No todo es negativo: el comercio defiende la aportación de los usuarios de pisos turísticos

Desde hace meses, en Santiago se mantiene una terna entre personas que están a favor y en contra de las Viviendas de Uso Turístico, un modelo que se ha instaurado en la capital gallega. Las decisiones de Raxoi para controlar la invasión de estos alojamientos (se contabilizan unas 900) ha llevado a los propietarios a tomar medidas y mostrar su realidad, la cual, apuntan, dista de lo que se quiere reflejar.

Los dueños de estos inmuebles que tienen registrado su negocio en la Xunta de Galicia siguen sin entender la oposición total por parte del Concello a aceptar sus inmuebles si no disponen de la habilitación municipal. Este enfrentamiento todavía está en sus comienzos, ya que todo apunta que se prolongará en el tiempo, una vez se estipulen las condiciones definitivas que las regirán.

De este modo, desde la directiva de la Asociación de Viviendas de Uso Turístico de Santiago se apuntan los beneficios de sus alojamientos, los cuales están asentados en todo el continente europeo. Así, por ejemplo, tienen en cuenta que el precio por noche es más económico que un hotel, existen mayores facilidades para viajar en grupos o con mascotas y resulta cómodo para estadías de varios días en familia.

Estas virtudes para los viajeros, apuntan, también se trasladan a la urbe en la que están instaladas, porque aumentan la riqueza del lugar, no sólo por el incremento de personas, sino también porque suelen consumir en los comercios locales.

En esta línea, al instalarse en una casa, por ejemplo, muchos necesitan realizar una compra para el hogar, lo que repercute en los supermercados o las tiendas de barrio, o bien piden la comida a domicilio, dando negocio a los restaurantes locales.

Con todo, el sector de la restauración no es el único beneficiado, puesto que las VUT han adquirido también un matiz muy importante, señalan, entre otros, para las celebraciones.

“Hemos organizado muchas bodas y los invitados se alojan en las viviendas de uso turístico de la zona a petición de los novios, pues es más cómodo y económico para ellos. Así, pueden venir a la boda invitados que de otra forma no vendrían, con niños, mascota... y aprovechan para visitar la ciudad”, señala Antonio Valios, propietario de una floristería.

Ya que un gran porcentaje de inquilinos de estos inmuebles son peregrinos, los negocios de estética, como las peluquerías, son otros de los beneficiados por esta modalidad de alojamiento, según destacan los propietarios.

“A los peregrinos, después del Camino, les apetece darse un buen corte de pelo o arreglarse las uñas, depilarse... También hay invitados de eventos que quieren prepararse para el acto o mujeres que, aprovechando que tienen más tiempo, acuden a realizarse tratamientos. En mi caso, hay quien ha vuelto dos veces y generalmente vienen enviados por el alojamiento en el que están hospedados”, cita Natalia, de la peluquería Pascual.

Precisamente, el hecho de que se traten de caseros con arraigo en los barrios favorece que los inquilinos empleen también las tiendas locales.

“O que si notamos sobre todo este ano é que as ceas aumentaron exponencialmente, son sobre todo turistas que están aloxados nos establecementos da zona tanto pisos turísticos coma hoteles ou pensións, preguntan onde poden cear e recoméndanlle os restaurantes da mesma zona, xa que nos coñecemos de toda a vida e tamén os donos das vivendas de uso turístico son clientes nosos”, remarca un propietario de un restaurante de Galeras.

En este sentido, consideran que la llegada de las VUT ha generado un mayor impacto del turismo en otras zonas de las ciudades, especialmente en el Ensanche, una zona a la que habitualmente no llegaban los viajeros.

Por ello, desde el ente que representa a estas familias de propietarios consideran que no se debe demonizar su modelo de negocio, puesto que tiene muchos beneficios para los compostelanos. Si bien aceptan que debe existir una regulación, especialmente para luchar contra aquellas personas que tienen una vivienda sin licencia, no comprenden el ataque del Concello.

Asimismo, estos comerciantes también cuentan con vecinos en sus respectivos edificios que poseen una VUT y, a pesar de todo, señalan que estas no generan problemas, ya que no son inquilinos conflictivos, sino todo lo contrario, familias que respetan la vida comunitaria.

Teniendo en cuenta todo ello, a raíz de la polémica surgida, se sorprenden con los requisitos que se pretenden exigir, aunque confían en que se puedan encontrar puntos de acuerdo para que estos alojamientos, que consideran tan necesarios para la vida de Santiago y para fortalecer su turismo, puedan mantenerse en el tiempo, siempre y cuando tengan la licencia.