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No se lo creerán... pero solo faltan diez días para el final de los trabajos en Concheiros

Dicen que en esta vida todo se acaba. Y es probable que sea cierto, porque incluso las obras de la calle Concheiros, que en muchos momentos llegamos a pensar que eran una especie de mito de Sísifo moderno que nos condenaba a ver subir la roca eternamente por la montaña, están a punto de caramelo. En diez días, dos semanas a la sumo, la empresa dirá adiós a una rúa que se ha transformado radicalmente tras algo más de un año de pico y pala.

Habrá opiniones para todos los gustos, pero la realidad es que los trabajos han mejorado sustancialmente una calle estratégica de entrada al meollo histórico. Con algunas salvedades: por un lado, el final de la obra no supondrá que todo esté concluido. Faltará la colocación del mobiliario urbano, los sesenta bancos de madera o piedra que habrá a lo largo de la calle, las papeleras y los maceteros. También quedará pendiente, y probablemente tenga que esperar por una eterna decisión judicial, la reurbanización de un pequeño tramo en la zona par de la calle próxima al ascensor. Allí todavía permanece el viejo pavimento, porque justo debajo están las viviendas ilegales descubiertas durante estas obras, así como un depósito de gas con el que tampoco se contaba sobre el papel.

Otro de los problemas que muchos vecinos destacan es el de la iluminación. La catenaria no convence a casi nadie, incluido el propio alcalde, que no se manifestó entusiasmado por este cableado colgante verbenero. El problema es que solo hay luz en una de las aceras, y la otra queda en penumbra donde no hay locales iluminados. Además, los árboles podrían quitar la poca luz que hay en algún punto en cuanto se desarrollen. Esta catenaria tiene continuidad desde el nudo de Concheiros, obra de la Xunta, pero más allá se optó por instalar farolas a cada parte de la calle, por petición de la administración autonómica. El resultado, la iluminación es mucho más uniforme y probablemente estética. Para paliar este problema se colocaron algunos focos en los últimos días, pero quizá harían falta unos cuantos más.

En estas jornadas que faltan hasta el final de obra se aprovechará para pulir el pavimento, delimitar zonas de aparcamiento y carga y descarga con pintura antideslizante o la parada del bus, en la Cruz de San Pedro. Al margen de lo que está a la vista la obra supuso un enorme trabajo bajo tierra. “Quizá el veinte o treinta por ciento está oculto, porque se cambió todo el saneamiento, las pluviales, telecomunicaciones, acometidas o tuberías de fibrocemento”, indica el concejal Javier Fernández. El edil tiene pendiente además una visita a la calle con representantes de organizaciones como la Once o Cogami, para asegurarse de que no quedan elementos que limiten la accesibilidad. “Quiero que le den el visto bueno y quede perfecto, si es posible”, asegura. La rúa no solo estará plagada de bancos, sino que los árboles tienen un papel protagonista. Muchos son acacias de tres espinas (sin espinas, matizan), “una variedad que en otoño tiene una hoja amarilla y es un árbol singular”. También hay carpinus bétulus, de crecimiento medio, que se usan en jardinería de ciudades. Y hay robles de los pantanos, con una “ramificación muy ordenada, y que es un roble muy bueno para ciudad”, indica uno de los técnicos de la obra.

Quizá sea momento para, además de hacer balance de las obras y que cada uno dé su opinión, valorar el trabajo del concejal responsable, que fue a menudo el centro de la crítica, y no solo de los vecinos, pero que se ha dejado muchas horas extra en esta calle. Javier Fernández vivió durante el último año más tiempo en Concheiros que en su barrio de Pontepedriña, atendiendo a todos los que se lo requerían y lidiando con los sucesivos retrasos, que desde luego no se le pueden achacar a él. En cuanto esté todo listo hay prevista una inauguración oficial, como mandan los cánones políticos.

Sesenta bancos de madera o piedra a lo largo de toda la calle

Santiago. En cuanto acaben los trabajos de pintado y remates finales solo quedará por colocar el mobiliario urbano. Habrá nada menos que sesenta bancos a lo largo de la calle, la mayoría de ellos de madera. En cada grupo de tres árboles que hay en la acera par de la calle, como se ve en la imagen superior, se colocarán ocho bancos, creando una zona de parada. Justo enfrente, en la acera impar, habrá otros cuatro, que se situarán enfrentados: dos mirando a la calzada y los otros dos hacia la acera. Tendrán unas medidas de entre 1,60 y 1,80 metros cada uno. Los de piedra se reservan para acoplarlos pegados a fachadas, en la zona del Cruceiro. Ese mobiliario tendrá también la función de evitar el aparcamiento indiscriminado, fuera de las escasas zonas reservadas.

Las plazas de estacionamiento serán solo una veintena, y las habrá tanto en línea como en batería. Durante el día serán para breves paradas de un máximo de quince minutos, con el fin de favorecer al comercio y para que los vecinos puedan descargar bultos de sus vehículos o llevar a una persona mayor, por ejemplo. Durante la noche esas plazas quedarán para residentes. Será el denominado multamóvil el que se encargará de sancionar a los que se excedan de ese plazo de tiempo. Al margen del aparcamiento habrá zonas de carga y descarga, a la altura del Gadis, al final de la rúa, en la zona del hotel y la más próximo al bar Rey. También quedará una parada de autobús en la zona del Cruceiro que pretende dar servicio, entre otros, a los residentes de la rúa de San Pedro.

PENDIENTE
UN CALLEJÓN QUE QUEDARÁ SIN SALIDA

··· En el principio de la calle, próximo al bar Rey, el callejón que da hacia la avenida de Lugo estaba previsto que conectara con el aparcamiento de Triacastela. Ese proyecto quedó en suspenso, con lo que la primera fase sí se realizó, como se ve en la imagen, pero quedará sin salida, pendiente de concluir.

··· La iluminación por catenaria dejó muchas zonas en sombra, con una distribución irregular de la luz. En los últimos días se colocaron focos a mayores, como se ve en la imagen, para reforzar la iluminación. En esa zona próxima al nuevo ascensor de acceso a Triacastela es donde queda una superficie sin reurbanizar pendiente de Disciplina Urbanística. Es donde aparecieron en el subsuelo viviendas ilegales y un depósito de gas.

24 abr 2022 / 00:00
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