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ENTREVISTA
Camilo García Freire, Jefe del Servicio de Urología del Clínico

“Pese a operar el 30 % de todos los tumores del CHUS, la Urología es todavía una gran desconocida”

“Estoy muy orgulloso del equipo que tengo. Somos referencia en varias patologías y hacemos cursos a los que vienen expertos
de toda Europa”

El servicio de Urología, pese a que abarca muchas patologías, todavía es una especialidad que es una gran desconocida dentro de la cartera asistencial hospitalaria. ¿Qué destacaría en el campo de la cirugía, teniendo en cuenta que solo en la tumoral operan el 30 % de todas las que se realizan en el hospital?

Podríamos decir que para el volumen de patología que movemos somos un servicio no muy conocido, no tanto por la Administración sanitaria, que es consciente de esta situación, pero tal vez sí lo sea para la población en general. Nuestro campo de acción abarca toda la patología médica y quirúrgica de riñón, vías urinarias y suprarrenales en ambos sexos y la patología urológica femenina. Se trata de un amplísimo campo con mucha patología neoplásica de riñón, suprarrenales, pelvis y uréter, vejiga, próstata, testículo o pene. Como usted comenta, es uno de los diagnósticos mas frecuentes, tanto en la actividad quirúrgica como en consultas y exploraciones. Pero también nos ocupamos de la litiasis urinaria, la incontinencia y patología funcional de la vía urinaria, la patología andrológica (con cuadros tan comunes como la infertilidad y la disfunción eréctil), las infecciones urinarias o la parte quirúrgica del trasplante renal.

Y también realizan exploraciones, junto a consultas.

Sí. Nosotros realizamos tanto las consultas, cuando el paciente es remitido a nuestra especialidad, como las exploraciones endoscópicas, ecográficas o incluso con soporte radiológico, indicamos el tratamiento quirúrgico y realizamos la cirugía. Además, en el servicio somos responsables del seguimiento y la mayoría de los tratamientos médicos que de estas enfermedades se derivan. Así que probablemente si usted pregunta a cualquier familia es posible que no hayan pasado por un endocrinólogo o un cardiólogo, pero rara será la que, por un cólico, una infección urinaria o por síntomas prostáticos de los varones de mayor edad, no hayan tenido consulta con un urólogo.

Cuentan con dos vías rápidas para los dos tumores más prevalentes, que son las de próstata y vejiga. ¿Qué ventaja suponen para el paciente?

Dentro de la estrategia asistencial del Sergas en estos últimos años se han establecido cinco Vías Rápidas para asistencia de las neoplasias más frecuentes. Serían cáncer de mama, de colon, de pulmón y de las cinco las otras dos son de nuestra especialidad, la próstata y la vejiga, aunque realmente esta vía rápida es de hematuria, sangre en la orina, síntoma fundamental que determina la necesidad de descartar la presencia de una neoplasia en cualquier punto de la vía urinaria, pero denominada muchas veces de vejiga por ser esta localización la más frecuente. La idea es poder realizar un diagnóstico lo más temprano posible de estas patologías en aquellos casos en que es preciso. Supone una estrategia por la que estos pacientes con elevada probabilidad de padecerlas pueden optar a realizar con celeridad las exploraciones necesarias con la prioridad adecuada, sin perderse en el maremágnum de consultas y exploraciones generales que en un centro hospitalario puede haber. Toda la actividad hospitalaria es una cadena con muchos eslabones, todos ellos indispensables. En el caso de la patología neoplásica es fundamental esta colaboración y nuestra actividad no sería posible sin la colaboración de servicios como Oncología Radioterápica, Oncología Médica, Radiodiagnóstico o Anatomía Patológica, en los distintos niveles del proceso asistencial.

Entre los grandes cambios en actividad quirúrgica está el paso de la cirugía abierta a otras técnicas menos invasivas, como la laparoscópica, percutánea y endoscópica. ¿Qué ventajas destacaría de cada una de ellas para los enfermos?

La actividad quirúrgica ha experimentado en todos los terrenos un gran desarrollo en los últimos años y todo el mundo conoce ahora las técnicas menos invasivas como la laparoscopia. En nuestro caso, ese cambio creo que ha sido incluso mayor, ya que de hacer casi exclusivamente cirugía abierta y posteriormente algo de cirugía endoscópica, con el avance de las tecnologías hemos ampliado a poder realizar muchas más intervenciones endoscópicas, a que nuestras intervenciones sean en su inmensa mayoría laparoscópicas y a desarrollar campos mas específicos como la más compleja cirugía percutánea. En ocasiones incluso en el mismo paciente unas técnicas complementan a otras ya que una litiasis puede ser intervenida simultáneamente por vía endoscópica y percutánea, por ejemplo.

¿Incluso se percibe en la reducción de estancias en el hospital?

