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Prótesis pionera en el CHUS: “Algunos piensan que ni les hemos operado”

Es el segundo hospital del mundo en implantar una nueva metodología para el aneurisma de aorta // Alta al día siguiente

Cuando a uno le dicen “usted tiene un aneurisma de aorta de tamaño grande”, por muy poco que sepa de medicina, sabe que el problema es grave. Se necesita una operación en una zona delicada, próxima al corazón, y eso da todavía más miedo que el diagnóstico. ¿Quién se imagina que al día siguiente puede estar tranquilamente leyendo el periódico en el sofá?

El protagonista de esta noticia se llama Minos. Aunque su nombre en términos más científicos es algo más largo: endoprótesis de aorta: un elemento pionero tanto por el material como por la técnica que requiere para ser colocado. Y el Servizo de Anxioloxía e Cirurxía Vascular de la Área Sanitaria de Santiago de Compostela e Barbanza es el segundo del mundo seleccionado para ponerla en práctica. La importancia de todo esto se resume en una frase del jefe del servicio de cirugía vascular, Nilo Mosquera: “Cuanto más pequeño es el material, más pequeño es el agujero, más fácil es cerrarlo, más fácil es la recuperación, menos posibilidad de hematomas”. El nuevo elemento implica menos agresividad, y permite llegar a un abanico más general de pacientes: “Es una última evolución de material que ha tenido en cuenta las complicaciones que nos solíamos encontrar. La prótesis es más pequeña por lo que es más fácil introducirla, llegar a los sitios y liberarla”, explica Mosquera.

Y la técnica también ha ido evolucionando con los años hasta llegar al presente: pasa de un corte a un pinchazo. Al no hacer una incisión, la invasión es inferior y esto repercute favorablemente en el postoperatorio. De hecho, entre risas, el doctor comenta que hay muchos pacientes que ni siquiera se creen que ya se les haya operado: “Les asustamos explicándoles todas las complicaciones y a la mañana siguiente, después del desayuno, los mandamos a casa. Algunos no se fían de haber sido operados”. Si esto es posible, es gracias a que el procedimiento avanzado permite que los afectados tengan el papel del alta en sus manos al día siguiente. Y la gran mayoría ni siquiera tiene dolor ni complicaciones. “Hay que recordarles que siguen estando en postoperatorio, porque muchos ya se irían a la leira a recoger las patatas”, cuenta animado Nilo Mosquera. Se da un pequeño porcentaje de operados que desarrolla un síndrome postimplante, pero con síntomas similares a los de una gripe, y con fácil solución. Si nos remontamos en el tiempo, las diferencias son considerables: hace años se necesitaba hasta una semana de ingreso; después se pasó a 48 horas de vigilancia intensiva, y cuatro días en planta. Para ir todavía más allá, el doctor Mosquera nos adelanta que se está estudiando poder dar el alta en la misma tarde tras la realización de la cirugía. Y en este momento, con la pandemia sanitaria que atravesamos, la reducción de los tiempos de permanencia hospitalaria es altamente recomendable.

Aquí llega la pregunta del millón, pero muchos ya se imaginarán la respuesta. ¿Por qué el hospital de Santiago? Aunque no quiere pecar de falta de modestia, el responsable de cirugía vascular reconoce que el trabajo realizado a lo largo del tiempo ha sido muy bueno: “Cuando un fabricante quiere poner en marcha su producto estrella, busca un centro que no lo estropee. Eso se consigue con una buena trayectoria. El grupo de cirugía vascular del CHUS es uno de los más avanzados del mundo”. De hecho, las intervenciones con la nueva endoprótesis practicadas en el CHUS han sido retransmitidas en directo para más de veinte centros hospitalarios de Europa, Asia y Latinoamérica, con más de cien profesionales pendientes. A la innovación ya comentada, hay que sumar otro procedimiento que se basa en el uso del CO2 como medio de contraste para visualizar las arterias, y poder colocar la prótesis. Esto previene que se originen daños renales.

Decíamos al principio que el diagnóstico de un aneurisma de aorta no es precisamente un agradable paseo. Afecta a un 6 por ciento de la población de más de 65 años, sobre todo masculina, y actuar con rapidez es fundamental ya que una rotura del aneurisma conlleva el fallecimiento en más de la mitad de los casos. En palabras comunes, un anuerisma es una dilatación, una especie de bulto de uno u otro tamaño. Cuando es grande, no se puede esperar. “Desde que a un paciente se le da este diagnóstico, el margen es de 24 horas en los casos de aneurisma de dimensión muy grande, de riesgo de rotura inmediata, que es el problema básico de esta enfermedad”. En esos casos, los enfermos no llegan a salir del hospital hasta que se haya realizado la intervención. Cuando el tamaño de esa dilatación es menor, hay más tiempo de acción. En todo caso, la espera no supera los tres meses.

Otro inconveniente es la forma en la que se manifiesta el aneurisma, ya que es generalmente asintomático. Se detecta al realizar una revisión de otra especialidad, como la ginecología o la urología. Por eso, Nilo Mosquera reconoce la buena labor desarrollada por el entramado sanitario para conseguir índices de mortalidad tan bajos.

15 ago 2020 / 01:00
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