Plazas vacías en la zona ORA por el cierre perimetral

La restricciones de movilidad entre concellos para frenar la expansión del coronavirus decretadas el pasado 15 de enero se traducen en buena medida en un menor tráfico de vehículos en muchos puntos de la ciudad. Tal y como refleja la imagen que acompaña estas líneas, tomada ayer en el barrio de Santa Clara, esta situación se percibe en las áreas de estacionamiento reguladas por la ORA, que permanecen casi vacías a lo largo del día.

Igualmente, el cierre perimetral ha provocado que aquellos que trabajan en la ciudad, pero que residen fuera de ella, no puedan realizar compras en los establecimientos de Santiago, con lo cual también el comercio se ve castigado por el contexto actual. En este sentido, desde que entró en vigor el cierre perimetral, la Policía Nacional intensificó los controles en los centros comerciales de Compostela. De hecho, es habitual que varios agentes comprueben que todo aquel que se acerque a este tipo de complejos cumpla con los requisitos que demanda la actual situación sanitaria. Es una medida que acordó el Centro de Coordinación autonómico (Cecor) con el objetivo de intensificar la vigilancia en la hostelería y el comercio.

Asimismo, desde entonces también se han puesto en marcha dispositivos “dinámicos” de tráfico en las vías de comunicación con mayor trasiego, especialmente en las de entrada y salida a las cabeceras de las áreas metropolitanas. Igualmente, la Policía Local continuará realizando controles para vigilar que se cumplen las restricciones, tanto de movilidad como de cumplimiento del toque de queda establecido, que se adelantó a las 22.00 horas.

Además de la caída en cuanto a tráfico de vehículos particulares se refiere, también ha bajado el número de usuarios de transporte urbano, que tras la crisis sanitaria por la COVID se ha reducido en torno al 25 % de lo que era habitual antes de la pandemia. No obstante, tal y como indican desde Raxoi, se han ido “recuperando paulatinamente” frecuencias.