Sí. El cambio en algunas intervenciones ha sido espectacular, baste decir que por ejemplo una nefrectomía (extirpación parcial o total del riñón) obligaba hace años a un postoperatorio de entre 7 y 10 días y a notables molestias inmediatas y tardías por la incisión, a que hoy al ser realizada por laparoscopia sea dada de alta en tres ó cuatro días y con escasas molestias. Lo mismo podemos decir de la mayoría de las intervenciones de litiasis que pueden ser dadas de alta en 24 ó 48 horas, sin incisiones, con una mínima pérdida de sangre y con escasa necesidad de analgesia, cuando hace no muchos años eran postoperatorios tórpidos y prolongados, con catéteres, sangrados, etc.

Además, el servicio que dirige en el CHUS cuenta con unidades de referencia a nivel nacional.

Creo que puedo estar orgulloso de tener un equipo de facultativos del mejor nivel en muchos aspectos, profesional y humano, pero ya que hablábamos de la litiasis (cálculos) ésta es una de las unidades de un desarrollo más puntero. Somos referencia para este tratamiento y hace años ya lo éramos por la litotricia extracorpórea. Actualmente esta Unidad de Endourología y Litiasis –para la extracción de cálculos renales– realiza intervenciones a pacientes de casi toda nuestra comunidad autónoma. Organizamos, asimismo, cursos formativos para otros especialistas que desean conocer nuestras técnicas, tanto a nivel nacional como internacional, acudiendo urólogos procedentes de toda Europa.

Y pioneros también.

Hemos sido pioneros en implantar algunas técnicas como la micropercutánea, con la que podemos intervenir litiasis intrarrenales, con una punción en la zona lumbar de escasos milímetros. Asimismo, en otros terrenos como decía también realizamos técnicas novedosas, por ejemplo la biopsia prostática de fusión, en la que podemos identificar con más fiabilidad tumores de próstata al fusionar imágenes de la resonancia magnética con la de nuestra ecografía. Además, en terrenos como la urodinamia, la andrología y la cirugía laparoscópica recibimos también con frecuencia pacientes de otras áreas sanitarias.

Tratan también incontinencia urinaria, ¿qué avances hay?

Si, se trata de patologías no tan vitales como las que hemos repasado hasta ahora pero con una notable repercusión en la calidad de vida de los pacientes. A nivel de incontinencia urinaria tenemos una unidad con una larga trayectoria y que realiza las técnicas mas punteras, mediante laparoscopia, endoscopia, etc., para el tratamiento integral de unos pacientes especialmente complejos en ocasiones, ya que no se trata únicamente de incontinencia femenina, sino de situaciones tan complejas como la lesión medular.

¿Y en disfunción eréctil?

La Andrología es también un terreno que está en un continuo avance. La mejora en la calidad de vida hace necesario ofrecer a nuestros pacientes los tratamientos más adecuados. Así, además de las distintas terapias para la disfunción eréctil, en colaboración con el servicio de Ginecología, responsable de la Unidad de Fecundación in Vitro (FiV), participamos en la parte masculina en los problemas de infertilidad.

Trayectoria

Nacido en Bueu el 10 de febrero de 1961, aunque su infancia y su juventud se desarrollaron en Vigo, Camilo García Freire se licenció en Medicina y Cirugía en la Universidade de Santiago en los años 1979-85. Hizo la tesina de licenciatura sobre Radiología de la Colitis Ulcerosa e inició los estudios de Odontología, que abandonó para realizar la especialidad de Urología, en la que se formó en el entonces Hospital Juan Canalejo de A Coruña (hoy Chuac), donde tuvo también su primer contrato como especialista. Desde 1995 trabaja en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago, y es jefe del servicio de Urología desde 2013 (aunque ya en los dos años anteriores ejercía dicho cargo en funciones). Confiesa su pasión por su especialidad, sobre todo por el contacto directo que supone con los pacientes. Pese al volumen de patologías que abarca Urología, este experto señala que todavía es una gran desconocida. Pone como ejemplo que más del 30 % de los tumores que se operan en el CHUS se hacen en su servicio.

“Con el COVID hubo un parón en trasplantes de unos dos meses, pero aún así subimos del medio centenar”
El experto asegura que, a nivel general, tuvieron que seleccionar casos prioritarios, como los oncológicos

Ahora, en plena tercera ola de la pandemia, ¿cómo han tenido que reinventarse en el servicio?

La pandemia obligó a modificar en gran manera nuestras pautas de actividad, hacer más consultas de seguimiento telefónico, priorizar las patologías mas severas, etc. No somos una especialidad con afectación directa del COVID, pero la repercusión sobre nuestra actividad ha sido muy importante y las demoras de todas nuestras patologías son ahora mayores. Al tener que priorizar aquellas con mayor repercusión, como pueden ser las neoplasias, el resto de pacientes también sufren complicaciones y aumento de demoras. Hemos reestructurado las consultas y toda la actividad para poder seleccionar los casos prioritarios.

¿Con qué ayuda contaron en el servicio de Urología?

La colaboración del servicio de Admisión y del Personal administrativo nos ha permitido recuperar la mayoría de las consultas retrasadas y que aquellos pacientes más frágiles o con patologías más severas puedan ser detectados y priorizada su atención en lo posible.

