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“Me puso la navaja y, sin dudarlo, salté del vehículo en marcha”

Una taxista compostelana relata el horror que vivió ayer durante un atraco // Detenidos los dos autores

Sonia todavía tiene el susto en el cuerpo. No es para menos, puesto que no todos los días te ponen una navaja en el cuello. Eran sobre las 06.30 horas de ayer cuando una pareja subió a su taxi en la parada del hospital Clínico de Santiago. Ambos de unos cuarenta años, aproximadamente. Él se apoyaba sobre una muleta, lo que a la conductora le hizo pensar que pudiera ser un paciente del centro hospitalario.

“Me pidieron que les llevara a la carretera de A Estrada”; y ella puso el taxímetro en marcha y rumbo hacia la zona indicada. A la altura de A Ramallosa, apunta, le señalaron que girara hacia una pista. Así, le fueron dando instrucciones hasta que llegaron a un área deshabitada.

“Era de noche, no veía nada y la verdad es que tampoco sabía dónde estaba”. Quizás era lo que buscaban sus clientes, dado lo que se iba a producir. De repente, el hombre sacó una navaja, agarró a Sonia desde el asiento de atrás y le puso el arma sobre el cuello. Muy nerviosa, le entregó todo el dinero que tenía. “No era mucha cantidad porque, como en los últimos días hubo otros atracos, llevaba el cambio y poco más”, señala.

Le dio el efectivo, pero al atracador le pareció poco y pidió más. Como ella aseguró que era todo lo que tenía, le requirió los dos teléfonos móviles, que finalmente le acabó devolviendo. “Después de entregarle todo me dijo que siguiera. Quería regresar a Santiago, pero ni él ni yo sabíamos donde estábamos. Así que seguí por las pistas y de pronto llegamos a una carretera general en la zona de Lestedo”, comenta, antes de apuntar que “me incorporé y vi que detrás venía un camión. Entonces, no lo dudé: aminoré la velocidad, abrí la puerta y salté del coche en marcha. Me eché a correr hasta un bar que había cerca, pero estaba cerrado. Y empecé a hacer señas con los brazos a los conductores, hasta que paró un chico, que me auxilió y me llevó a otra cafetería cercana. Él llamó a la Guardia Civil porque yo estaba tan nerviosa que no era capaz ni de desbloquear el patrón del móvil”, relata. Había pasado casi una hora desde que la pareja tomó el taxi en la parada del Clínico.

Así, la Benemérita se presentó en cuestión de minutos en el establecimiento. Sonia presentaba una herida en el cuello provocada por la presión que el atracador ejerció con la navaja. Por eso fue trasladada al hospital Clínico de Santiago, donde además de asistencia médica se le realizó un parte de lesiones. A media mañana fue dada de alta.

Ambos atracadores se quedaron con el taxi de la víctima, que condujeron apenas unos cientos de metros en la zona donde ella abandonó el vehículo. “El coche, que ya fue encontrado (ayer) por mis compañeros del gremio, lo dejaron en una pista cercana sin salida. Es automático y no deben saber conducir con este cambio. Se ve que no fueron capaces de meter la marcha atrás y decidieron abandonar el coche allí”, explica.

Según pudo saber este periódico, ambos atracadores fueron detenidos poco después por agentes de la Guardia Civil. Al parecer, en el momento del arresto trataban de robar otro turismo en un aparcamiento de un restaurante de la zona de Lestedo. Con esto, fueron trasladados a dependencias de la Benemérita, donde se personó la víctima al mediodía de ayer para proceder a su reconocimiento e identificación. En el que momento que fueron detenidos, los agentes se incautaron de casi 150 euros que los atracadores portaban.

OTROS SUCESOS SIMILARES. El presidente de Radiotaxi, Jesús García, señaló a este periódico que el de ayer fue el quinto atraco que sufren taxistas compostelanos en las dos últimas semanas, una situación “gravísima” que preocupa mucho al gremio.

Taxistas consultados aseguraron que los dos atracadores son “viejos conocidos por incidentes similares”. No pueden evitar dejar de relacionar este suceso con la degeneración que registra desde hace tiempo la zona de Santa Marta, en el entorno del Banco do Pobre, donde los vecinos también están en pie de guerra por la continua aparición de jeringuillas en la vía pública, una evidencia del repunte de consumo de heroína que se ha detectado en la ciudad.

Los taxistas piden un mayor esfuerzo a las autoridades municipales en seguridad ciudadana para tratar de evitar situaciones tan desagradables como la que vivió ayer durante su turno de trabajo Sonia, que se encuentra bien en su domicilio.

21 oct 2020 / 00:00
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