Santiago
+15° C
Actualizado
sábado, 10 febrero 2024
18:07
h

Menos pico y más pala

    TOME EL LECTOR AMABLE, en sentido literal, si lo prefiere, la frase que da título a esta columna. Yo le invito, sin embargo, a que se fije en la expresión figurada la misma.

    Vino la nieve blanca y pura a poner su punto de belleza en el paisaje y, al mismo tiempo, fría y dura, a incomodar el diario discurrir de nuestras vidas, convirtiendo su belleza en un desastre. Tal fue así, que el ciudadano, para entrar en su vivienda, se valió de pico y pala y se puso a retirar de su camino una nieve que fue bella, solo un rato, para luego convertirse en un auténtico peligro.

    La nevada puso tinte de tragedia en el ambiente, sometiendo al vecindario a un terrible bloqueo y sufrimiento. Y acudieron, como siempre, los políticos, intentando demostrar que la nieve no es de nadie y que todos están prestos a dejarse la piel en el intento de poner, de nuevo, el orden en las cosas y a pedirnos, como entonces, cuando el bicho, que quedemos en las casas, a esperar que traiga el sol un nuevo día.

    Las pandemias, las nevadas son fenómenos del tiempo y de la vida que aparecen, en el mundo, sin tarjeta de visita. No se puede culpar de su existencia a los gobiernos.

    Las pandemias, las nevadas no son temas de política. Son tragedias naturales que, por veces, se presentan y amenazan nuestras vidas. Solamente, la osadía y la mísera torpeza de los hombres son capaces de mezclarlas con el bronco quehacer de la política.

    No es la hora de aturdir al ciudadano con discursos, al estilo Aló Presidente, ni con largas y tediosas comparecencias de ministros de la cosa (dos más delegado, en este caso), con adorno de la prensa, repitiendo la preguntas y reiterando las respuestas.

    No es preciso que la terna política ponga el punto en lo que hace, si lo hace bien. El votante reflexivo ya comprende y deduce conclusiones por los hechos.

    Las grandezas proclamadas, adobadas con promesas incumplidas, muchas veces, están de más y luce mal adornarse con plumas ajenas, como decía el clásico.

    Es costumbre, en los medios gubernativos de hoy en día, hacer política de vuelo bajo, al socaire de intereses partidarios, aprovechando acontecimientos trágicos, como fue, en tiempos, el naufragio del Prestige o los actuales desgracias de la pandemia y el temporal de nieve.

    Es lamentable ver cómo se tiran los trastos unos a otros, echando mano del populismo más rancio e, incluso, de la mentira y del agravio.

    Las gestas de la política que más resaltan son aquellas donde escasean los discursos y abundan los hechos positivos. O sea, menos pico y más pala.

    18 ene 2021 / 00:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.