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ENTREVISTA
EDURNE PASABAN Alpinista

“Para superar cualquier reto hay que mirarlo de frente con intención de escalarlo”

“He subido ochomiles que después he bajado y los vivo en el recuerdo, pero mi hijo es un ochomil para siempre”

Ha sido la primera mujer del mundo en conseguir coronar los 14 ochomiles. Ingeniera industrial y empresaria. Compagina puestos de responsabilidad en diversas empresas con una dilatada actividad como conferenciante. En sus ponencias comparte los principios fundamentales y herramientas que ha adquirido en sus años de carrera profesional, tanto en el mundo deportivo como en el empresarial.

La gran alpinista española en el Camino de Santiago. ¿Conocía ya esta ruta especial?

Yo había hecho el Camino de Santiago en bicicleta, pero hasta ahora no lo había andado. La propuesta de participar en El Camino interior me pareció especial y bonita, porque el Camino es un espacio singular para encontrarse con uno mismo.

Inaugura usted la parte gallega del Camino Francés introduciendo la serie en O Cebreiro. Es una de las etapas más duras. ¿Se ha quedado con morriña de patearse Galicia con calma?

Efectivamente, me fui con la morriña de patearme Galicia entera. ¡Qué maravilla de parajes! Hicimos la etapa más montañosa y también una de las más bellas, por lo visto. Estoy deseando poder hacer el Camino de Santiago entero y con calma.

Después de los potentes retos de su carrera deportiva, ¿qué significa hacer una etapa del Camino de Santiago donde lo importante es la verdad de su conversación?

Los retos no se miden por la altura o por las metas, sino por el disfrute en cada uno de sus momentos. Una etapa del Camino de Santiago da para disfrutar mucho de uno mismo, sobre todo si reflexionas y miras para adentro. A veces, en los grandes retos apenas hay tiempo para pensar.

¿Cuál ha sido su experiencia del rodaje? ¿Le ha ayudado a usted misma a crecer por dentro?

Ha sido un rodaje muy fácil con un equipo fantástico. Una experiencia estupenda.

En mayo se cumplieron 20 años de su primer ochomil: el Everest. ¿Cómo ha mejorado por dentro Pasabán en estas dos décadas de subidas y bajadas?

Desde el primer ochomil que hice en 2011 he experimentado un crecimiento personal muy grande que ha ido en paralelo al progreso de la madurez. Al final, el camino de la vida te enseña a saber lo que quieres ser. Yo tenía una gran pasión por hacer ochomiles y centrar en aquello mi propósito de vida con aprovechamiento me ha preparado también para la siguiente etapa.

Como casi todos en esta vida, a veces usted se ha perdido por el Camino. ¿Cuál es su Plaza del Obradoiro, su faro, su meta en la vida?

Mi meta personal es encontrar el equilibrio entre lo que me apasiona y el día a día. Después de los catorce ochomiles quiero seguir viviendo alrededor de la montaña, pero muy pegada a la realidad de mi vida intentando hacer el mayor bien posible a mi alrededor.

Hay un ochomil que no está contabilizado en su carrera, pero al que le da mucha importancia: la maternidad.

La maternidad es mi decimoquinto ochomil, sin duda, y el más importante. He subido ochomiles que después he bajado, y los vivo en el recuerdo, a través de las huellas que se quedan en la memoria, pero mi hijo es un ochomil para siempre. Las montañas están lejos, mi hijo siempre estará a mi lado.

¿Cómo subimos entre todos la montaña de una pandemia llena de olas que no acaban?

Me conformo con que seamos capaces de aprender algo, porque vamos por la quinta ola y vemos que todavía no hemos aprendido lo suficiente... Tenemos que darnos cuenta de que estamos ante una circunstancia que requiere responsabilidad individual y social, porque nos afecta a todos. Urge que miremos más allá de nosotros, ahora, y siempre.

¿Cómo se le saca partido interior a una experiencia física como hacer el Camino de Santiago o subir el K2?

Todos tenemos un K2 en la vida. Para superar cualquier reto hay que mirarlo de frente con la intención de escalarlo. Ante las montañas de la vida no tiene sentido que nos comportemos como víctimas. Debemos asumir un papel protagonista: tirar, preparar, afrontar, hacer equipo, hacer las cosas bien, progresar...

¿A qué Edurne veremos entre Ambasmestas y O Cebreiro?

No veremos tanto a la Edurne alpinista, como a la Edurne persona, hija, madre, amiga de mis amigos. Una mujer que está agradecidísima por las gestas del pasado, por el cariño, y por las oportunidades del presente y las expectativas del futuro.

¿El Camino interior será una serie apta para montañeros, aunque no haya cumbres?

Por supuesto, porque es una serie apta para todos los que quieren mirarse dentro y ser mejores personas.

LA HUELLA

Edurne Pasabán nació esforzándose para cumplir un sueño. Un sueño muy audaz. Por eso es una mujer pionera en el mundo. Ha subido catorce ochomiles con el sudor de su frente y la alegría de la superación. Y también ha bajado más de un barranco vital. Acostumbrada al realismo, supo tomar las riendas de la montaña y también ha sabido coger al toro del bajón por los cuernos hasta hacer del limón, limonada. Edurne es sinónimo de “sí se quiere y se vale, se puede”.

06 mar 2022 / 01:00
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