos ao conxunto da veciñanza do municipio”.
Esta carencia se ha vuelto más notoria por la crisis del coronavirus, “posto que remarcou aínda máis, se cabe, esta necesidade, cando se está a falar da conveniencia de longas estancias domiciliarias, co que iso supón para o normal desenvolvemento de distintas actividades e xestións, no terreo da educación, a sanidade, a oferta e demanda de bens e servizos ou o fomento do teletraballo”, indicaron desde el grupo popular, que añaden que es urgente “dispoñer dunha axeitada conectividade que hoxe non é posible en boa parte do territorio municipal”.
‘on-line’. Por otra parte, tampoco los escolares que viven en el casco histórico lo tienen fácil para seguir las clases on-line, puesto que es un punto en el que no es fácil, por la mala conexión, acceder a Internet. La mejora de la conectividad en la zona vieja es una histórica demanda tanto de los residentes, cada vez menos por la carencia de servicios básicos, y de empresarios, que tienen serias dificultades para realizar cualquier tipo de gestión a través de Internet.
Teniendo en cuenta este escenario, a finales de marzo, el gobierno gallego compró 1.000 ordenadores que destinó a aquellos alumnos de familias con menos recursos.