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Multamóvil: las 30.000 sanciones que se tramitan al año podrían triplicarse

Ese es el resultado ‘cosechado’ en otras ciudades // Queda por aclarar si vigilará la doble fila

En cuanto el consejo de administración de Tussa, empresa municipal de transportes, dé el visto bueno a la adquisición de los materiales necesarios para la puesta en marcha del llamado Multamóvil, el Ayuntamiento lo pondrá en marcha, lo que ya ha desatado bastante polémica.

El nuevo sistema se viene a sumar a los radares y fotorrojos en varios semáforos, de forma que las previsiones apuntan que las 30.000 sanciones que se ponen de media cada año en la ciudad pueden dispararse, gracias a este incremento de medios tecnológicos destinados a la vigilancia.

El concejal de Tráfico, Gonzalo Muíños, afirmó ayer que en principio se utilizará para controlar los coches que aparcan de forma indebida en las zonas que están reservadas para los residentes, una infracción que es bastante frecuente.

Pero desde el Partido Popular, su portavoz, Alejandro Sánchez-Brunete, alertaba ayer de que en el pliego de condiciones para la compra del software también se recogía que podría ser usado para controlar el aparcamiento en doble fila. O los casos en los que se supera el tiempo de estacionamiento en la zona en la que rige la ORA.

Para el PP, el problema fundamental es la “dinámica peligrosa” en la que alerta que está entrando el gobierno local, y que define como el recurso sistemático a medios técnicos para el control de los ciudadanos.

Tras la colocación de los radares fijos, ahora se plantea la puesta en marcha de este sistema, en el que por medios técnicos se registran las posibles infracciones directamente, sin posibilidad de apercibimiento.

Pone el ejemplo de que si ahora un policía local se encuentra un coche en doble fila, no es habitual que lo multe a la primera, sino que suele avisar al conductor para que circule. Y solo en el caso de que sea reincidente, o de que el vehículo esté sin conductor y molestando a los demás, se proceda a imponerle la sanción.

Más que cuestionar el nuevo sistema de control, Sánchez-Brunete cree que se trataría de evitar “resultados desproporcionados” en forma de un aumento del número de sanciones. Contrasta que, mientras todos los medios técnicos que se ponen en marcha van destinados únicamente a sancionar, se hayan olvidado, por ejemplo, de otras posibillidades que ofrecen las nuevas tecnologías.

Apparca. Durante el mandato del PP en la alcaldía, y con él como concejal de Tráfico, se puso en marcha en Santiago un sistema pionero para la reserva de plazas de aparcamiento que dio muy buenos resultados, Apparca, y que a día de hoy está funcionando en otras ciudades, pero no en Santiago.

Por ello, criticó que todas las innovaciones vayan dirigidas simplemente a ampliar el control sobre los ciudadanos, e ironizó sobre la posibilidad de que algún día se compren también drones para extremar la vigilancia.

Criticó por otra parte el método para poner en marcha el sistema de control, que consiste en la compra de las cámaras y los medios técnicos para tramitar las sanciones, pero que luego se instalen en vehículos procedentes del depósito municipal, lo que consideró muy poco ecológico, ya que en el parque móvil hay vehículos que sí son respetuosos con el medioambiente, pero ahora se van a utilizar coches que se supone que ya tienen un buen número de años y kilómetros recorridos.

Además, otra de las preocupaciones del grupo popular se refiere a la protección de datos. El concejal de Tráfico, Gonzalo Muíños, explicó en rueda de prensa que el inicio del funcionamiento de estos dos vehículos reciclados estaba pendiente de que se recibieran todos los permisos necesarios, ya que irán provistos de cámaras para fotografiar las infracciones que detecten a su paso.

Señala el portavoz popular que en la documentación figura de forma genérica que el sistema deberá respetar la normativa vigente en materia de protección de datos, pero se pregunta qué va a pasar cuando saque una foto, porque en ella no va a figurar solo la matrícula, sino la zona en la que está el coche y todo lo que hay alrededor.

Eso supone que pueden aparecer personas sin su consentimiento, un problema que, por ejemplo, obligó a Google Maps a incorporar un sistema para el borrado de caras y evitar que quienes simplemente están paseando por la calle puedan ser reconocidos sin su autorización.

Unas lagunas que ofrecen muchas dudas que considera que deberían quedar totalmente resueltas antes de su puesta en funcionamiento. Porque reiteró que no se trataba de una oposición frontal a su puesta en marcha, ya que considera que puede resultar útil, pero siempre y cuando se controle muy bien su actuación y no se use solo como una máquina de multiplicar la cifra de multas.

El uso de este tipo de vehículos ya se planteó en Santiago a comienzos de este siglo, pero por una razón u otra se fue aplazando su compra. Ya existe en otras ciudades gallegas, aunque en algunos casos su funcionamiento se paralizó temporalmente y no estuvo libre ni de polémicas con los conductores, ni de problemas legales varios. En algunos casos, este coche fantástico llegó a imponer la friolera de quinientas sanciones diarias, además de las registradas por otros medios.

registro
problemas legales

··· En algunas ciudades como Pontevedra, en Galicia, o Valladolid, el uso del multamóvil, a la larga, supuso un descenso en el número de sanciones a medio plazo, porque los conductores escarmentaron. Pero lo habitual es que, por lo menos durante los primeros meses de funcionamiento, el crecimiento sea importante; del doble, como ocurrió en Vigo, o incluso que se triplicara, caso de la localidad asturiana de Gijón.

··· Por otro lado, también se han producido algunos problemas legales, como el caso de una conductora que vio anulada su multa, porque el juez consideró que con una simple fotografía de la matrícula no se podía acreditar que estuviera fuera del vehículo. Ni tampoco que hubieran pasado los dos minutos de tiempo máximo que marcan la diferencia entre una simple parada, por ejemplo para esperar a alguien, o el aparcamiento del vehículo en doble fila. Estos problemas obligaron a que en el multamóvil vaya un policía para que dé veracidad a la sanción y ésta no pueda ser objeto de un recurso legal.

10 dic 2020 / 00:00
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