Más de cuarenta multas en cinco días por aparcar en zonas peatonalizadas
En el entorno del arco de Mazarelos se dispararon las sanciones durante la semana de las fiestas de Navidad // Raxoi mantendrá en 2021 las actuales restricciones de circulación y estacionamiento
El Concello de Santiago puso en marcha el pasado 1 de diciembre la peatonalización parcial en el entorno de la Praza de Abastos –desde Tras San Fiz de Solovio hasta la praza de Mazarelos–. Con esta medida, a partir de las 15.00 horas solo se permite la circulación y el estacionamiento a residentes, si bien todavía son muchos los conductores, tal y como indica el concejal de Mobilidade, que “aún no se han adaptado” a la nueva situación. Y como muestra de ello indica que desde el 23 al 27 de diciembre, coincidiendo con la semana de Navidad, “se tramitaron 42 multas por aparcar en el entorno de Mazarelos”.
En este sentido, Raxoi mantendrá por el momento la peatonalización parcial, pese a que la intención inicial era que esta fuese total ya en el inicio de 2021. “La gente debe concienciarse de que por las tardes y por las noches no se puede ni circular ni aparcar. El número de sanciones es significativo y refleja que la medida tiene que cuajar todavía más”, sostiene Gonzalo Muíños, quien incide, además, en que esta zona del casco histórico “no podía seguir soportando ese elevadísimo nivel de tráfico, con coches dando vueltas desde la mañana hasta altas horas de la madrugada”.
El objetivo del gobierno local de la capital gallega pasa por liberar de coches este punto de la zona monumental, debido a la gran cantidad de peatones –vecinos, comerciantes, turistas, peregrinos, estudiantes...– que transitan por estas calles y que convivían a diario con el constante paso de vehículos. Ante este escenario, Raxoi apostó por limitar la circulación, y permitir el acceso solo a los residentes y transporte de mercancías: “Es uno de los pocos espacios que restaba por peatonalizar en el entorno del casco histórico y con esta medida queremos recuperar la zona para los vecinos. Nuestra intención es hacerlo por fases, y hemos empezado por cerrarla al tráfico en horario de tarde, cuando acaba la actividad en el Mercado”.
Esta iniciativa se suma al plan de peatonalización que se puso en marcha tras la crisis del COVID en varias calles del Ensanche durante los fines de semana: Fernando III O Santo, en el tramo comprendido entre República Arxentina y A Rosa; rúa Nova de Abaixo, Santiago del Estero, Santiago de Chile, República de El Salvador y Alfredo Brañas.
Durante el periodo navideño también se ha sumado Xeneral Pardiñas. “La medida está pensada para favorecer el tránsito con suficiente distancia de los peatones, así como para dinamizar el comercio local y ampliar las zonas de juegos infantiles en el Ensanche”, concluye Muíños.
En materia de Tráfico, el departamento de Mobilidade del Concello de Santiago puso en funcionamiento el pasado mes de julio el radar de Conxo. El objetivo, subrayaba el concejal responsable del área, pasaba por acabar con el exceso de velocidad en este punto de la ciudad, donde la estadística, señalaba, habla por sí sola. “Hicimos un estudio previo, y en solo nueve días más de 15.000 vehículos circularon por la zona a una velocidad superior a los 111 kilómetros por hora, en un punto limitado a 40 y 50 km/h en función de si se circula por el carril de la derecha o de la izquierda”, incidían desde Raxoi. No obstante, pese la colocación del radar, el dato de sanciones es muy llamativo, puesto que en un periodo de tres meses se impusieron algo más de 17.000 multas, lo que supone un promedio de 185 sanciones diarias. Esta situación desató las críticas del portavoz municipal del grupo popular, que considera que este radar es “desproporcionado” y carece de efecto “disuasorio”, por lo que lo vinculó a un deseo municipal de “recaudar”. En consonancia, Alejandro Sánchez-Brunete apuntaba que, en Santiago, anualmente, se incoan “unos 34.000 expedientes sancionadores de tráfico en el ámbito de todo el término municipal”, y las cifras son elevadas también en comparación con el radar de O Restollal, que en 10 meses impuso unas 4.500 sanciones, indicaba.
Mientras, desde el Concello inciden en que la cantidad de multas demuestra que “era muy necesario”. “Quiere decir que muchos vehículos están infringiendo el límite de velocidad en esa zona; lo que se trata no es de quitar el radar, sino de mejorar el comportamiento”.