“Mi vocación por el estudio de la liturgia nació siendo monaguillo”

Natural de Santiago (1991), Ángel Pazos López es graduado en Historia del Arte por la Universidad Autónoma de Madrid, en la que se ha especializado en arte medieval. De la capital de España dio un salto a la de Italia, donde obtuvo un máster de Liturgia en el Pontificio Instituto Litúrgico de San Anselmo; y otro de Estudios de Religiones y Mediación Cultural en la prestigiosa Universidad de la Sapienza de Roma. Hace unos días defendió satisfactoriamente y vía telemática en la Universidad Complutense de Madrid su tesis doctoral, titulada Iconología de la liturgia cristiana en la Edad Media.

¿En qué consistió su estudio?

Está dedicado a la iconografía de la liturgia en la Edad Media. He realizado la tesis durante los últimos cuatro años como parte de mi línea de investigación que aúna la historia del arte y la liturgia. Parte de un interés que tengo desde hace años que tiene que ver con el estudio de la imagen de la ritualidad en la Edad Media.

¿Cómo le surgió esta idea?

Tiene mucho que ver con una línea emergente que se trabaja en universidades internacionales relacionada con el estudio de la imagen del ritual. Para que se entienda, se trata del análisis de todas las imágenes que representan escenas que tienen que ver con ritos. El rito es una cuestión efímera que no podemos conservar o guardar de alguna manera, como si grabásemos una cinta de vídeo o filmásemos una película... En la Edad Media y épocas pasadas se han representado imágenes en pinturas, en manuscritos y distintos soportes que narraban escenas que tenían que ver con el ritual: la celebración de la eucaristía o los sacramentos. En la tesis doctoral planteo un método de análisis de esas imágenes y estudio también algunos ejemplos que tienen que ver con manuscritos y temáticas como la eucaristía o los siete sacramentos, dentro del periodo del arte medieval, desde el siglo V hasta el XV.

¿Existe algún registro a nivel internacional de este tipo de obras?

Pues sí. La tesis analiza monográficamente 19 programas iconográficos, que son las diecinueve imágenes complejas que representan escenas de distintos rituales, de distintas formas de celebrar la misa o los sacramentos en la Edad Media. Estas se analizan, digamos, de forma más detallada. Y luego hay un complemento de 250 imágenes que se mencionan, sin un comentario más profundo, y que son el sustento del estudio que hemos estado realizando. Esto, por otra parte, también se relaciona con una serie de publicaciones de libros y de artículos científicos que he tenido la oportunidad de escribir en los últimos años durante investigaciones paralelas.

¿Qué tal fue la defensa?

Ha sido una oportunidad muy interesante. El tema del coronavirus ha obligado a que haya sido virtual en mi caso. Normalmente suele ser un acto bastante protocolario, pero al hacerlo online pude compartir este momento con un montón de amigos y colegas, tanto de España como de otros países: de Argentina, de Italia... Había un total de 50 investigadores internacionales conectados. Y eso fue una oportunidad para enriquecer la discusión. El acto se prolongó más allá de lo que es habitual, quizás por ese enriquecimiento que aportaron los miembros del tribunal. La verdad es que tengo que agradecerles esa capacidad para expresar y verbalizar una serie de observaciones, porque ese me permitió a mí también desarrollar mejor mi tema de investigación.

¿Cómo ha cambiado la liturgia de la Iglesia desde la Edad Media hasta la actualidad?

Hay aspectos muy interesantes que se pueden destacar. Quizás una de las ideas más importantes es que, principalmente en época alto-medieval, la liturgia era una realidad bastante cambiante. Digamos que no había una sola liturgia medieval, sino que había muchos ritos distintos. Entonces, esta idea que tenemos de que la liturgia es una, o al estar acostumbrados a la misma liturgia siempre, o a un mismo rito litúrgico... Es algo que en la Edad Media era mucho más diverso, antes de la reforma gregoriana. Con esta, hay una unidad pretendida, impuesta por el papado, alrededor del rito romano, y esta unidad es un poco la que será reformada a comienzos del siglo XVI con el Concilio de Trento. Esa liturgia es la que teníamos hasta antes del Concilio Vaticano II, en los años 60 del siglo XX. Pero mi tesis acaba justo antes del Concilio de Trento. La liturgia que estudio en la tesis está mucho más cerca a la de los primeros cristianos.

¿Qué toca ahora?

La verdad es que estamos trabajando en temas muy interesantes. He tenido la oportunidad de ser investigador contratado en la Universidad Complutense de Madrid y he podido hacer estancias en las de Pisa, Lisboa, Buenos Aires, en la Nacional Autónoma de México... Actualmente, imparto clases en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), pero sigo vinculado a la Complutense, donde soy el secretario académico del grupo de investigación Capire, relacionado con estudios de iconografía, estudios visuales y relacionados con la imagen.

Algún proyecto que tenga entre manos...

En el marco de este grupo de investigación estoy desarrollando en colaboración con la Cátedra del Camino de Santiago y de las Peregrinaciones un proyecto de investigación dedicado al estudio de la imagen y del ritual en la Catedral de Santiago durante la Edad Media, lo cual es muy interesante, pues de alguna manera voy a tener también la oportunidad de investigar sobre las imágenes rituales vinculadas a la basílica y al Camino de Santiago.

Un buen comienzo...

Soy el coordinador de este proyecto, el investigador principal y es mi primera experiencia como coordinador. Creo que vamos a trabajar con mucho respaldo por parte de la Catedral y de otros investigadores, con un equipo de investigación que trabajará desde Madrid, Santiago y otros puntos del Camino para analizar el impacto de la reforma de la liturgia que hubo en el Camino de Santiago u objetos de la liturgia que están desperdigados por el Camino y que se recopilarán en una muestra virtual. Y también tendremos la oportunidad de trabajar sobre la realidad musical, que es una parte muy importante de la liturgia.

He leído en un artículo de José Fernández Lago que es monaguillo en activo en San Paio...

Cuando era pequeño, desde los nueve años, estaba vinculado al monasterio de las monjas benedictinas de San Paio de Antealtares y creo que mi vocación hacia el estudio de la liturgia tiene que ver también con mi labor de monaguillo allí; y después en la Catedral de Santiago, bajo la dirección del entonces maestro de ceremonias, D. Juan Filgueiras. Por tanto, mi vocación por este estudio de la iconografía de la liturgia medieval viene también de esta formación práctica en la Catedral.