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Raxoi gasta 160.000 euros al año en borrar las ‘gracias’ de los grafiteros

Limpia una media de novecientas pintadas anuales y cada intervención sale por unos 80 €, aunque el coste se dispara si son sobre piedra // Pese al esfuerzo, muchas zonas están plagadas de grafitos

El problema de las pintadas en las paredes trae de cabeza a todos los ayuntamientos, especialmente a aquellos que cuentan con espacios históricos, porque si el daño es importante en todo tipo de paredes, cuando se trata de zonas monumentales es mayor y el coste de la limpieza es considerablemente más elevado.

En Santiago, el promedio se mantiene estable en los últimos años, en torno a la friolera de unos 160.000 euros, entre las horas de trabajo que tiene que dedicar la empresa concesionaria del servicio de limpieza, y los que hay que encargar a firmas especializadas, cuando se trata de monumentos protegidos.

En este sentido, la concejala de Limpieza, Mila Castro, explicaba ayer que el coste medio de limpiar una pintada, labor que realiza Urbaser, ronda los ochenta euros, y según las estadísticas de los últimos años la media anual suele rondar las novecientas, a las que hay que sumar los grafittis y todo tipo de dibujos sobre las paredes.

La condición de capital de Galicia convierte a Santiago también en sede de muchas reivindicaciones de todo tipo, y además de las manifestaciones, también se suelen plasmar en todo tipo de mensajes de índole político o social. Todo ello se traduce en que es una de las ciudades que más dinero tiene que invertir anualmente en la posterior eliminación.

Se trata de un problema que ha traído de cabeza a todos los gobiernos municipales, al que se han tratado de enfrentar, en algunos casos con un endurecimiento de las sanciones, y en otros con un intento de canalizarlas, como el programa RUAS (Rexeneración Urbana Arte Santiago), que puso en marcha CA “poñendo en valor murales y grafittis fronte ás agresións ao patrimonio”.

Con todo, como reflejaba ayer este periódico el fenómeno sigue haciendo de las suyas, y resulta muy difícil controlarlo, como explicaba ayer el concejal de Seguridade, Gonzalo Múíños, a pesar de que los partes policiales dan cuenta de varias detenciones en los últimos meses, incluso durante el período de confinamiento por la pandemia.

Y eso que no resulta fácil, porque hay que pillarlos con las manos en la masa. De hecho, hace años incluso se recurrió a la asesoría de un perito calígrafo para analizar la escritura y certificar la autoría de la misma.

La Ordenanza de Publicidade del Ayuntamiento, prohibe expresamente la realización de cualquier tipo de pintada en el ámbito que abarca el Plan Especial del casco histórico, y con carácter general en toda la ciudad, aunque hace la salvedad de que “poderá autorizarse a realización de murais de carácter artístico ou que posúan un fin de comunicación social sempre que se realicen sobre valados de tixolo, cemento ou bloques de formigón sempre que non sexan acabados vistos”.

En el régimen sancionador se señala que la cantidad irá en función del daño ocasionado y de “ a intensidade da perturbación ocasionada no uso dun servicio público ou dun espacio público polas persoas con dereito a súa utilización”. En este sentido, también se recoge una bonificación que puede llegar hasta el 50 % en el caso de que quien haya realizado la pintada “repoña por sí mesmo a realidade física alterada antes da resolución do procedemento sancionador”.

legislación
daños al patrimonio

··· Todas las administraciones públicas se han preocupado por sacar adelante normativas que castiguen estos actos vandálicos. El Ayuntamiento recoge en la ordenanza de publicidad recoge sanciones de entre 300 y 3.000 euros; la nueva Ley do Solo de la Xunta en 2018 subía esta cuantía hasta los 6.000 euros, mientras que en la reforma del Código Penal del año 2015 se establecía la posibilidad de penas de multa de 6 a 24 meses, rebajándola de uno a tres meses si la cuantía de los daños no superaba los 400 euros.

Con todo, a raíz de los ataques vandálicos que sufrió la Catedral de Santiago, primero en una imagen de la fachada de Platerías, y después en el Obradoiro, con varias pintadas reivindicativas, el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, anunció, además de un aumento de la seguridad y la instalación de cámaras, un incremento de las sanciones que en el caso de daños especialmente graves al patrimonio histórico y artístico, que podrían llegar a los 150.000 euros.

08 jul 2020 / 01:00
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