En cuanto a la actividad, ¿ha repercutido la pandemia? ¿Ha habido un gran descenso comparado con ejercicios anteriores?

Dado que gran parte de nuestra actividad es por patología neoplásica hemos intentado que la repercusión fuera la menor posible. Nuestra labor ordinaria se realiza en el hospital Clínico, en el de Conxo y en el del Barbanza. Así, nos ha sido posible desplazar hacia el hospital de Conxo las intervenciones más prioritarias para minimizar los efectos de la presión asistencial por coronavirus. En los pacientes en prioridad 1, habitualmente los que tienen neoplasias más graves, siguen atendiéndose en los plazos adecuados, aunque en el resto se ha prolongado algo el tiempo de espera. Como puede suponer, estos cambios estructurales suponen un importante esfuerzo en toda la estructura hospitalaria, tanto desde la gerencia como de todos los actores participantes.

¿Y en consultas?

El número ha sido similar, puesto que ya sea telefónicamente o mediante un esfuerzo adicional del personal, realizando jornadas de tarde, etc, se han podido realizar casi todas las programadas.

¿La pandemia también repercutió en la actividad trasplantadora?

Sin duda. Somos responsables del programa quirúrgico del trasplante renal desde hace unos años y con la colaboración del servicio de Nefrología y la Coordinación de Trasplantes de nuestro centro ha sido posible darle nuevo impulso. Pero si en el año 2019 realizamos 67 trasplantes renales, la pandemia hizo en 2020 que fuese necesario parar el programa durante aproximadamente dos meses. Pero, a pesar de ello, pudimos llegar a los 52 trasplantes.

Uno de los retos es consolidar el de donante vivo. ¿Se logró?

Este trasplante renal es uno de los mas complejos, aunque nos permitiría en el futuro obtener mas órganos. Está implantado en nuestro hospital desde hace años, pero es verdad que sería necesaria una mayor concienciación para aumentar las cifras. La extracción del riñón del donante la realizamos por laparoscopia, con la mínima agresión posible para el paciente y el resultado funcional a largo plazo de estos trasplantes es mejor que el de donante cadáver, por tanto creo que es obligado seguir progresando por ese camino.

los datos
2.383

Intervenciones. Pese a la presión que ha supuesto a nivel general en los hospitales la pandemia, el servicio de Urología del CHUS consiguió en 2020 casi equiparar los datos de actividad con el ejercicio anterior. Así, el año pasado realizaron 2.383 frente a las 2.503 que hicieron en 2019.

Revisiones. En el servicio realizaron 14.954 frente a las 15.878 efectuadas en 2019.

E-consultas. El número de estas consultas online sí que experimentó un incremento en el año de la pandemia con 1.192, frente a las 835 de 2019.

Primeras consultas. En 2019 hicieron 6.440 y el ejercicio anterior subió hasta 7.184.

Trasplantes. En 2020 realizaron 52 renales y 67 en 2019.

“Hay un trato muy íntimo con el paciente al abordar temas como genitales o sexualidad”
Tiene mil anécdotas, como la del enfermo que le dijo que le hacía la revisión de próstata “por vicio”

Cuando se decidió por la Urología sabía que el trato con el paciente tenía que ser muy directo. ¿Fue su principal motivación?

Es verdad, me atrajo de esta especialidad lo completa que es. El trato con el paciente es muy directo y en ocasiones muy íntimo, por la severidad de sus problemas en ocasiones o por el terreno que abordamos, sexualidad, genitales, etc...

Tendrá muchas anécdotas...

Existen un montón de situaciones que cualquier urólogo recuerda con una sonrisa. Puedo recordar ahora la de un paciente ingresado en el hospital Psiquiátrico, que al intentar realizarle el tacto rectal necesario para conocer la situación de su próstata escapó de la consulta gritando y haciendo comentarios sobre mi orientación sexual y la necesidad de que “estudiara más. Hay muchas exploraciones en estos tiempos, ecografías, escáner, análisis... para saber cómo está la próstata y usted solo quiere hacerme la exploración por vicio”, decía. También tengo que decir que meses más tarde se comportó muy correctamente cuando fue preciso intervenirle.

Acompañan al paciente desde que es derivado desde Primaria hasta el alta hospitalaria, e incluso en el seguimiento a largo plazo. ¿Cree que en otras especialidades debería ser así, que el paciente sea el centro de la atención sanitaria?

Estamos en contacto con el paciente desde su entrada en el sistema sanitario, la Atención Primaria es un aliado esencial en nuestra actividad tanto para remitir adecuadamente estudiados y orientados a los pacientes como para participar posteriormente en su seguimiento. Realizamos sus estudios, practicamos exploraciones, cirugías, debemos conocer las complicaciones y sus posibles tratamientos tras esta intervención quirúrgica y le acompañamos durante los años de seguimiento, a veces de una neoplasia (tumor), con mejor o peor suerte según al caso, o de otras patologías. Desde mi punto de vista ésta es una situación profesionalmente gratificante.

25 ene 2021 / 00:00
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